Origen es destino, versa el antiguo adagio mexicano que se cumple a cabalidad con mi colega y amigo Jorge Zarza Pineda, quien este jueves por la tarde, teniendo como escenario la Sala Manuel M. Ponce del Jardín Borda de Cuernavaca, presentó su libro titulado “En el Lugar de los Hechos”, de Editorial Aguilar, México, 2022. Es una colección de 17 facetas de Jorge decididas por la casa editorial, aunque el autor le entregó más. Se trata, pues, de 25 años de trabajo periodístico.
Jorge Zarza Pineda es originario de Cuernavaca, Morelos, donde nació el 22 de noviembre de 1970. Desde muy joven apoyó la economía familiar y, cuando apenas había cumplido los 16-17 años de edad, lo recibí en el desaparecido periódico “Opción de Morelos”, cuyo propietario y director general era el siempre bien recordado Ricardo Sámano Ocampo. El director era Javier Jaramillo Frikas, gran amigo mío, y el subdirector editorial era yo. Jorge llegó en 1988 pidiendo empleo como mensajero, pero percibí en él otras cualidades y por eso decidí ponerlo a prueba en las lides periodísticas, como algún día lo hicieron mis dos principales mentores: Salvador González Ruz, en la Dirección de Relaciones Públicas y Difusión del gobierno estatal (1973) y Jaime Morales Guillén, en “Línea Caliente”, a través de Stereo Mundo (hoy Mundo 96.5 FM) en 1974.
Con los métodos y el enorme conocimiento transmitidos hacia mí por don Salvador y don Jaime, le dije a Jorge Zarza que fuera a la colonia Patios de la Estación “a ver qué encontraba”. Y regresó a la redacción, otrora situada en la calle 16 de septiembre de la colonia Acapantzingo, con el que parece haber sido su primer reportaje. Le hice algunas correcciones a su nota mostrándole, además, la pirámide invertida de redacción, sobre la cual me habían hablado años antes mis mentores. Desde luego, su trabajo fue publicado en la edición del día siguiente. Lo envié posteriormente al mercado Adolfo López Mateos, “a ver qué encontraba”, y me trajo un espléndido reportaje, también conteniendo el método científico de investigación: desde los antecedentes, el planteamiento de la problemática y las circunstancias vigentes allá y entonces, aunque al día de hoy siguen siendo las mismas.
Fue así como le dije a Jorge Zarza Pineda: “Tienes madera periodística”, mismas palabras que en 1973 me había expresado mi inolvidable maestro Salvador González Ruz, forjador de grandes periodistas mexicanos, entre ellos tres de sus hijos. Y tal como me ordenó don Salvador en mis inicios, le indiqué a Jorge que estaba obligado a leer los nueves diarios nacionales de la época, los locales, seguir a los principales columnistas (José Luis Mejías, Manuel Mejido, Félix Fuentes, Manuel Buendía, etcétera), saber cuáles eran las notas del cintillo, las de ocho columnas y las “secundarias”, amén de que en los nacionales debía encontrar cualquier nota referente a Morelos. Y súper disciplinado, Jorge Zarza aceptó con enorme sentido de responsabilidad, pues sabía que yo le preguntaría sobre todo aquello.
No pasó mucho tiempo para que ambos habláramos sobre la posibilidad de emigrar hacia la gran Ciudad de México, entonces Distrito Federal. Yo había recibido una invitación a través del jefe de corresponsales de Televisa para irme a trabajar con ellos, pero le di las gracias porque nunca me interesó vivir en la gran urbe. Si en Cuernavaca odio las aglomeraciones y los congestionamientos viales, imagen ustedes lo que sentía con respecto a la caótica vida en la capital mexicana. Pero Jorge me comentó que él sí continuaría su carrera en Ciudad de México. Nos dio las gracias y partió hacia allá. Encontró muy rápido un sitio en El Heraldo de México e inició la carrera de 25 años, muy bien forjada, de la cual surgen las 17 crónicas contenidas en el libro.
En la presentación de la obra, que espero sea seguida por otras y otras, estuvimos con él Hannia Novel, compañera suya en TV Azteca durante muchas lides periodísticas; Judith Gradilla, quien varios años fuera su coconductora en “Hechos de la Mañana” y hoy es la directora general del Instituto Morelense de Radio y Televisión; y Aline Urbiola, actualmente conductora y reportera de TV Azteca, amén de alumna suya. Todos tuvimos el placer de ser atendidos por la magnífica anfitriona: María Helena González, directora de Museos y Exposiciones de la Secretaría de Turismo y Cultura del gobierno estatal.
Los 17 trabajos contenidos por el libro “En el Lugar de los Hechos” me hacen pensar en Jorge como un nuevo cronista. Según mi modesto punto de vista, sería importante analizar su incursión en la historiografía. Del libro me llamó la atención el trabajo que se refiere a la devastación causada por el huracán Paulina en Acapulco a principios de octubre de 1997, cuando, según leemos a Jorge Zarza, “el olor a muerte dejó de ser una frase hecha (…) La muerte tiene un olor especial que cuando se respira por primera vez nunca se te olvida, te persigue siempre”. Etcétera, etcétera.
Personalmente le agradezco a Jorge sus palabras dirigidas a mí al término de la presentación del libro, donde campeó el cariño y la amistad, mismas que resume su dedicatoria en la primera página de su obra: “Para Memo Cinta, mi primer maestro de periodismo; gracias por acompañarme a caminar en el lugar de los hechos”.
Sé que mucho habrá aprendido en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, pero puedo asegurar, con enorme orgullo, que comenzó conmigo su exitosa carrera periodística nacional e internacional. Lo digo sin jactancia y sí con el deseo de que siga, al igual que otros colegas hoy integrantes de las plantillas de reporteros de diversos medios nacionales (verbigracia Nora Bucio), representando dignamente a Morelos. ¡Enhorabuena, querido Jorge Zarza!