Hoy voy a continuar con la explicación de los resultados más relevantes del Tracking Poll realizado por Consulting & Research Estadística Aplicada e Irradia Noticias, correspondiente al mes de abril de este año. Como el propósito no es solamente dar números sobre el posicionamiento de posibles aspirantes a cargos de elección popular, sino también ofrecer a la audiencia información clara y precisa que permita comprender y explicar qué sucede antes, durante y después de los procesos electorales, acompañaré los datos junto con explicaciones, lo más sencillas posibles, de los conceptos con los que están asociados.
A la par de los cambios en los sistemas políticos se producen también modificaciones en el comportamiento electoral. Las actitudes frente a los partidos políticos, las y los candidatos que los representan y los gobiernos que surgen de los procesos de elección popular son susceptibles de ser medidos estadísticamente para saber cuál es la intención y la probabilidad de voto, en lugares y tiempos determinados.
Aunque son conceptos muy cercanos y vinculados entre sí, intención y probabilidad de voto, no son lo mismo. Para comenzar, debe quedar claro que el estudio de ambas variables (intención y probabilidad) puede ser tan superficial y concreto o tan profundo y detallado como se requiera.
En suma, la intención de voto es la medición de la preferencia que tienen los posibles electores por partidos o candidatos, es decir, si ya fueran las elecciones, por quiénes votarían. En este rubro, el partido mejor posicionado, de acuerdo con las respuestas de los entrevistados, fue Morena, con un 31.9%, seguido del PAN, con un 20% y luego el PRI con el 17.1%. El PRD obtuvo el 10%, Movimiento Ciudadano el 4.3% y los demás partidos, porcentajes menores al 3%.
Ahora bien, la probabilidad de voto es la estimación de los rangos en los que se podría ubicar la votación. Para obtenerla hay varios instrumentos. Uno de ellos, sencillo y estadísticamente aceptable, es aplicar el margen de error asociado a los resultados de la encuesta a los porcentajes que correspondan a cada opción. Todas las encuestas serias deben contar con el cálculo de este margen de error. Quien haga una encuesta y no haya calculado el margen de error, más bien está jugando a la bola mágica, a los volados. A lo mucho puede decirse que hizo un sondeo, pero no una encuesta, técnica y científicamente, bien diseñada.
En esta ocasión fue del (+/-) 2.88%, que podemos redondear al (+/-) 3%. Se suma y se resta este porcentaje al de la intención de voto para saber el rango en que podrían quedar los resultados. Así, la probabilidad de voto por Morena, en el Tracking de abril de este año, habría sido entre 34.9%, como el más alto, y 28.9%, como el más bajo. El PAN quedaría entre el 23 y el 17%, el PRI oscilaría entre el 20.1 y el 14.1%, el PRD entre el 13 y el 7 y Movimiento Ciudadano entre el 7.3 y el 1.3%.
Un caso curioso es el del PT, cuya líder es Tania Valentina Rodríguez Ruiz, que obtuvo 2.6% como intención de voto, resultado con el que perdería su registro como partido local, pero que si consideramos el margen de error podría obtener por ahí de un 5.6% de la votación, con lo que tendría asegurada su subsistencia y al menos una curul en el Congreso local.
Y para iniciados
Me llamó mucho la atención el reporte de la revista Proceso, de ayer en la tarde, en el que consigna un informe de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), donde se señala al gobierno de Cuauhtémoc Blanco un desvío de 85 millones de pesos. Pero ¡oh sorpresa!, hoy leí en La Crónica de Hoy, que la misma institución, la ASF, exige al gobernador aclarar o devolver $2,667 millones que no ha transparentado. Como que ahora entiendo por qué le pidió la renuncia a su secretaria de Hacienda, entre otros. Habrá que estar al pendiente.
La información es PODER!!!