Regresar en el tiempo nos recuerda el término Inflación, tecnicismo que parece alejado de la realidad de las familias, pero cuando lo expresamos como “el aumento generalizado y constante en los precios de los bienes y servicios que adquiere la población”, se encienden las alertas.
Los efectos causados por la pandemia y más recientemente la guerra en Ucrania han disparado los precios de la energía, han golpeado duramente a las economías de todo el mundo provocando aumento de la inflación.
Según el Banco Mundial, en casi la mitad de los países más ricos, la inflación está por encima del 5%. Con base en los últimos datos publicados por el INEGI, México, durante el tercer mes de 2022 registró una tasa anual de inflación de 7.45%. El semáforo nacional de inflación está en rojo, se estima una inflación para este año superior a 60%siendo este el dato más alto que se registraría en 21 años.
Recordamos lo sucedido a partir de los gobiernos de Luis Echeverría (1970-76) y José López Portillo (1976-82), y de ahí en adelante de manera recurrente en cada sexenio del siglo pasado, devaluación tras una elevación de precios o viceversa, total que la moneda mexicana valía cada vez menos, como sucede ahora.
Luis Echeverría Álvarez 129.60% 1970-1976
José López Portillo 459.00% 1976-1982
Miguel de la Madrid 4030.10% 1982-1988
Carlos Salinas de Gortari 139.10% 1988-1994
Ernesto Zedillo 226.00% 1994-2000
Vicente Fox 29.80% 2000-2006
Felipe Calderón 28.00% 2006-2012
El gobierno de Enrique Peña Nieto 2012-2018 registró la inflación acumulada más baja en los últimos 8 sexenios, datos del INEGI arrojan que la inflación acumulada durante el mandato anterior fue de 27.9%, a pesar de haber sufrido el terremoto de 2017.
Desde la década del 70, a 32 años de la nacionalización de la industria petrolera con gobiernos socialistoide, la tasa de inflación fue en paulatino aumento.
El nivel más alto de inflación fue durante el sexenio de Miguel de la Madrid (1982-88), llegó a 4,030 por ciento, con una devaluación de 1,443 por ciento y una pérdida del poder adquisitivo del salario de -69 por ciento, tuvo el componente negativo de la naturaleza con el terremoto de 1985; en el sexenio de Ernesto Zedillo (1994-2000) las cifras fueron: inflación 226 por ciento, devaluación 174 por ciento, y pérdida de poder adquisitivo 24 por ciento.
La inflación disminuyó con Salinas, para volver a aumentar en 1995.
Después disminuyó nuevamente, manteniéndose entre 2002 y 2013 en valores relativamente estables.
La intención del gobierno de la 4T es controlar la actual inflación a su modo, implantando un control de precios disfrazado como: precio de garantía o precio de bienestar o precio justo, calificativos que se traducen como precios de contención.
Nuestra economía está fuertemente integrada a la economía mundial. El aumento de precios a nivel internacional de decenas de productos, impactó forzosamente a la economía mexicana. Esta inflación es importada con la recurrencia de la inestabilidad económica global generada en el 2020 asociada a la trágica pandemia durante el 2021 y la guerra entre Rusia y Ucrania en el 2022.
Diariamente el presidente López Obrador critica a los «conservadores y a los neoliberales», a Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo o Miguel de la Madrid, pero, sin utopía, este Gobierno con lo que acontece desea replicarlos recurriendo a los «pactos» de antaño entre Gobierno y Empresas que fueron medidas temporales, luego tornadas innecesarias cuando entró en vigor el reciente cancelado tratado de libre comercio del norte ahora T-MEC.
Históricamente los controles de precios nunca han funcionado, la única forma comprobada de mantener los precios bajo control es regulando la oferta con la demanda. Si los precios suben, hay que producir más hasta que bajen.
Mantener artificialmente bajos los precios de los alimentos con «acuerdos» de los empresarios y el Gobierno acabará por desestimular la producción, lo que conduce a una reducción en la actividad económica y a desequilibrar la oferta con la demanda. A menor producción, ante la misma demanda, los precios acabarán por subir, no bajar, y de no suceder esto las empresas quebrarían.
De caer en la trampa de precios autoritariamente controlados, puede generar al fantasma del mercado negro, pagando irracionalmente los precios elevados por causa de la medida regulatoria.
Al convocar el gobierno tetra transformador a los empresarios a reuniones de concertación económica, demuestra que éste no puede controlar la inflación, debe reconocer que no sabe hacer nada bien, y sin la participación de la sociedad civil en su economía, México fracasará.
Amigos la semana tiene siete días y ¡Gracias a Dios es viernes!