Recuerdo que, en antaño, en nuestra tornamesa (tocadiscos para los del CONALEP diría el Cuautlense Franco Escamilla) para esperar a que ningún ruido interrumpiera la melodía que escuchábamos, simplemente levantábamos una palanquita que estaba al lado derecho del brazo de reproducción, después, con los reproductores de discos compactos, simplemente le apretábamos el botón con signo de “pausa” y listo, se callaba la melodía o lo que estuviéramos escuchando.
En analogía a nuestro melómano recuerdo por primera vez López Obrador puso “en pausa” las relaciones exteriores en 2022, el presidente mexicano “pausó” las relaciones con España cuando acusó a las empresas energéticas hispanas de tratar a México como “tierra de conquista” porque aprovecharon condiciones ventajosas de inversión durante los gobiernos anteriores a su administración.
En esa ocasión, las relaciones bilaterales continuaron, aunque con un tono más crispado porque, además, ya había habido tensión en 2019, cuando López Obrador solicitó al rey de España que de hinojos pidiera perdón por la conquista, cosa que careció de importancia en el monarca.
Tras las críticas que los embajadores de Estados Unidos y de Canadá hicieron a la reforma judicial propuesta por el mandatario, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció que las relaciones del gobierno mexicano con las embajadas de ambos países quedaban “en pausa”. Dieron a entender que con los gobiernos no, que con ellos todo sigue igual, o sea que se hicieron desentendidos del mensaje enviado por los socios del T-MEC respecto a las consecuencias que se pueden tener con la dichosa reforma al poder judicial.
La iniciativa de reforma constitucional lleva meses creando tensión en México porque sus críticos consideran que podría comprometer la independencia judicial al dejar la designación de jueces a una cuestión de popularidad.
El riesgo en el poder judicial es que las elecciones recaigan en personajes del proletariado tal y como ha sucedido en otros ámbitos, basta con voltear a ver a José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña que como premio de consolación por haber dado paso a Claudia Sheinbaum en su designación como candidata a la presidencia, tras haber renunciado al PT y aliarse a MORENA, hoy encabezará la Mesa Directiva del Senado de la República, es Licenciado en Sociología pero es más conocido por sus protestas, su actitud irreverente y su estilo disruptivo que le sirvió para encarar a los expresidentes Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto.
O a nuestro desagradable conocido Cuauhtémoc Blanco Bravo que, con el bachillerato como grado máximo de estudios y con toda una gran carrera como deportista, gracias a un acto mercantil se convirtió en político, siempre dijo durante su desempeño como alcalde de Cuernavaca que él no era político. Hoy tras una pésima actuación como Gobernador de Morelos, lo veremos como Diputado federal plurinominal por MORENA.
Se imaginan que alguno de estos señores puedan ser electos jueces, ¿qué clase de justicia impartirían?
El término en Relaciones Internacionales «en pausa», no es un concepto diplomático formal y las repercusiones no están claras, aunque el mandatario lo utilizó antes con España, sin que en términos prácticos se tradujera en un impacto real en las relaciones bilaterales. Seguimos consumiendo chocolate Carlos V y ellos siguen brindando con mezcal.
Aquí entre nos:
La ministra presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Dra. Norma Piña, le metió un golazo a Andrés Manuel López Obrador.
Decidió darle entrada a la controversia constitucional presentada por el Partido Acción Nacional, referente a la sobre representación en el Congreso de la Unión. Este asunto no es algo que resuelva el poder judicial federal, pues la ley contempla como competencia del Tribunal Electoral resolver estos casos, sin embargo, lo que la gente desconoce es que, a petición de parte, la Suprema Corte debe atender a la parte que presenta la controversia, es ahí en donde está la jugada.
La ministra presidente recibe la controversia, pero al estar en paro el Poder Judicial Federal, no hay jueces ni magistrados que puedan resolver, por lo tanto, la controversia queda como admitida pero no se le puede dar resolutivo y en consecuencia todos los acuerdos en el congreso de la Unión carecen de validez. En resultado no se puede votar ni analizar el dictamen que modifica el sistema judicial.
Conociendo al iracundo Macuspano, seguro es que Andrés Manuel debe estar negro del coraje que le dio ya que seguramente los paristas del poder judicial, pueden extender el acto hasta que AMLO haya entregado el poder con lo que no vería coronada su ambición de terminar con el poder judicial como lo conocemos. Excelente estrategia política.
Sin duda mercenarios del sistema van a estar muy activos insultando y amenazando, pero la gente pensante no se inmuta, esas mentes saben que el balón ahora está en su cancha y ayer la ministra Norma Piña al recorrer el pasillo de la Corte Suprema, en el edificio sede de uno de los tres poderes de la nación, del que es la Presidenta, lo demostró, fue ovacionada por magistrados, jueces y personal del Poder Judicial de la nación.
Amigos la semana tiene siete días y ¡gracias a Dios es viernes!
