PRIMERA PARTE
LA SANTÍSIMA TRINIDAD, DOLORES HIDALGO, GUANAJUATO. Gonzalo Martré es un polifacético y reconocido periodista y escritor, y dentro de esta última asignatura es un novelista contemporáneo, satírico, audaz, descarnado, despiadado, provocador y veraz en la ficción; en respeto irrestricto a las libertades de prensa y expresión, escribe sin ambages, sin tapujos, despegado de toda moralina; usa un lenguaje duro, mordaz, contundente, pero nunca se le podrá calificar de inmoral, de pornográfico, de misógino, de homófobo, de escandaloso, ni mucho menos apologista de la violencia, como en un tiempo, “las ligas de la decencia” lo etiquetaron A todo lo anterior destaco su genética o estirpe de hombre bueno.
Cuando menos en su trilogía novelada “El Chanfalla era gandalla”, al contrario de Luis Spota quien en sus novelas políticas a los personajes que deambulan en sus escritos les pone seudónimos y mezcla sus actuaciones o desempeños, por lo que el lector tiene que hacer un ejercicio de investigación mental para saber a qué político, funcionario, líder sindical o líder “charro” se refiere, Gonzalo Martré no se anda por las ramas, usa sus nombres reales, verdaderos y el puesto o los puestos que ocuparon y los ubica en sus tiempos y en sus espacios. Son obras de denuncia para la posteridad, porque todo lector puede consultar quien fue cada uno de los personajes que desnuda a pelo, o los que fueron verdaderos luchadores sociales, como su propia madre, la maestra Sofía González, denodada luchadora por la independencia sindical.
Conocí al fraterno amigo, cabal periodista y preclaro escritor, Gonzalo Martré, no con este su seudónimo de escritor, sino con su nombre de pila Mario Trejo González, en 1956 cuando intenté terminar otro bachillerato, el de humanidades, entonces eran de dos años; como químico titulado en la Universidad Autónoma de México, UNAM, impartía esa materia, fue mi profesor muy querido ya que desde el principio hubo “química” entre el maestro y el alumno, era el año de mi inicio como periodista en la primera redacción periodística radiofónica, en la XEDF, en ese tiempo en el 970 del dial radiofónico de la ahora Ciudad de México.
La historia es un poco larga, la iremos hilvanando en el transcurso de estas dos entregas. Destaco, hace unos cuantos días en el domicilio de la entrañable amiga María Luisa Ureña Juárez, celebramos el 93 aniversario de Gonzalo con su pareja Lupizcaya y los también queridos amigos colegas Arnulfo Domínguez Cordero y Alejandro Álvarez Manilla, a destiempo por culpa del flagelo del siglo XXI, los anteriores los celebramos en cofradía de grandes amigos, con el inolvidable abogado humanista, Saúl Uribe Ahuja, quien nos fue arrebatado por el criminal Covid.19. Los que nacimos en junio, con la comunidad ampliada, lo celebrábamos y lo seguiremos celebrando a mitad del año.
Muchos años el destino nos separo, hasta que Martré fue invitado varias veces a “Las Comidas de los Cuates” del “Club Primera Plana”, el reencuentro fue pleno de añoranzas y de firme enlace para el futuro, mismo que se solidificó en los encuentros, tertulias, actos culturales y cívicos que los camaradas mutuamente nos convocamos.
Así llegamos a la celebración de XCIII -nonagésimo tercer aniversario- de Gonzalo Martré, según sus biógrafos o apologistas nació, por necesidades del destino, en Metztitlán, Hidalgo el 13 de diciembre de 1928, considerado un “cronista y narrador nato”, cuya obra abarca más de 30 libros, entre novela, cuento y ensayo en los cuales refleja un lenguaje de cotidianidad, costumbres y hechos políticos y sociales del Distrito Federal y otras localidades del país,
Me refiero a los siguientes personajes: al periodista y poeta chiapaneco, Roberto López Moreno; la investigadora académica, Patricia Cabrera López; la poeta María Ángeles Juárez Téllez, y al docente e investigador Carlos Gómez Carro, quienes conjuntaron sus respectivos panegíricos en el homenaje nacional que se le rindió a Gonzalo Martré por su obra literaria y trayectoria en la sala Manuel M. Ponce, del Palacio de Bellas Artes.
En ese cálido y solemne acto se hizo referencia, entre otros trabajos de su inventiva a “Fantomas” que le ha valido ser reconocido por distintas generaciones, él es el autor, argumentista y adaptador del personaje francés de “la amenaza elegante” para convertirla en una historieta mexicana.
Especial mención merece la aportación de Roberto López Moreno, cuando afirma que “Los símbolos transparentes”, es la mejor novela sobre el Movimiento Estudiantil de 1968, en México; en la que se encuentra “una carga de verdad y cólera que beneficiará a las nuevas generaciones de jóvenes que quieran saber de manera fidedigna, acerca de uno de los hechos más dolorosos del país y nuestra historia contemporánea. “Los símbolos transparentes”, consideró López Moreno, “es uno de los libros más importantes sobre el Movimiento Estudiantil del 68”.
Su valor reside, agregamos, en la indiscutible carga de verdad porque Gonzalo Martré, no habla de oídas, fue testigo –presencial-, ahí estuvo como uno más de los manifestantes en el Movimiento Estudiantil y en la masacre del 2 de octubre de 1968 en Plaza de las tres Culturas de Nonoalco-Tlatelolco. CONTINUARÁ.
Periodista y escritor; presidente del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE; secretario de Desarrollo Social de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP; presidente fundador y vitalicio honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana, Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional y Académico de Número de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG. Agradeceré sus comentarios y críticas en teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.org, y www.clubprimeraplana.org, y el portal irradia noticias.com