GENERAL FELIPE ÁNGELES, SU GLORIFICACIÓN (II)

Por Irradia Noticias

SEGUNDA PARTE

Mi muerte hará más bien a la causa democrática que todas las gestiones de mi vida. La sangre de los Mártires fecundiza las buenas causas: Felipe Ángeles

El martes 18, dedicamos este espacio a la presentación del libro, en su primera reimpresión o en su segunda edición, cuyo título ilustra esta entrega, llevada a cabo en nuestra ilustre Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG, auspiciada por la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, ceremonia solemne que tuteló la presidenta, maestra Elizabeth Rembis Rubio

En tal ocasión nos referimos a los tres autores del esfuerzo editorial, ahora nos retrotraemos a 1941 para abordar los altos conceptos de los participantes en la obra que dejó testimonio perenne del traslado de los restos del mártir de la Revolución Mexicana de Chihuahua capital, al estado de Hidalgo, su tierra natal, donde reposan para la inmortalidad de la historia patria.

El artículo del intelectual, escritor, ingeniero y general Vito Alessio Robles, publicado en el Diario “Excélsior” del 20 de noviembre de 1941, deja constancia precisa de que, “todo el año terrible de 1919, estuvo preñado de funestos presagios. La inquietud era enorme, don Venustiano Carranza, presidente de la República, no había podido gobernar en paz ni un solo día, y ni un solo día gobernó sin hacer uso de las inconstitucionales facultades extraordinarias… La libertad de prensa era un mito y se sucedían los llamados “viajes de rectificación” de periodistas. 

La libertad y la vida de los ciudadanos estaban a merced de cualquiera, sin formación de causa o invocando se recurría a la criminal “ley fuga”. Don Venustiano Carranza, ‘aunque personalmente honesto’ toleró el enriquecimiento repentino, por medios inconfesables, de muchos funcionarios y generales a sus órdenes.

El descontento era grande, y llegó al colmo de la indignación cuando se supo la forma en que fue asesinado Emiliano Zapata, en una celada infame, -me remito nuevamente al libro de mi primo Jesús Sotelo Inclán: Raíz y Razón de Zapata-, peor que la de Picaluga, cuando entregó al general Vicente Guerrero a la administración de Bustamante, y cuando se enteró de la forma ostentosa en qué Carranza premió públicamente aquella nefanda traición no sólo con la entrega de 50,000 pesos en monedas de oro al ejecutar, exactamente con la misma cantidad que fue pagado, Picaluga, sino también honrando al traidor con las charreteras de general. Aquel era un estímulo inmoral para los traidores, y pronto Carranza, por un acto de justicia inmanente, habría de ser víctima de una traición semejante, y casi todos sus favoritos serían los primeros en voltearle la espalda.

En medio de aquella tormenta, preñada de nubarrones, hace 22 años, todo el país se enteró de una noticia sensacional; el general Ángeles había sido capturado el 15 de noviembre. Prescindiendo de las mentiras cometidas en los partes oficiales rendidos por el general Manuel M. Dieguez, pronto se supo que esta captura constituyó otra traición.

Con fuerte escolta se le llevó a la ciudad de Chihuahua. Con gran festinación, se designó juez especial en la misma noche, y el 24, el general Dieguez designó el personal para la integración de un especial Consejo de la Guerra extraordinario, el cual deberá reunirse a las primeras horas de la mañana del 25, para juzgar al acusado, y son tan notorias todas las irregularidades cometidas, que no ameritan siquiera que nos detengamos a señalarlas. El general Ángeles, tras aquella farsa de proceso y de jurado militar, fue condenado a la última pena. 

De nada valió que los defensores del general Ángeles solicitarán amparo ante la Justicia Federal, quedaba un recurso supremo al que acudió el noble defensor, licenciado Alfonso Gómez Luna: el artículo 107 constitucional, en su fracción V, previene que: “En los juicios penales, la ejecución de la sentencia definitiva contra la que se pide amparo, se suspenderá por la autoridad responsable, 

El licenciado Gómez Luna pidió amparo por la vía telegráfica ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación y ante el juez de Distrito de Ciudad Juárez, pero al entregar las copias que manda la ley a los vocales del Consejo de Guerra, se rehusaron a recibirlas y todas las autoridades responsables se ocultaron. La Suprema Corte en telegrama mandó suspender la ejecución, pero… ya era tarde. El general Ángeles había sido fusilado a las seis de la mañana. Además, se registró una rara interrupción en las líneas telegráficas, quizás mandadas cortar por el espíritu sanguinario de Huitzilopochtli.

Por su parte el médico y escritor antiporfirista, Mariano Azuela, en su panegírico al General Ángeles, que pronunció en el homenaje llevado a cabo en el Palacio de Bellas Artes el 25 de noviembre de 1941, encomió la iniciativa generosa de un grupo de distinguidos ciudadanos hidalguenses que representa una gran reparación nacional, no por tardía menos laudable y elevada.

“Felipe Ángeles, continuó, levantándose sobre la escoria con que se le ha querido villanamente mancharlo, se incorpora hoy lleno de hidalguía y de desprendimiento ejemplar. La silueta pensativa del artillero es un símbolo de pureza cívica y de gallarda dignidad militar.

Nos encontramos rescatando de la ingratitud a un tipo egregio. a una personalidad benemérita, si las hay, en la historia apasionante y dramática de la Revolución Mexicana. Cubrimos una deuda que la Patria tenía pendiente con uno de sus hijos preclaros.

En la hora en que la adversidad toca la puerta de su destino, conserva toda su integridad de espíritu, que el soldado eleva con sencillez al rango de filósofo. De Ángeles, no sabemos qué admirar más, sí la forma austera y viril en que vivió, sacrificándolo todo por su ideal de redención del pueblo, o la manera alta, segura, cincelando el gesto y la actitud en el noble estilo socrático del que penetra en la entraña del misterio con la entereza del deber cumplido.

Finalmente, son de recordarse las palabras ante el sacerdote que quiso  confesarlo: “no, no, señor, yo no necesito de sus servicios. Yo lo que necesito es un filósofo que estudie mi vida y vea si es justa la pena que se me acaba de imponer, porque mi lucha la he dedicado siempre en beneficio de los pobres”. 

Camino con paso firme al paredón Feliope Ángeles, donde sería fusilado con la Gloria del soldado inmaculado.

Periodista y escritor; presidente del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE; secretario de Desarrollo Social de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP; presidente fundador y vitalicio honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional, Académico de Número y director de Comunicación Social de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG. Agradeceré sus comentarios y críticas en teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le invitamos a visitar: www.felap.infowww.ciap-felap.orgwww.fapermex.org y el portal: irradianoticias.com    

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