El próximo 7 de agosto, Francia Elena Márquez Mina asumirá la vicepresidencia de la República de Colombia. Al mismo tiempo, será la titular del Ministerio de Igualdad de su país, cargo de nueva creación, cuyo objetivo es garantizar los derechos de la comunidad LGBTIQ+ y erradicar el racismo. Márquez, también encarna la esperanza de una mejor vida para los pueblos originarios y afrodescendientes.
Apenas entrada en sus años cuarenta, Francia Márquez es un claro ejemplo de la cultura del esfuerzo, pues luego de una infancia y juventud llena de carencias y sacrificios, de haber sido empelada minera, doméstica y técnica agropecuaria, obtuvo su título profesional como abogada en el año 2020, por la Universidad Santiago de Cali.
Los políticos de conservadoras tendencias machistas, aunque se digan de izquierda, donde no debería existir machismo, pero lo hay, como el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, desestimaron la participación de Francia Márquez como compañera de fórmula en la candidatura presidencial colombiana de Gustavo Petro. No reconocieron -ni lo harán- la fundamental importancia de su influencia con votos efectivos, que los llevaron al triunfo electoral, el pasado domingo.
No se trata únicamente de que haya sido mujer y afrocolombiana, sino de que sus actividades sociales y ambientalistas merecieron reconocimiento nacional e internacional. En sus viajes a Estados Unidos, Ecuador, Panamá, México, Francia y múltiples destinos académicos y foros, buscó hacer del conocimiento general las violaciones sistemáticas a los derechos humanos, a las que ha sido sometido su pueblo.
Márquez Mina ha sido la voz de miles de mujeres negras que han sido, dicho en sus palabras, “fuertemente violentadas y sus cuerpos usados como un instrumento de guerra”. Con toda esa historia y más, obtuvo cerca de ochocientos mil votos en las elecciones internas del llamado Polo Democrático Alternativo que avalaron su incorporación a la coalición que encabezó Petro.
Como puede notarse y como en política todo cuenta, su postulación fue clave para obtener mucho más de esos cerca de tres puntos porcentuales que marcaron la diferencia. Ante la falta de sensibilidad de Andrés Manuel López Obrador, quien se desvivió en felicitaciones sólo para Gustavo Petro, olvidando a Francia Márquez, me parece justo destacarla y reconocerla, más allá de los discursos ideológicos y de los pleitos por el poder.
Y para iniciados
Los pésimos resultados de las políticas económicas, salvo para conservar cautiva a una clientela electoral empobrecida, a través de los programas sociales, y en materia de seguridad, que nada más no han logrado contener el clima de violencia, inseguridad y el predominio mayormente impune de las bandas del crimen organizado ya son inocultables, inmaquillables. Ni Andrés Manuel ni Cuauhtémoc Blanco han podido con el paquete. Cada vez son más quienes se dan cuenta de la cortina de humo que ha tendido la Cuarta Transformación. Tome precauciones, porque todo apunta a que la inseguridad y la inflación seguirán creciendo.
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