Mario Moya Palencia, secretario de gobernación durante la administración de Luis Echeverría Álvarez, tenía todos los atributos para haber sido considerado por el presidente a la candidatura presidencial. Además de ocupar la secretaría ideal para catapultarse, Moya fue uno de los principales responsables de la matanza del 10 de junio de 1971 en contra de estudiantes universitarios, mérito más que suficiente para haber sido elegido.
Cuenta la leyenda que, en una comida en la Hacienda de Los Morales en la CdMx, esta mancuerna infernal generalmente se sentaba junta en todo evento y en ese no podía dejar de hacerlo. Moya, tras probar un platillo, llamó al mesero pidiéndole que le cambiara el arroz ya que estaba crudo. Echeverría siempre atento a todo lo que sucedía a su derredor, lo tomó del brazo y le dijo “Mario, este arroz ya se coció”
Días después el PRI nombraba a José López Portillo, humilde, sencillito director general de la Comisión Federal de Electricidad, candidato a la Presidencia de la República.
José López Portillo, que gobernó el país entre 1976 y 1982, ha sido considerado como uno de los peores que ha tenido nuestro país. Con una política social transformadora, en su administración, se tuvo la peor economía sufrida en México. Originó una inflación galopante, hubo elevado déficit público y de cuenta corriente, el descontrol de la deuda pública, las elevadas tasas de interés y la devaluación de la moneda hechos que sumieron al país en un pozo del que, surgió tras treinta años de dura recuperación y que ahora con otra transformación política está en grave riesgo de volver a hundirse.
En un documento desclasificado recientemente por la Administración de los Archivos Nacionales de EE UU, demuestra que López Portillo, fue informante de la CIA, colaborando por varios años hasta antes de que asumiera la presidencia.
En la actualidad, el anuncio del arroz cocido empezó desde hace casi un año. Mucho antes de que existieran candidatas y candidato y que arrancaran las campañas. Sin fundamento resolvía riesgosamente la elección antes de que la gente vote ya que por simples encuestas se inclinaba el fiel de la balanza al oficialismo dejando en lo absurdo la participación de la oposición.
Mientras en el centro de la república se preocupan que con tantos errores cometidos, no se les tateme el arroz, en forma análoga, en nuestro estado, mucho antes de que se oficializara el inicio de las precampañas, es más, antes de que los partidos dieran a conocer sus alianzas, el gobernador Blanco Bravo ya paseaba a su posible sucesor, al Wero Mercado quien a la postre resultara candidato a una Senaduría por el Estado de Morelos.
Nuestra Entidad Federativa siendo de vocación agrícola, arrocera, contemplaba a varios arroces como posibles candidatas y candidatos a la gubernatura, incluido el mismo Wero Mercado, y otros personajes de diferentes regiones morelenses.
Sin embargo, Mario Delgado, cumpliendo el mandato presidencial, vino a los asoleaderos morelenses a hacer una elección de arroces, inclinándose por Margarita González Sarabia, arrocera de Tlaltizapán, soslayando a mejores arroces, como los de Jojutla, Jiutepec y el de Cuautla.
El Frente Fuerza y Corazón por México aprovechó la marginación oficialista y acepta la incorporación de Lucy Meza para encabezar a la oposición morelense hacia la gubernatura de Morelos y por lo desarrollado en una buena campaña, a pesar de las truculentas encuestas oficiales, se percibe ese sabroso aroma que desde la Hacienda de Buenavista dice “Este arroz ya se coció y es de Cuautla”.
A propósito de arroces, se encuentran dos Amigos, uno de ellos cubierto de arroz, el otro le pregunta ¿en dónde fue la boda?, a lo que responde, cuál boda, ¡me vomito un chino!
¡Amigos les dejo como siempre un afectuoso saludo!