1.- Escándalo de pena
2.- Planeación
3.- Javier Estrada
4.- Siguen los agazapados
1.- Al escandalizarse y al ser en oficinas, dejó de ser un acto privado para convertirse en un hecho público, en un griterío en la oficina principal del Tribunal Superior de Justicia, y los protagonistas fueron el graquista, Jorge Gamboa Olea, y su señora esposa, recién electa jueza, Vanesa Gloria Camacho Viveros, quien ingresó de improviso y encontró a su cónyuge en una posición incómoda con integrante del personal de presidencia, y ardió Troya, los gritos llegaban hasta la Plaza de Armas para que todos se enteraran, que nadie quedara ajeno, que el que no estuviera en ese rato, preguntara y sería enterado por decenas que se asomaban tímidamente al sitio de donde salía la exigencia de que se le explicara qué estaba pasando, aunque era evidente, por el escándalo, lo que ahí se daba.
Esto el viernes, de acuerdo a crónicas que rodaron de aquí para allá, sin brida ni freno, con el agregado de que se habla de que tres mujeres del grupo principal, de la presidencia, había sido despedido, en algo así como para curar la herida, sin saber quién era el culpable, ¿eran las tres jóvenes despedidas o una, o dos, o el presidente?, el caso es que ya se tenía a las “responsables” para buscar calmar la ira del señor que salió a ser conocida en griterío sin par, en escándalo de la peor ralea y que se recordará siempre.
Por este hecho, se pide la renuncia de Jorge, quien pudiera ver derrumbarse ahora lo que soñaba para cuatro años como mínimo, y se deja la puerta abierta para que el cuñado de Rabín, Francisco Hurtado, tenga alguna posibilidad de adelantar el cuartelazo que no se tenía pensado para ahora, sino que era aterciopelar las cosas hasta que fuera bajo acuerdo, no era necesaria la violencia porque el titular del Tribunal estaría acotado, los diputados elegirá magistrados dóciles, a modo ¿en pago por evento, además de impunidad diputaril directa y para familiares?, lo que será esta semana o la próxima.
Panchito, quien fuera asesor del mediocre fiscal que se padece en Morelos -no se sabe si la mediocridad radica por el propio Uriel o por la clase de asesores que tuvo y tiene-, pudiera ser el responsable del Tribunal, con lo que dejaría en claro que es digno de la familia de los rabines, porque tiene más suerte que capacidad, pues sin boleto se sacaría la lotería, se le adelantaría su dominio y su cuñado tendría otra posición para dinamitar a la entidad, pues ya es suyo el congreso y ahora esto, si es que legalmente le corresponde y que sería con personal a modo para perpetuarse en el poder judicial, ni más ni menos.
El gris asesor de Uriel pudiera ser el presidente del TSJ. Sólo he escuchado a Messeguer hablar bien de Panchito, en una reunión coloquial que se tuvo recién. Habrá que esperar.
¿Era necesario el escándalo?, o debo preguntar, ¿eran necesarios los hechos?, ¿sólo esta vez se dieron o ya era la costumbre?, ¿sólo se da en esa oficina?, ¿sólo se presenta en el poder referido o es la práctica cotidiana?, ¿así se arregla el mundo en este Tribunal?.
¿Los que piden su salida están limpios de pecado?, de ser así, que arrojen la primera piedra. Lo cierto es que el escándalo ahí está y alguien tiene que responder cuanto antes y en una semana crucial, en la que los diputados condenarán a la sociedad a pagar 70 millones de pesos por las pensiones doradas que se darán a los que se jubilarán antes de que llegue su tiempo, en acciones legaliodes; a ellos les gana la ambición, al igual que a los señores diputados, al grupo de los 15, de los gracorrabines de derecha, para imponer a sus incondicionales como magistrados y lo que ello representa y que he dado cuenta.
2.- Las reuniones de Consejo Técnico no son días de descanso del magisterio; es la hora en la que, sin apoyo de la autoridad, los profesores buscan soluciones para que camine el proceso educativo que sufre un gran rezago, así que les pido que no digan mentiras.
3.- Si alguien piensa que por motivos políticos querían quitar a Javier Estrada, están fatales; él es el dueño del partido y hacia el exterior, el organismo debió perder el registro, pero Ale Flores le vio vida en el reacomodo de votos; así que no representa nada, políticamente hablando.
4.- Siguen agazapados, haciendo sus arreglos para los nombramientos de magistrados los mercenarios de la política, los que deben pagar en las urnas su vulgar ambición.