Anabel Hernández redactaba la semana pasada, la siguiente nota:
“AMLO, recogerá los frutos de la discordia sembrada en sus primeros tres años de gobierno.
La sociedad está hastiada de la inseguridad y violencia, y un amplio sector repudia la confrontación alentada por el presidente.
Dentro del equipo más compacto del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el 2022 se dibuja como un año de ruptura y una fuerte crisis no solo dentro de su partido político Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), sino también dentro de su equipo de gobierno.
Esta crisis y ruptura dentro del gabinete y Morena, afirman personas muy cercanas a AMLO, se traducirá en un presidente menos fuerte, sin operadores políticos eficaces, y con crisis que lo someterán a un desgaste. Pronostican que cada día se irá quedando solo porque su ‘rebaño’ ha comenzado a descarriarse en la competencia por la sucesión presidencial que él mismo empujó de forma demasiado anticipada, y por la forma autoritaria y poco democrática en que se manejan los hilos dentro de su partido y gabinete.
AMLO recogerá los frutos de la discordia sembrada en sus primeros tres años de gobierno. No solo la sociedad mexicana está hastiada de la inseguridad y violencia, sino que cada vez es más amplio el sector social que repudia la confrontación alentada por el presidente con críticas y ofensas a quienes lo cuestionen, contradigan, o tan solo no piensen como él. Este hartazgo también permea dentro del gabinete y de Morena”.
Hasta aquí la nota.
Esta es una apreciación por demás generalizada, una apreciación que se escucha hasta en las entrañas Morenistas, realidad apreciada en las disgregaciones de partidarios del movimiento político MORENA.
Lo sucedido la semana pasada en la consulta popular para ungir congresistas de MORENA, representa la fuerza real que dicho partido tiene, como tal, no hay más por el momento, con un 45% de aceptación se muestra como el partido con la mayor identidad política.
Sin embargo, lo sucio del proceso, el ser juez y parte, y los resultados fundados en la discordia alentada por AMLO, así como la designación abierta de sus candidatos, anticipa crisis y ruptura dentro del gabinete y del mismo partido, Morena.
En introspectiva morenista, el senador, Ricardo Monreal, calificado como “la voz de primera para entender a la cuarta”, ha manifestado que el proceso que llevo a cabo Morena para elegir a los delegados al Congreso Nacional, tuvo muchos vicios, como la exclusión que pone en riesgo de “perder la esencia y el propósito principal del partido”, olvidando los principios que lo originaron, que contienen la inclusión y la tolerancia, transformándolos en exclusión e intolerancia ignorando primeramente a sus seguidores y soslayando a sus creadores.
En Morelos prevalece la misma condición, la preferencia de AMLO hacia Cuauhtémoc Blanco fue complacida por la dirigencia de MORENA local, Ulises Bravo Molina, hermano del gobernador, se postuló para formar parte del Comité Estatal del partido MORENA en la entidad e incluso poder dirigirlo, su registro fue aceptado y su nombre está en las listas de registro de postulantes.
Han sido varias las injerencias y declaraciones de Blanco Bravo hacia tener el dominio de MORENA en Morelos, muchos militantes, seguidores de López Obrador de hace varios lustros, fueron marginados, excluidos, ignorados y ofendidos. La intención está dirigida a hacer nuevamente a un lado a Rabindranath Salazar Solorio en su carrera a la candidatura a Gobernador lo que se antojaría difícil en un proceso legal y democrático.
Los dedazos del presidente a favor de sus preferidos para ser los candidatos de su partido para la elección presidencial del 2024 han molestado a muchos dentro de su gabinete, dentro del partido, y en su círculo más cercano, molestia contenida hasta el domingo, los verdaderos morenistas afirman que en el 2022 no será igual. Una cosa es que acabara la época del «tapado” como se conocía a la tradición de mantener oculto hasta el último momento al preferido del presidente en turno para sucederlo, y otra cosa es el «dedazo” mugroso de AMLO.
¡Amigos como siempre les recuerdo que, la semana tiene siete días y gracias a Dios es viernes!