EN 93 MIL PALABRAS ¿NOS COMUNICAMOS?

Por Irradia Noticias

Al finalizar el año 2024, tenemos ya 93 mil palabras. Es lo que hay en nuestro menú lingüístico del español o castellano, ¿y cuántas usamos, conocemos o sumamos en 365 días agregando sus horas, segundos, incluidas las pensadas y las silenciadas?, eso ya es relativo a la cultura y educación del hablante, su equipaje gramático y sus contextos.

El Diccionario de la Real Academia Española RAE, estableció que al finalizar 2024, se cuenta con más de 93 mil palabras y 19 mil americanismos que actualmente se usan por la sociedad hispanohablante.

Algunas novedades son: Aerotermia, Anjana, Barista, Catacumbero, Chorro, Ciclocross, Conmiserar, Curling, Desarrollador, Desendeudamiento, Drive, Escalabilidad, Sociolaboral, Snorkel, Espóiler, Fitness, Funk, Glam, Groupie, Infusionar, Macrojuicio, Musealización, Ovnilogía, Parrillar, Posnet, Rapear, Salafismo, Teletrabajar, Wasabi, Yuyu.

Los nuevos términos pertenecen fundamentalmente a tres categorías gramaticales: adjetivos, sustantivos y verbos, ¿pero para qué $#/!&=%°# sirve esto cuando 2025 inicia con aumento en la gasolina?

Sucede que las palabras, cumplen funciones muy importantes en la creación y el funcionamiento de un lenguaje: designa objetos y conceptos, comunica significados, establece relaciones conceptuales; es decir, se expresan atributos, cualidades o acciones, se formulan oraciones portadoras de sentido, se describe la realidad de situaciones, sentimientos e ideas y, se supone, que facilita la comunicación, se transmite cultura y etc.

Y digo se supone, pues no es lo mismo y no se resuelve nada, cuando cruje en el bolsillo un “gasolinazo” como bienvenida al año nuevo 2025, y a través de las palabras, te corrigen la percepción y te dan brújula lingüística: “…es ajuste en la inflación”.

A través de las palabras, se puede realizar lo más perverso: la manipulación.

La manipulación es un tema complejo con diferentes aristas y algunas veces de consecuencias paradójicamente innombrables.
Por ejemplo, hay las que influyen en las emociones y predisponen a ver un tema de cierta forma, otras dan relevancia a detalles y no a otros y sesgan la percepción de un asunto importante; en algunos casos, las palabras tergiversan los hechos, distorsionan datos reales para que encajen en un marco argumental determinado, los vivales actualmente utilizan falacias lingüísticas, apelan a errores de lógica y, qué decir, de aquellas palabras que se usan en la propaganda y marketing político donde la propensión a elegir palabras ambiguas o con doble sentido, genera confusión o permite interpretaciones sesgadas al omitir de manera selectiva, detalles que irían en contra de la tesis que se defiende y el antídoto es un pensamiento crítico para detectar estas técnicas.

Hoy, la RAE nos anuncia que al finalizar el año 2024, tenemos ya 93 mil palabras y un cuestionamiento forzoso para la sobremesa en la cena de fin de año es: ¿cuántas conjugaciones gramaticales se pueden realizar con 93 mil palabras? Quizás, no sea posible calcular exactamente cuántas, ya que depende de varios factores como:

El tipo de palabras: No todas las palabras se conjugan. Solo los verbos, adjetivos y algunos sustantivos admiten conjugación. Número de formas verbales: Los verbos pueden tener decenas de formas según persona, número, tiempo, modo, aspecto, etc. Variación de género y número: Los adjetivos y algunos sustantivos varían en género (masculino/femenino) y número (singular/plural).

En una aproximación de ejercicio algorítmico, tendríamos que: Si el 50% de las palabras (unas 46 mil 500) fueran verbos, cada verbo puede tener unas 50 formas diferentes entre personas, tiempos, modos, etc., eso daría… dos millones 325 mil conjugaciones verbales y si otro 25% (unas 23 mil 250) fueran adjetivos o sustantivos variables, cada una podría tener entre 4 u 8 formas… serían entonces: unas 93 mil o 186 mil variaciones.

En una estimación muy gruesa serían: dos millones 418 mil o dos millones 511 mil conjugaciones posibles; aproximadamente, pues depende mucho del léxico y reglas morfológicas específicas de cada idioma.

Dando cause al regalo de la RAE a finales de 2024, significa que hay tarea gramatical y lingüística de español o castellano para 2025, y ante esta delgada línea donde las nociones de realidad tienen su nicho y es una aduana donde se acredita en identidad la semántica y la narrativa, ¡demos gracias a Dios porque hablamos!, pero pregúntate: ¿nos comunicamos…?
¡Feliz año!

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