“¡No hagas daño a un periodista, porque lo pagarás toda la vida!”.
A lo largo de la historia de nuestro País luego de la Revolución, los sucesores de cada Presidente de la República en sus respectivos periodos, antes de 4 años y a partir de 1934 por sexenios, casi siempre hubo traiciones y deslealtades, pues son pocos los casos donde la lealtad del Sucesor se mantuvo con firmeza y respeto, sin vendetta ni venganzas… De viejos tiempos hago referencia que tras el sube y baja de los presidentes de la República primero en el México Independiente hasta los tiempos de Antonio López de Santa Anna quien fue ¡once veces Mandatario!, vinieron los tiempos de la Reforma y con ello la presencia de Juárez, quien tuvo que sortear no sólo la guerra por la Invasión Francesa sino el efímero Imperio de Maximiliano… A Benito Juárez la muerte le acotó su mandato que iba para largo… Pronto llegaría Porfirio Díaz al Poder Presidencial de cuatro años, tiempo breve que le obligó constitucionalmente al relevo presidencial que dejó en manos de Manuel González Flores -don Manuelito– quien le guardó respeto y lealtad (1880-1884), hasta que le retornó la Silla Presidencial… Durante más de 30 años no hubo Sucesor y por ello vinieron los aciagos tiempos de la Revolución Mexicana, que tras el asesinato del presidente Francisco I. Madero y el vicepresidente José María Pino Suarezpor órdenes de su propio Secretario de Guerra Victoriano Huerta, provocó las asonadas que convirtieron la Presidencia de la República otra vez en un sube y baja de mandatarios por muy breve tiempo, como fue el caso de Pedro Lascuráin quien fue Presidente de México ¡sólo 43 minutos…! Las condiciones para los mandatarios no eran las más favorables en ese tiempo, hasta que llegó Venustiano Carranza al poder, quien Constitucionalmente lo detentó hasta que fue sacrificado en Tlaxcalantongo, Puebla en 1920… Vinieron más zipizapes por la Silla Presidencial… Álvaro Obregón asumió la Primera Magistratura (1920-1924) pretendió reelegirse en 1928 pero fue asesinado en el restaurante La Bombilla por los rumbos de San Ángel en el Distrito Federal… Entre ‘apretutes’ llegó Plutarco Elías Calles a la Presidencia (1924-1928) y muy pronto se le acabaron sus cuatro años pero no el Poder que ejerció tras bambalinas con sus tres sucesores Emilio Portes Gil (interino diciembre de 1928 a febrero de 1930); Pascual Ortiz Rubio(febrero 1930 a septiembre 1932) y Abelardo L. Rodríguez (sustituto septiembre 1932 a noviembre 1934)… Se puede decir que los tres no sólo fueron leales, sino sumisos ante el poderoso Plutarco, quien ejerció El Maximato y pretendió repetir la misma circunstancia con Lázaro Cárdenas del Río, primer presidente sexenal (1934-1940), quien asumió el Poder, pero pronto en su casa de Paseo de la Reforma le fue colgada una leyenda, como ya lo exprese en otra entrega, cuyo texto decía: “Aquí vive el Presidente y el que manda vive enfrente”, pues ahí vivía don Plutarco, luego de lo cual don Lázaro mandó un agrupamiento de soldados con la orden de sacar de inmediato del País a Elías Calles por vía del entonces naciente Aeropuerto en los llanos de Balbuena de la Ciudad de México con destino a San Antonio, Texas, luego de lo cual Plutarco sólo volvió a México para morir de cáncer terminal… El relevo de Cárdenas vino con Manuel Ávila Camacho, quien como sucesor de Cárdenas y por ser tiempos de la Segunda Guerra Mundial nombró a éste Secretario de Guerra y Marina, lo cual lo mantuvo con buen poder dentro del Gabinete… El relevo de Ávila Camacho se dio entre zipizapes en la figura de Miguel Alemán Valdez, quien ganó la contienda electoral a Ezequiel Padilla Peñaloza… La discreta presencia del expresidente Ávila Camacho permitió a Miguel Alemánmanejar con tranquilidad sus desempeños… Vendría la sucesión de Alemán en la figura de don Adolfo Ruiz Cortines, Secretario de Gobernación y líder de los trabajadores burócratas del Gobierno de la República, quien ‘venció’ discutiblemente al aguerrido general Miguel Henríquez Guzmán… Don Adolfo fue cuidadoso en su trato para con don Miguel, quien apenas si se movía políticamente, luego de recibir el certero mensaje del Mandatario en turno… Continuará. ¡Hasta mañana que será un día más!
