El 6 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzó la bomba atómica «Little Boy» sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, marcando un punto de inflexión en la Segunda Guerra Mundial que sellaría por siempre de estigma y luto a la humanidad. La bomba fue lanzada a las 8:15 de la mañana desde el bombardero Boeing B-29 «Enola Gay» Superfortress, causando la muerte inmediata de miles de personas y devastación masiva.
Tres días después, el 9 de agosto, Estados Unidos repitió su vergonzosa hazaña, lanzó una segunda bomba atómica, «Fat Man», sobre Nagasaki en donde la matanza fue infausta. En América sin asimilar aún lo sucedido en Hiroshima, las noticias llegaban con retraso, no se trasmitían digitalmente como ocurre hoy, al día siguiente no sabían de la masacre aumentada en la ya desaparecida ciudad de Nagasaki, así como por qué el ser humano enloqueció.
A ochenta años de las genocidas decisiones del ser humano en contra de sí mismo, nos tropezamos que, “los buenos” siguen enfrentándose a “los Malos”, continúan con el juego de la muerte.
El sábado pasado el papa León XIV hizo una llamada a la “razón” a Israel y a Irán, enfrascados desde el viernes en un intercambio de ataques aéreos y de misiles que han causado decenas de muertos, la inmensa mayoría en el país persa, atacado en primer lugar por la aviación israelí.
Israel acusa a Irán de financiar a grupos “terroristas” y de perpetrar ataques contra sus intereses movido por el antisemitismo de los ayatolás. Igualmente considera a Irán una amenaza existencial. Ha acusado a Irán de albergar intenciones genocidas, mientras que Irán ha acusado a Israel de llevar a cabo un genocidio en Gaza.
De donde se deduce que Israel ha solicitado sanciones y acciones militares contra Irán para impedir que adquiera armas nucleares. Irán lo niega, argumenta su derecho a la tecnología nuclear con fines pacíficos, incluido el enriquecimiento de la materia atómica, como parte del Tratado de No Proliferación Nuclear.
Israel, que no es parte del tratado, por lo que es deficitario de energía eléctrica al no tener generadoras atómicas de energía y es el único país de Oriente Medio del que se sabe ampliamente que posee armas nucleares, aunque no lo reconozca, manteniendo una política deliberada de ambigüedad. Se estima que posee entre 90 y 300 ojivas nucleares.
A lo largo de los años, la posibilidad de que cualquier país utilice una bomba atómica genera un sinfín de especulaciones sobre las devastadoras consecuencias. El medio oriente, está inmerso en constantes tensiones geopolíticas, se enfrenta a la amenaza de una catástrofe sin precedentes en el caso de un conflicto nuclear.
La Biblia consigna que, la política de Dios para las naciones es que Israel no se meta con ellas, lástima que las Naciones Unidas no lo sepan. Todas las naciones en la Gran Tribulación marcharán contra Jerusalén y serán destruidas. Según el profeta Zacarías Jerusalén, será liberada del asedio final por la venida personal del Señor.
Irving Gatell, historiador mexicano dice que esa región ha merecido múltiples nombres desde hace unos cuatro mil años: Canaán, Hurru, Filistea, Israel, Samaria, Judá, Judea, Palestina, Reino Cruzado de Jerusalén, otra vez Palestina, y otra vez Israel.
En la infinita guerra de Medio Oriente ¿Cuándo será tierra de paz, tierra del Reino de Dios?
Aquí entre nos: Como diría un buen Amigo “Tan Tan se acabó el corrido” Aún no llegaba la presidenta Claudia Sheinbaum a Canadá, cuando Trump ya se había retirado de la Cumbre del G7. Ante la escalada bélica en medio oriente, entre Israel e Irán, Trump convocó a su personal de seguridad a reunirse en Washington, considerando de mayor importancia dar fin al conflicto ante cualquier asunto que trataría en el G-7.
No obstante, Trump ordena a los agentes de ICE que hagan todo lo posible para lograr deportaciones masivas sobre todo en ciudades demócratas.
El reverendo Mike Huckabee embajador de Estados Unidos en Israel, eleva una oración pidiendo a Dios que ilumine a Donald Trump en las decisiones que tome sobre el gran conflicto, así como su protección tal y como lo hizo en el atentado que sufriera el 13 de julio de 2024 en Pennsylvania.
El juicio divino, como acto inminente de Dios, denota la acción de la justicia retributiva de Dios por la cual se decide el destino de las criaturas racionales según sus méritos y deméritos.
Amigos como siempre les dejo un saludo con afecto.