En el marco del día internacional de la mujer, es importante recordar que el 08 de marzo de 1875 centenares de mujeres de la Ciudad de Nueva York, protestaron contra la desigualdad salarial que sufrían respecto a sus compañeros varones. Manifestación que terminó en una brutal represión de la policía, en la que se privó de la vida a ciento veinte mujeres trabajadoras. Por referida razón en el año de 1975, la Organización de las Naciones unidas, decretó el día ocho de marzo para reflexionar sobre la búsqueda de la igualdad, la no discriminación y la erradicación de la violencia contra las mujeres.
Sin embargo, a pesar de que han pasado cuarenta y ocho años desde la citada declaración, aún existe al menos en nuestro país un alto índice de mujeres, que son constantemente violentadas y que incluso son víctimas de la forma más extrema de violencia que se puede ejercer en su contra, esto es, la privación de la vida. Por citada razón, desde el año 2011 las entidades federativas de nuestro país, comenzaron a tipificar el delito de feminicidio, el cual tiene como elemento principal que la privación de la vida de la mujer, sea por motivos de razones de género.
Para entender mejor este concepto, es menester enunciar lo que estipula la Ley Sustantiva Penal vigente en el Estado de Morelos en su artículo 213, considera que existen razones de género cuando la víctima presenta signos de violencia sexual, se le hayan ocasionado lesiones infamantes, haya existido entre el activo y la víctima una relación sentimental, familiar, de parentesco, laboral, o cualquier otra que implique confianza o subordinación. Además, que existan datos que establezcan que hubo amenazas relacionadas con el hecho o en su caso, que el cuerpo de la víctima sea expuesto o arrojado en un lugar público.
De acuerdo a datos expuestos por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, del año 2015 al 2022 se registraron 5790 casos de feminicidios en México. Siendo este dato alarmante, que obligadamente debe ser atendido sustancialmente, ya que estos no solo laceran a víctimas y ofendidos, sino a toda la sociedad en general, al habitar en un entorno de violencia y discriminación histórica contra las mujeres.
No debemos perder de vista, que la lucha por los derechos de las mujeres ha logrado romper diversos estereotipos, pues en la actualidad existe la garantía de que pueden ejercer libremente sus derechos laborales, políticos y educativos. Sin embargo, aún existe un gran camino por recorrer y el Día de la Mujer es un recordatorio para continuar promoviendo el cambio que nuestra sociedad necesita, el cual debe enfocarse en romper las barreras de la inclusión, para así poder acceder a la tan anhelada igualdad sustantiva, en la que verdaderamente se proteja a todas las mujeres que integran nuestra sociedad.