Nuestra circunstancia y realidad geopolítica, nos requieren estar atentos a los sucesos relevantes que acontecen en los Estados Unidos, nuestro poderoso vecino del norte y, en esta lógica, el discurso del Estado de la Unión (The State of the Union Address) pronunciado en su segundo año de mandato por el Presidente Joe Biden ante el Congreso de los Estados Unidos, representa sin duda la oportunidad de percibir el estado que guarda dicha nación, pues generalmente informa, entre otros temas, sobre el presupuesto, la economía, la agenda política, el progreso, los logros y prioridades de la administración del Presidente, así como la agenda legislativa de la nación americana. Esta práctica se remonta a 1790, cuando el Presidente George Washington, dirigió su primer mensaje anual en Sesión Conjunta del Congreso, en la ciudad de Nueva York, en aquel entonces Capital Provisional de los Estados Unidos.
Podemos decir que se trata del “Informe del Presidente”, si hacemos una analogía con las formas y normas de México; en el que el Presidente Biden mostró el 7 de febrero, apertura y cordialidad a sus contrincantes republicanos, un par de días después del aniversario en nuestro país de la promulgación de la Constitución Política de 1917; con una habilidad política que no deja de sorprender a quienes le han subestimado y se han dejado influenciar por sus supuestos bajos niveles de aprobación. El Presidente Biden, ha sabido imponerse en temas polémicos y discordantes ante ambas fracciones del bipartidismo como el sistema de atención médica (Medicare) y la seguridad social (Social Security), programas altamente populares, pero igualmente costosos para las finanzas públicas.
Con una probable campaña de reelección por delante, Biden resaltó los éxitos de su administración –que no ha sido fácil–, ante un Congreso dividido, e incluso investigaciones por parte del Partido Republicano, y un escenario internacional que le presiona por la guerra en Ucrania y la respectiva amenaza asiática; además de la sombra de una posible recesión económica.
Si bien es cierto que para México y los mexicanos pudiera tratarse tan solo de una noticia internacional más del acontecer político-social en el país al norte de nuestra frontera, hay que considerar que entre ambas naciones existe, coexiste una simbiosis indisoluble en temas verdaderamente relevantes como la economía, migración, medio ambiente, seguridad nacional, por tan solo mencionar los más visibles, pero que en realidad se trata de un sin número de asuntos que en mayor o menor medida confluyen con un impacto importante en ambas partes del Río Bravo.
Aun cuando la comunidad hispana en los Estados Unidos no es exclusivamente mexicana, nuestros connacionales representan casi el 40% de los más de 60 millones, según el censo de 2021; circunstancia que cada vez más, se refleja en la vida cotidiana, pero también en la vida institucional de aquel país; muestra de ello, el hecho de que por primera vez en la historia norteamericana, el Discurso del Estado de la Unión, fue transmitido en vivo, simultáneamente en español con cobertura nacional por NPR (National Public Radio); así como el hecho de que, entre los invitados especiales se contó con la presencia de Mitzi Colin López; inmigrante mexicana defensora de la reforma migratoria integral; e incluso parte de la contestación al discurso del Presidente, se realizó en español, por el Representante de Arizona, Juan Ciscomani.
Por cierto, la educación superior y el desarrollo son unos de estos temas relevantes y, en los que mucho, tiene que agradecer México a Estados Unidos; pues cada año, a través de becas tanto académicas como deportivas, han dado la oportunidad a cientos de jóvenes de México para cursar su educación universitaria y de posgrado; cambiando radicalmente su expectativa de vida.