El mercado más grande de Morelos es el Adolfo López Mateos de Cuernavaca, inaugurado el 7 de mayo de 1964 por el entonces presidente de la República, cuyo nombre lo lleva dicha central de abasto.
Cabe comentar que fue declarado abierto, pero sin comerciantes, quienes se negaban a abandonar el legendario mercado Benito Juárez, el mismo que abarcaba varios tramos de las calles Guerrero, Degollado y Carlos Cuaglia, por donde tenía el acceso principal y un hermoso reloj de la época porfiriana del cual jamás se conoció su paradero. El entonces alcalde y a la postre cronista capitalino Valentín López González, cuate de Don Adolfo López Mateos, mandó demoler el antiguo mercado y fue así como el primer mandatario federal pudo ver su obra ocupada por locatarios.
Pero bien dice el antiguo adagio mexicano: “Origen es destino”. Desde siempre, el mercado más grande de Morelos ha padecido enormes problemas.
Aunque me han rebatido mi opinión, sigo considerando que Cuernavaca tiene sin resolver dos grandes agravios o rezagos urbanos: la colonia Patios de la Estación y el mercado Adolfo López Mateos. En este último, su estigma ha sido la corrupción pactada entre las autoridades municipales, el administrador del centro de abasto en turno y los dirigentes de las uniones locales de comerciantes.
Aun así, por tener una alta densidad de locatarios, vendedores semifijos y ambulantes, cada tres y seis años es visitado por candidatos al gobierno estatal, a la presidencia municipal, a diputaciones federales y a curules en el Congreso local. La mayoría, una vez encumbrados, se olvidaron de quienes, en determinado momento, confiaron en ellos y votaron a su favor, sin ver jamás la cristalizadas las promesas de “remodelación”, “reconstrucción” y “modernización” del ALM.
El 18 de mayo de 2015, en el contexto de la campaña de candidatos a presidente municipal de Cuernavaca, el sitio web Periodismo Sin Censura publicó un magnífico análisis respecto a las circunstancias, allá y entonces, del multicitado mercado, aún latentes hasta ahora. El trabajo se publicó bajo la firma de la colega Anabeli Franco. A continuación, transcribiré algunos fragmentos:
El Mercado Adolfo López Mateos desde el 2011 se encuentra en medio de un conflicto de intereses, entre autoridades municipales, estatales y comerciantes, que no permite que se pueda desarrollar una mejora en su infraestructura.
En ese mismo año, la administración priista de Manuel Martínez Garrigós propuso realizar la remodelación completa del mercado, haciendo de éste un mega proyecto moderno con escaleras eléctricas, un puente, mejores sanitarios y locales que ocuparían empresas transnacionales, algo parecido a una tienda departamental. Los comerciantes se negaron al proyecto, ya que pretendía excluir a varios locatarios y comerciantes semifijos, además de ir en contra de su desarrollo económico.
Posteriormente, cuando asume la alcaldía de Cuernavaca, Jorge Morales Barud, siguió el proyecto, pero en conjunto con el secretario de Economía del Gobierno del Estado, Julio Mitre Cendejas, y el Centro de Especialidades de Desarrollos Estratégicos Morelos A.C. (CEDES). Los cabilderos estatales y municipales tuvieron reuniones en las que construyeron puros sueños guajiros. A continuación, algunos de ellos: se proyectaba la inversión de 190 millones de pesos para la remodelación completa, que constaría en la construcción de un estacionamiento de cinco niveles con caseta de cobro, valuado en 140 millones de pesos, mientras que el resto, 50 millones de pesos, serían para la central de abastos, situación que nuevamente rechazaron los locatarios, debido a que son varias las áreas que necesitan remodelarse sin afectar la economía de los comerciantes y la visita de los compradores, sumándose a ello, la operación de una supuesta empresa concesionaria del estacionamiento, la cual estaría cobrando altas tarifas. Como consecuencia de ello, el recurso recaudado podría no llegar a las arcas de la comuna a través del área de Tesorería y poderse invertir en futuras obras.
Derivado de las elecciones del 7 de junio (de 2015), quien gane la presidencia municipal de Cuernavaca tendrá que reunirse nuevamente con los locatarios del Mercado Adolfo López Mateos para revisar la propuesta del proyecto que quedó parado, así como sumar sus ideas y verificar las necesidades reales que tienen los usuarios en este inmueble.
Referente a esto, Alejandro Gutiérrez García, presidente del Movimiento 17 de Mayo manifestó “el mercado se puede ir empezando a remodelar por pequeñas partes y con pocos presupuestos, basta con la voluntad de un presidente municipal para que se empiecen las remodelaciones en el mercado”.
Advirtió que no es necesaria inversiones millonarias para evitar derroches como la red eléctrica que se cambió en la nave principal del inmueble durante el sexenio panista del gobernador Marco Adame Castillo, invirtiéndose 30 millones de pesos en una instalación que nunca se puso en marcha, misma que se ha ido perdiendo a causa del robo para obtener el cobre de los cables.
Etcétera, etcétera.
Hoy el presidente municipal de Cuernavaca es José Luis Urióstegui Salgado, quien confió en su amigo Luis Anguiano Torre para nombrarlo administrador de la multicitada central de abasto, pues se trata de un cuernavacense de cepa pura, honesto a carta cabal y cuyo espíritu de servicio social, así como su calidad humana, soportan la prueba del ácido. Empero, dicho funcionario avanza con “pies de plomo” para no agitar el avispero del ALM, cuyos comerciantes bailan al son que les toquen los grillos de siempre. Anguiano podrá avanzar y aplicar la ley solo si nunca entra en componendas con nadie. Debido a las componendas de centenares de sus antecesores con los líderes internos ha habido de todo, hasta asesinatos y venta de drogas. En el ALM se manejan cientos de millones de pesos diariamente y ahí puede usted comprar desde un alfiler, hasta un tráiler, un lujoso automóvil y estupefacientes. El reto para Luis Anguiano es no sucumbir ante las tentaciones, pues, como diría mi hermano, Víctor Manuel (“El Negro”) Cinta, “el dinero es cabrón”.