Con mucho atino se ha comentado que la lógica en la política no funciona de la misma manera que la lógica matemática. La lógica política suele aparecer incluso como contraintuitiva, contradictoria. Hay razones para ello. Obedece a intereses de diverso tipo. Intereses inmersos en una disputa por el poder y el control de las instituciones, los recursos y las posiciones. Rara vez, por el interés superior del pueblo, de la sociedad en general y, en la mayoría de las ocasiones, depende de los intereses personales y de grupos.
En el caso de los congresos, cuando la maquinaria política está bajo el control de alguna mayoría, es decir, si se cuenta con los votos necesarios para imponer decisiones, la marcha de los parlamentos transcurre con regularidad. Las oposiciones son escuchadas, aunque sólo por protocolo y apariencia, pero no para ser tomadas en cuenta al interior del recinto. La resonancia de sus posiciones, en los medios, aspiran más a calar en el electorado que ha convencer a sus homólogos, pensando en el siguiente proceso electoral.
Pero si no se cuenta con esa aplastante mayoría se hace necesario lo que en algún momento puede ser llamado negociación y, en otro, chantaje. Resistirse a cualquiera de las dos, a la negociación, en la búsqueda de acuerdos y mediación, o empecinarse en el chantaje, con miras a la obtención de prebendas o beneficios, lleva inevitablemente a la parálisis legislativa, como le sucedió a la actual Legislatura local.
Con tal de no ceder, el gobierno llevó a sus diputadas y diputados hasta a la inconstitucionalidad, a tomar decisiones fuera de la ley, que hoy ya no tienen forma de remediarse, aunque hayan sido señaladas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Esos 13 actuaron de manera ilegal y, lamentablemente, parece que se mantendrán impunes.
Pasadas las elecciones, ya con el tiempo encima, se han apresurado a tomar acuerdos, a destrabar los nombramientos pendientes. A marchas forzadas, el proceso para el nombramiento de una nueva presidenta del Instituto para la Mujer o la ratificación de la actual avanza, criticable y puede que hasta sea impugnable, pero en breve podría haber una decisión, un acuerdo, para designar a alguna de las 14 mujeres inscritas.
Las posiciones son variadas. Desde quienes consideran que los diez minutos de entrevista fueron insuficientes, una simulación, para justificar que se cumplió con el procedimiento, hasta participantes que están contentas con el proceder y la atención que les brindaron en el Congreso. Los planes de trabajo que presentaron las aspirantes fueron cuestionados con dos y en algunos casos hasta tres preguntas. Insisto, para unas insuficiente, para otras, muy profesional.
Muy mala señal sería que en un Congreso con mayoría absoluta de legisladoras no pusieran atención al nombramiento de la titular del Instituto para la Mujer, pero también sería una mala señal que tras hacerlo se ventilara que la mujer seleccionada no cuenta con el perfil y la experiencia idóneas o que responde a los intereses del gobierno, que se ha destacado no por su defensa de los derechos de la mujer, sino por su lealtad a los hombres del poder.
Estaremos al pendiente.
Y para iniciados
Al presidente de México no le importa lo que digan ni los especialistas, ni los datos duros, ni la sociedad. Vive su propia y artificiosa realidad. Casi medio millón de muertes en exceso en quince meses de pandemia, notable incremento de las defunciones por COVID. Suben los gastos que tendrá que hacer para la construcción del Tren Maya en 76% y en 151% los de la Refinería de Tres Bocas. Casi siete mil millones de dólares han salido del país, pues los inversionistas están preocupados por la inflación y la tercera ola de contagios. Volvió a caer el Indicador Global de Actividad Económica en México. No quiso aceptar que los maestros reciban una segunda dosis de la vacuna de Cansino, evidenciando que ignora las recomendaciones de la propia farmacéutica y de la OMS y… para qué le seguimos. Él dice que vamos muy bien. Que todas esas realidades son ataques de los conservadores y de los medios de comunicación. ¿Y usted, vive la misma realidad que López Obrador o tiene una percepción diferente?
¡Que tenga un excelente día!
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