• Resulta importante darles un carácter vinculatorio para que dejen de ser simples “llamadas a misa”, hacen mucho ruido, pero en muchas ocasiones no sirven de nada: OABH.
El Instituto de Investigaciones Legislativas (IIL), que dirige Omar Alfonso Barrera Hernández, presentó un estudio sobre la importancia del producto legislativo conocido como Punto de Acuerdo Parlamentario, como un mecanismo para conocer y pedir a los funcionarios en turno, un informe sobre la situación que guarda su administración y poder así, evaluar su desempeño en general o de forma particular.
Una propuesta de Acuerdo Parlamentario, es el medio de comunicación formal entre los diferentes órdenes de gobierno, que tiene como finalidad no invadir esferas de competencia, y que debe servir para complementar acciones de corresponsabilidad para cumplir con trasparencia y siempre rindiendo cuentas a los ciudadanos, recalcó el director del IIL Omar Barrera.
Sin embargo, señaló, en muchas ocasiones son considerados asuntos meramente políticos y que no tienen mayores efectos en términos jurídicos, de ahí que por la falta de carácter vinculatorio se cuestiona su valor legal, pues no tienen ningún efecto obligatorio para las autoridades a las que son dirigidos.
Este problema, es precisamente porque no son vinculantes para las autoridades exhortadas, de ahí que se hace necesario impulsar las modificaciones necesarias para impulsar los mecanismos legales que permitan propiciar y fortalecer la corresponsabilidad, para incrementar las capacidades de respuesta institucional, ya que el fin que se debe perseguir, es el bienestar de la sociedad.
Es por eso que el IIL, planteó que a las propuestas de Acuerdo Parlamentario se les otorgue efectos vinculantes para los distintos servidores públicos a los que son remitidos y que no atiendan en tiempo y forma el contenido del mismo, a fin de que sean sujetos de responsabilidad administrativa.
Así los Puntos de Acuerdo no solo tendrán efectos políticos, sino que jurídicamente serán vinculantes, con la finalidad de contrarrestar que sus resoluciones pueden o no ser acatadas por los actores a los que van dirigidas, y que dicho desacato no traiga consigo ninguna repercusión, concluyó el director Omar Barrera.