Contrario a las afirmaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, ni la seguridad, ni la economía, ni el combate a las causas que originan los males sociales se encuentran mejor que cuando tomó posesión del gobierno federal. Eso sí, ha sido un maestro para desviar la atención cada vez que son señaladas las carencias, medias verdades y completas mentiras que sostiene una y otra vez en las mañaneras.
El uso de distractores para evitar que la atención se pose sobre temas que afectarían su popularidad, la de su partido y, finalmente, su proyecto cuatritransformista es el común denominador de sus demagógicos discursos matutinos, junto con la repetición, al más puro estilo de Joseph Goebbels, el propagandista nazi, al que varias veces se ha referido, criticándolo por haber utilizado la continua repetición de una mentira para hacerla pasar por verdad.
Eso de “no somos iguales”, “ya no se permite la corrupción”, “en México no hay impunidad”, “ahora gobierna el pueblo” y las demás frases hechas que hasta puede preverse cuándo las volverá a repetir, al mismo tiempo en que a los niveles de desempleo, la pérdida de las reservas internacionales, el deterioro del sistema de salud, la falta de medicamentos y vacunas, el incremento histórico de precios, incluidos los de las gasolinas y el diésel, expone un distractor más para entretener a los incautos que siguen creyendo sus palabras como si se tratara de un profeta, han servido muy bien para conservar sus niveles de popularidad y aceptación, pero no hacen que la realidad cambie, que sea diferente a lo que en realidad es.
Ahora que, a partir de la detención con fines de extradición, del capo Rafael Caro Quintero, objetivo prioritario del gobierno de los Estados Unidos, acusado del secuestro y asesinato de su agente, Enrique Camarena Salazar, se abren cuestionamientos como ¿por qué, si ya no hay impunidad, sí detuvieron a Caro Quintero y no a los hijos del Chapo? ¿Qué papel jugó en ese asesinato su hoy director de Pemex, Manuel Bartlett Díaz, entonces secretario de Gobernación? y ¿qué pasa con los servicios de inteligencia que tanto ha presumido al presidente y no logran la captura de los principales generadores de violencia en el país, el tráfico de drogas parece imparable y la inmensa mayoría de las ejecuciones queda en la impunidad? Bueno, pues comenzará a presentar el “quién es quién en los sueldos”.
Este sería un nuevo distractor, pues pretende hacer públicos los ingresos de quienes se ampararon para que sus sueldos no fueran disminuidos, pero también de los jueces, magistrados, directivos de empresas paraestatales, representantes populares y demás. Encima, fuera de sus funciones legales, encargó al director de la Procuraduría del Consumidor, que sea el responsable de acopiar y presentar los datos, al tiempo que éste no pudo ocultar su asombro al aceptar la nueva ocurrencia de AMLO.
Ya se imaginará usted esta nueva parte del show mañanero, que no servirá de nada, más que de eso, de distractor, mientras la inseguridad, la inflación y la economía siguen de mal en peor.
Y para iniciados
Si en el nivel nacional podría haber un plan alterno del presidente para colocar a una de sus corcholatas en la candidatura presidencial, también en Morelos sería posible que ocurriera algo similar con las fichas que andan en pos de la candidatura a gobernador. Aunque la lista de aspirantes será cada vez más larga, en realidad son pocos los que están verdaderamente en el ánimo del presidente que, sin duda, será quien tome la decisión final: el candidato natural o una candidatura alterna.
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