¿Alguna vez usted ha escuchado que las desgracias nunca vienen solas? Si revisa las efemérides en torno a los infortunios, posiblemente, como su servidor, se convenza de ello. Las desgracias pueden ser de muy diferentes tipos, pero su característica en común es que son sucesos o situaciones que producen dolor, infelicidad, sufrimiento o, al menos, desagrado. Esa es la condición de la economía mexicana, luego de los primeros tres años del gobierno de López Obrador.
De acuerdo con los datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), publicados la semana pasada, misma que al principio del sexenio celebró las políticas sociales de Andrés Manuel, no había habido un peor desempeño económico, vistos en conjunto los indicadores de crecimiento, inflación, empleo y bienestar, en los primeros tres años de un presidente de México, en toda la historia de los periodos gubernamentales de seis años, que comenzaron con Lázaro Cárdenas del Río, en 1934. Estos datos usted los puede consultar tanto en los bancos de información de la CEPAL como en las series históricas que publica el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), mismos que están siendo retomados por los especialistas en economía para analizar cuáles son los resultados reales, más allá de los discursos ideológicos de las mañaneras.
En suma, de los quince periodos de gobierno anteriores al de AMLO, durante sus primeros tres años, incluido el trienio del Maximato callista, en tres de ellos se registró una caída del Producto Interno Bruto (PIB). Vea usted: Entre los tres títeres que Plutarco Elías Calles impuso como presidentes, dejaron un saldo de -11.6%, Miguel de la Madrid -4.67%, Vicente Fox -3.13%, Felipe Calderón -6.3% y Andrés Manuel -5.7%.
Dije al principio que las desgracias nunca vienen solas. En 1929, pocos meses después del asesinato de Álvaro Obregón, vino la fundación del PRI, entonces llamado por Calles Partido Nacional Revolucionario (PNR) y luego la Gran Depresión, que tuvo alcances mundiales. En el periodo de De la Madrid se vivieron las consecuencias de la caída de los precios del petróleo, las políticas populistas de su antecesor, López Portillo, la corrupción del régimen priista, en ese momento en su máxima expresión y la introducción de las políticas neoliberales, por el entonces Secretario de Programación y Presupuesto, Carlos Salinas de Gortari, y en su tercer año el terremoto del 85. Con Fox y Calderón vino una política económica gerencialista, el engaño de un cambio que nunca se hizo realidad, la subida al poder de las derechas, más o menos extremas, pero de corte conservador, así como el dominio de los intereses extranjeros y del crimen organizado, por encima de los intereses de la gran mayoría de los mexicanos.
Las desgracias en la primera parte del gobierno de AMLO se pueden resumir en el incumplimiento de su palabra de transformar a México en un país regido por el Estado de Bienestar. La sustitución o el reciclaje de los miembros de lo que él ha denominado la mafia del poder. El desmantelamiento o sometimiento de las instituciones autónomas que son las únicas capaces de poner freno al autoritarismo y la concentración del poder. La polarización de la sociedad, basada en un discurso de odio y discriminación, usando como bandera ideológica la defensa de los pobres. Y, por supuesto, la desgracia de la pandemia.
Saque usted sus conclusiones. En lo personal, no creo que los malos resultados del gobierno de AMLO hagan ver mejor a sus antecesores, y mucho menos justificarlos. El problema es que, en lugar de analizar quién de todos estos presidentes ha podido hacer mejor las cosas, nos enfilamos más a desentrañar quién lo ha hecho peor.
Y para iniciados
Hoy Cuauhtémoc Blanco intentará aplicar la de “la mejor defensa es el ataque”. Presentará su contraofensiva, argumentando que no es culpable, sino víctima de una campaña que busca desestabilizar a su gobierno. Su denuncia formal, tiene un hilo conductor, mismo que ha esgrimido en múltiples ocasiones, desde que fue presidente municipal: según el gober, todo viene de Graco Ramírez. Por ahí del medio día, se espera que el Cuau, tras tres años como gobernador, finalmente presente varias denuncias, en particular, contra quienes él afirma son narcopolíticos. Y el pueblo bueno y sabio se pregunta ¿Y por qué hacerlo hasta que ya está siendo investigado y no antes?
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