Entre los personajes que aspiran a la candidatura de Morena y sus partidos aliados a la gubernatura de Morelos hay quienes están sumamente desesperados. Aun con el dispendio en propaganda de todo tipo no han podido posicionarse como para ser competitivos frente a los principales perfiles en la contienda interna.
Por parte de las mujeres, los números están a favor de Margarita González Saravia. Y no de ahora, sino desde que comenzó el proceso para designar a quien será la candidata o candidato. Por los hombres, Juan Salgado Brito, seguido de Rabindranath Salazar Solorio. También desde que las mediciones comenzaron en la entidad.
Sí hay altas y bajas en los números en los últimos meses, pero no son significativas al grado de que pudiera haber una sorpresa cuando den a conocer el nombre, a más tardar el próximo lunes.
Mucho se ha especulado y filtrado sobre presuntas reuniones locales donde se dan instrucciones para que todo el apoyo se concentre en los propuestos por Cuauhtémoc Blanco y Ulises Bravo. Aún cuando eso fuera cierto, ahí hay un error de cálculo: no es probable, matemáticamente hablando, subir tan rápido los números en favor de la imagen pública de una persona, pues un grupo de burócratas y políticos no cuentan con una varita mágica que saque conejos de sombreros, y si lo llegan a hacer, queda claro de antemano que hubo truco y no magia.
La guerra sucia, las campañas negras tampoco son la solución para bajarle suficientes puntos a los principales adversarios, pues cuando una buena imagen se ha construido a lo largo de muchos años, derribarla sólo es posible con un escándalo de proporciones mayúsculas, no de chismes, videos en redes ni supuestas grabaciones comprometedoras.
Causan daño, sí. Pero más en contra del movimiento, del partido, del proceso, que en la imagen de quienes a lo largo de una vida han dado ejemplo de quiénes son y qué representan. Tienen efectos, pero más en la apreciación que se tiene del partido, Morena, del propio presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, cuyo discurso va por un lado mientras ellos caminan en sentido contrario, haciendo dudar a los que reciben la propaganda nociva sobre si no se trata de más de lo mismo con estos personajes, que no dan la cara, pero están metidos en el proceso.
Un tanto igual pasa con quienes se apuntaron a la contienda con un histórico rezago y no parecían figurar hasta hace unos pocos meses. Por más recursos que destinen a la propaganda para mejorar su imagen pública, si ya tienen instalada una mala imagen en la memoria de largo plazo de los posibles votantes, no podrán remontar ni revertirla en estos pocos días.
Ahora bien, en el fondo de todo esto a veces olvidamos cuál es la decisión que cuenta por sobre todas las demás: la del presidente López Obrador quien, con las encuestas en la mano, aunque se empeñe en negarlo públicamente, dará su opinión, misma que dentro de su movimiento es incontrovertible. Esa es la que cuenta.
Y para iniciados:
Hay quienes creen que los llamados a la prudencia desde la dirigencia local pueden tener algún efecto, o que las indicaciones para que se sumen a uno o a otro de los aspirantes puede cambiar el derrotero de la selección de la candidata o el candidato. Desconocen la mecánica de la política local. Aquí los políticos se conocen bien entre ellos mismos, saben con quiénes tendrán cabida y con quiénes no. Quién sí es de fiar y quién no. Quiénes tienen palabra y quiénes no. De los que están inscritos pregúntese usted ¿quién tiene la experiencia y la capacidad como para tejer fino esas sumas y apoyos, sin necesidad de recurrir a imposiciones?
La información es PODER!!!
