CUERNAVACA: DECADENCIA

Por Irradia Noticias

Nadie en Cuernavaca duda que el presidente municipal, José Luis Urióstegui Salgado, esté comprometido, hasta el límite de sus capacidades, para enfrentar y quizás resolver los antiguos agravios sociales y la decadencia de la capital morelense. Sin embargo, hasta un niño de primaria conoce el precarismo financiero del Ayuntamiento, proveniente de administraciones anteriores. No existen recursos para atender todos los rezagos urbanos.

La administración que terminó el 31 de diciembre de 2021 dejó graves deudas e infinidad de vicios orgánicos (anomia institucional) al alcalde Urióstegui, quien, junto con su gabinete y los demás miembros del Cabildo, llegó el pasado fin de semana a sus primeros 100 días de gobierno. Falta por ver si el edil cumple o no la amenaza de correr, previa firma de un contrato de trabajo de solo cuatro meses, a quien o quienes no hayan dado el ancho y sirvan para maldita la cosa. Sean ineptos, pues.

Urióstegui es cuernavacense de pura cepa, formando parte de una familia con arraigo y prestigio. Pero no es todólogo, ni tiene, insistimos, un presupuesto suficientemente amplio como para generar la infraestructura que le urge a Cuernavaca. Ni lo tendrá, pues la Ley de Ingresos Municipal no garantiza ningún superávit, ni la disponibilidad económica para ejecutar grandes proyectos. Éstos, hoy por hoy, dependen de lo poco o mucho que el propio edil consiga ante los gobiernos federal y estatal.

Aquí es donde hoy quiero formular la siguiente pregunta: ¿Está Cuernavaca en decadencia?

Para hallar la respuesta y navegando por la Internet encontré un ensayo titulado “¿Qué causa la decadencia urbana?”, escrito originalmente en inglés por algún usuario anónimo en la página denominada “eHow en Español”, bajo la traducción de Andrés Marino Ruiz. 

A continuación, transcribiré los párrafos que nos ayudarán a dictaminar si nuestra capital entró en esos niveles de descomposición. En lo personal me parece que sí.

Vayamos a dicho ensayo. 

“La decadencia urbana sucede cuando parte de una ciudad cae en deterioro o abandono. Las características del decaimiento incluyen altas tasas de desempleo, delincuencia, despoblación, paisajes desolados, edificios abandonados y familias separadas. La decadencia urbana no es por una sola causa sino por la combinación de varias, incluyendo urbanización precaria, pobreza, suburbanización y discriminación racial”. 

La urbanización pobre incluye la construcción de nuevos asentamientos humanos en condiciones de precarismo, tal como sucede con la capital de Morelos. Casi siempre se trata de colonias irregulares cuyos moradores no disponen de servicios públicos. Esa misma gente consigue empleo precarista en el mercado laboral. 

Y si algo caracteriza a Cuernavaca es la existencia de muchos sectores informales posesionados del espacio público para sus actividades económicas ilegales. Generaron lo que he identificado como “zonas de tolerancia” o “zonas de excepción.”

Agrega el artículo con relación a los factores de decadencia: 

“La existencia del Redlining. Es la práctica de negar o cobrar más por los servicios como la banca, los seguros, el acceso a la atención médica e incluso a los supermercados, o negar empleo a los residentes. A menudo significa segregación racial. El término ‘línea roja’ fue acuñado a finales de la década de 1960 por John McKnight, sociólogo y activista de la comunidad. Se refiere a la práctica de marcar una línea roja en el mapa para delimitar la zona en la que los bancos no invierten. Después el término se aplicó a la discriminación contra grupos de personas.” 

¿Hay semejanza con determinadas zonas de Cuernavaca? Sí. Lo constatamos cuando ciertos servicios y el acceso a puestos de trabajo le son negados a ciertas razas o clases de personas encareciendo los costos. Las colonias donde esos sectores sociales residen tienen al precarismo como su principal característica. 

Y es así como surgen más factores de decaimiento urbano: altos niveles de pobreza, elevada problemática de drogadicción y alcoholismo, criminalidad y pandillerismo.

La clase media y media alta mantiene la percepción de inseguridad. Mientras se presentan vaivenes en la incidencia delictiva (así es el comportamiento de las células criminales), las propiedades se deprecian. Abundan edificios e inmuebles sin mantenimiento y eventual abandono. 

Cuernavaca exhibe cada vez más la degradación de su antigua cohesión social. Muchos de los residentes ya no se sienten orgullosos del lugar donde viven. Es menos frecuente ver a los moradores de las colonias limpiando sus patios y frentes de calles. Con el paso de los años esta tendencia a la suciedad propició otros signos de decadencia urbana: el grafiti y la proliferación de basura. Todo desalienta la confianza empresarial y las actividades económicas. 

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