El Congreso del estado de Morelos está convertido, a juzgar por las apariencias, en un foco epidémico de Covid-19. A estas alturas del Periodo Ordinario de Sesiones se ha presentado un número indeterminado de contagios entre el personal, a los cuales están sumados tres diputados: Francisco Erick Sánchez Zavala, ex alcalde de Yecapixtla y presidente de la Mesa Directiva; Alberto Sánchez Ortega, ex alcalde de Xochitepec y presidente de la Comisión de Justicia, Derechos Humanos y Atención a Víctimas; y Agustín Alonso Gutiérrez, ex edil de Yautepec y presidente de la Comisión de Hacienda y Cuenta Pública.
Todos dieron positivo a Covid-19 simple y sencillamente porque, amén de cumplir ciertas funciones legislativas, casi siempre lo hacen sin portar cubrebocas ni manteniendo la sana distancia. Vaya usted a saber si practican con frecuencia el lavado de manos y casi a diario los vemos rodeados de infinidad de personas que, a su vez, tampoco respetan las medidas sanitarias para prevenir la propagación de la enfermedad.
Nadie duda que la vacunación a nivel nacional ha permitido una mayor inmunidad y menor cantidad de muertes por Covid-19, pero actualmente los mexicanos, como en otras partes del mundo, enfrentamos una quinta ola de contagios, la cual parece no preocupar a la gente, verbigracia en Ciudad de México, donde abundan las aglomeraciones, con paseantes en las calles sin respetar las medidas de prevención de sobra conocidas.
El boletín emitido este domingo por la Secretaría de Salud informó que a la fecha en Morelos hay mil 517 personas activas, es decir, que se contagiaron durante los últimos 14 días, y había 297 casos confirmados. De ellos 187 son mujeres y 110 hombres. Lo bueno, a pesar del implacable avance en el número de contagios, es que en las pasadas 24 horas no hubo defunciones a causa de la enfermedad.
Virólogos mexicanos y extranjeros se mantienen a la expectativa frente a las nuevas variantes del Covid-19. Algunos de ellos, inclusive, han cuestionado la eficacia de las vacunas diseminadas por todo el orbe, así como su periodo de inoculación. Y frente al aumento de casos de Covid-19 en el mundo, informalmente llamado la Quinta Ola de Covid, María van Kerkhove, jefa técnica del programa de emergencias de salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtió este domingo que “estamos jugando con fuego” al permitir que el virus circule “con tanta intensidad”.
Vía Twitter, la experta denunció que “las muertes a nivel global están en niveles similares a marzo de 2020”, en el peor momento de la pandemia de coronavirus. “Si bien las muertes ahora son muchas menos que en los picos en los últimos dos años y medio, debemos recordar que en marzo de 2020 sabíamos muy poco sobre este virus y no teníamos tratamientos ni vacuna”, añadió.
Actualmente, agregó, “tenemos varias intervenciones para salvar vidas que no estamos utilizando de forma efectiva ni consistente a nivel global y las muertes deberían ser mucho menores a estas alturas”.
Alertó que “la pandemia no ha terminado y estamos jugando con fuego al dejar que este virus circule a niveles tan intensos”. La experta ya había advertido, en junio, que al circular el virus de este modo, se corría el riesgo de que surgieran variantes más peligrosas y difíciles de controlar. Este pronóstico ya se cumplió.
Sobre las variantes de ómicron, Kerkhove indicó este domingo que la BA.5 “ha sido detectada en 83 países, con una prevalencia de entre 37 y 52 por ciento entre el 19 y el 25 de junio”, y que la BA.4 también está en ascenso, aunque no al ritmo que la BA.5. Las dos últimas son altamente contagiosas y están presentes en México, según algunos virólogos que no dejan de recomendar el respeto absoluto a las normas sanitarias de sobra conocidas. Sin embargo, sus palabras han caído al vacío y en infinidad de ciudades, como se percibe en varios sitios turísticos de Morelos (por ejemplo Tepoztlán), la gente se observa en las calles como si la pandemia ya hubiera terminado. No portan cubrebocas, ni guardan la sana distancia. Predominan las aglomeraciones, como si nada.
A pesar de los éxitos en la ciencia y la medicina, de las acciones en materia de salud pública que han salvado vidas, dicha funcionaria de la Organización Mundial de la Salud dijo que “nuestro trabajo no ha terminado. No desmantelemos lo que se ha construido. La equidad en las vacunas no se ha alcanzado”.
Insistió en que “demasiadas personas están muriendo de forma innecesaria”, porque existen las herramientas para evitarlo.
“Permanezcan vigilantes, utilicen cubrebocas, mantengan el distanciamiento, vacúnense, abran las ventanas, lávense las manos, háganse pruebas, aíslense si se contagian, hagan cuarentena si estuvieron en contacto con una personas contagiado; infórmense”, recomendó. “Vivan sus vidas, pero de forma segura… sus vidas son preciosas”.
Señoras y señores: no hagamos caso a los informes propalados por los más altos funcionarios mexicanos del sector salud, de sobra autocomplacientes, permisivos y negligentes, lo cual han demostrado en infinidad de aspectos, entre ellos permitir la caducidad de vacunas, el retraso para la inoculación a menores de edad, el concentrar los antivirales de avanzada contra el Covid-19 ya existentes en nuestro país y abrir al ciento por ciento la economía junto con la cancelación del uso obligado de cubrebocas en determinados puntos de las ciudades. Crearon una falsa percepción de seguridad, cuando la pandemia no ha terminado… ni terminará. Es algo que, como la gripe y otros padecimientos virales, llegó para quedarse.