COMENTARIO A TIEMPO
HOMENAJE PÓSTUMO (IV)
Por Teodoro Rentería Arróyave
Para viernes 21 de agosto de 2020
CUARTA PARTE
El Homenaje Póstumo virtual de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, y del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE, a siete queridos colegas que emprendieron el viaje al éter eterno en esta etapa de pandemia que asuela al mundo, seis de ello a causa del maldito coronavirus, fue emotivo por sincero, participativo por empatía y cálido por humano.
Es de destacarse la presencia y la intervención de esposas, de hijos, de hermanos y demás familiares que cimbraron los sentimientos de la gran comunidad del gremio periodístico organizado de México. Así concluimos nuestra intervención:
Saúl Uribe Ahuja, el “abogado humanista”, como lo bautizamos civilmente, nació el 11 de junio de 1918 y falleció por el covid19 el 11 de agosto de 2020, a la edad, exacta, de 92 años 2 meses. Con todo el dolor del hermano-amigo, comunicamos momentos después del deceso que había emprendió el viaje al éter eterno al perder la batalla ante COVID-19, tras de fructífera vida.
“Don Saúl Uribe, Ejemplo de Vida” fue el título de un artículo nuestro que fue colofón del libro “Testimonios y Reflexiones” de la autoría de otro estupendo amigo y maestro, Gonzalo Martré, hoy queremos reproducirlo en parte y actualizado, porque refleja la rica y ejemplar vida de ese luchador nacido en Veracruz, radicado en Hidalgo y ciudadano de México y del mundo:
“A don Saúl Uribe Ahuja, lo conocí tarde, escasos tres meses antes de que cumpliera sus primeros 90 años de edad -11 de junio de 2018-, sí, fue un retraso involuntario, porque este personaje es de esa estirpe de mexicanos, que en lo personal, es todo un gusto y honor coleccionar, en el término más excelso de la palabra.
El vocablo es exacto, ya que todos tenemos la debilidad de coleccionar cosas bellas que nos gustan, desde simples objetos hasta joyas, desde lacónicos volantes hasta los libros más conspicuos y grandiosos.
Cuando se trata de seres humanos, el momento de la química que se da entre dos o más es sublime por todos conceptos. Por algo uno de nuestros libros se titula: “Mi Vida son Mis Amigos”.
Un hombre que sufrió la traición por ambición de seis de sus ocho hijos, después de haber sufrido dos embolias cerebrales, una operación de carótida que provocó que su voz se hiciera tenue, que tuvo que usar, por más de 8 años, silla de ruedas, ayuda personalizada y no se arredró y de ninguna manera aceptó estar postrado, es digno de todo reconocimiento.
Un hombre que fue propietario de la Hacienda de San Francisco de Ocotepec de Apan, Hidalgo, misma que perteneció a la Heroína Libertaria, Leona Vicario, que la heredó de su padre en 1950, que la preservó como lo que es un patrimonio histórico-cultural de nuestro México y que la enriqueció con obras de arte: pinturas, esculturas, mobiliario, vajillas y muebles de la época y otros con madera de sabino construidos por artesanos en la propia carpintería de la casona.
Un hombre que luchó por la preservación del Acueducto de Zempoala, que los lugareños lo bautizaron como Acueducto Tembleque en honor de su constructor en 1572, el Padre Francisco Tembleque, que gracias a sus esfuerzos y apoyado por un patronato que presidió, lograra que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, el 5 de julio de 2015, lo declarara Patrimonio de la Humanidad.
Hombre que a esa edad y hasta su fallecimiento, asombraba a catedráticos, investigadores y estudiantes de las escuelas de educación superior, en especial de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, UAEH, por su sabiduría y erudición.
Un hombre que desde hace muchos ayeres, me platican, fue mecenas de escritores, periodistas y poetas, como Francisco Liguori y el mismo Gonzalo Martré, que gustó de la buena bohemia: tertulias donde se canta, se expresan pensamientos en pequeños y magníficos discursos y se declama.
Exacto, este ser humano excepcional, Don Saúl Uribe Ahuja, fue nada más y nada menos, recurro al lugar común porque es válido, un ejemplo de vida. Lo dijimos en aquel entonces y lo repetimos ahora: “Salud don Saúl/ por su nonagésimo aniversario/ en plena lucidez y vitalidad, / ejemplo de vida para la inmortalidad.
Cuando el ingreso de Saúl Uribe Ahuja a nuestra querida Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG, que repetimos, es patrocinada por la Universidad Nacional Autónoma de México, a sus 91 años de edad, tuvimos el honor de pergeñar la semblanza de este gran mexicano. Ante nuestra presidenta, maestra Isabel Rembis Rubio presentó su trabajo recepcional titulado: “Antonio López de Santana, el Héroe de Tampico”, es desde luego un relato que desde su mismo título resulta de un exquisito sarcasmo.
Saúl dio positivo al Covid-19 el jueves 6, el sábado 8 amaneció mejorado, tuvo los arrestos para dictar el que sería su último artículo, al siguiente día se agravó hasta el martes 11 que emprendió por la mañana el viaje sin retorno al eterno éter.
Su artículo publicado el miércoles 12 en nuestro diario “IMPULSO”, que dirige la colega Adriana Tavira García, exacto, se convirtió en póstumo; en su título lo dice todo: “La lucha por la vida”, en el que hace referencia a todos los acosos a la humanidad, naturales y provocados, y termina en su batalla por el, o su Acueducto Tembleque. La vida y obra de Saúl Uribe Ahuja perdurará por siempre.
Relato, en un homenaje a todos nuestros muertos, para reconstruir aquella apología del eximio poeta sevillano, Adolfo Bécquer, cuando dijo y dejó para la historia esa frase inmejorable y por tanto eterna: “¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos!” No, no están solos, están en el recuerdo de todos sus colegas, de todos sus alumnos y de todas sus familias.
Miguel Ángel García, Tapia, Rosendo Sánchez Merino, Enrique Tellaeche Ocaño, José Toscano Sánz, José Manuel Velarde Vázquez, Ovidio Reyes Ruiz y Saúl Uribe Ahuja, son ustedes instituciones del periodismo. Reciban el homenaje sincero de sus pares. Nunca los olvidaremos. Están presentes. Sus vidas, sus enseñanzas y su ejemplo, perdurarán por siempre. In Memóriam. CONTINUARÁ.
Periodista y escritor; Presidente del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE; Secretario de Desarrollo Social de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP; Presidente fundador y vitalicio honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana, Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional y Académico de Número de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG. Agradeceré sus comentarios y críticas en teodoro@libertas.com.mx, teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.org, y www.clubprimeraplana.org, el portal www.libertas.mx
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