“No hay fecha que no se llegue, ni plazo que no se venza”, dice el viejo adagio mexicano aplicable a los cambios efectuados en el gabinete legal por el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco Bravo, este martes 3 de mayo.
Me parece que la sustitución de Pablo Héctor Ojeda Cárdenas por el prestigiado abogado morelense Samuel Sotelo Salgado en la titularidad de la Secretaría de Gobierno, es altamente favorable para el Poder Ejecutivo en su conjunto, amén de que el relevo de José Manuel Sanz Rivera por Mónica Boggio Tomasaz Merino en la Jefatura de la Gubernatura, también logrará nuevos vasos comunicantes y un mejor sistema de relaciones entre los principales actores políticos y sociales, dentro y fuera del gobierno.
A continuación, van algunos antecedentes de los dos personajes antes citados. Comienzo por las damas.
Mónica Boggio es maestra en Derecho General por la Escuela Libre de Derecho, licenciada en Contaduría por la Universidad Veracruzana (UV) y licenciada en Derecho por el Centro Universitario las Américas, con una especialidad en Justicia Constitucional y Tutela Jurisdiccional de los Derechos Humanos por la Universidad de Pisa, Italia. Además, cuenta con un posgrado en Delitos Fiscales por la Escuela Libre de Derecho, y uno más en materia de Delitos Fiscales en México en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y un diplomado en Administración Pública. En el servicio público se ha desempeñado como subsecretaria de Ingresos y secretaria de Hacienda del Gobierno de Morelos; mientras que en la iniciativa privada colaboró como directora de Litigio Fiscal en un despacho corporativo, además de otorgar clases en la Licenciatura de Contabilidad de la Universidad Panamericana.
Samuel Sotelo es licenciado en Derecho, con especialidad en Administración de Justicia, Maestría en Procuración y Administración de Justicia, además de poseer diplomados y cursos de actualización. Ha trabajado en diversos cargos: fue magistrado del Tribunal Superior de Justicia, coordinador de asesores de la extinta Procuraduría General de Justicia, secretario general del Ayuntamiento de Cuernavaca y titular de la Consejería Jurídica del Gobierno de Morelos, puesto que desempeñó hasta este martes, donde será sustituido por Dulce Marlene Reynoso Santibáñez.
Esta dama posee una amplia trayectoria en la abogacía morelense y ha tenido bajo su mando diversos cargos en la administración estatal. En la Secretaría de Hacienda, como encargado del despacho, quedará José Gerardo López Huérfano, quien desde el 1 de agosto del 2020 se había desempeñado como coordinador de Programación y Presupuesto en la citada dependencia. Es licenciado en Contaduría con estudios de maestría en Gestión de Organización por la Universidad Veracruzana (UV), con un diplomado en Contabilidad Gubernamental por el Consejo Nacional de Armonización Contable‐Asociación Nacional de Organismos de Fiscalización y Control Gubernamental ASOFIS; además de contar con diferentes diplomados.
La salida de Pablo Héctor Ojeda Cárdenas y José Manuel Sanz refresca la administración estatal a cargo de Cuauhtémoc Blanco y representa la probabilidad de cohesionar al gabinete en torno al titular del Poder Ejecutivo, quien se libró de personajes confrontados entre sí, lo cual generaba inestabilidad y disfunción orgánica dentro del gabinete legal, con repercusiones en el gabinete ampliado y mandos medios. Samuel Sotelo Salgado tiene la pericia política para coordinar el esfuerzo de los principales colaboradores del gobernador, ya que se trata de una persona respetuosa, respetable, seria, honesta y de alto desempeño en la administración pública. Es un hombre institucional, de manejo discreto, que evitará al ciento por ciento soltar la lengua y el protagonismo.
Lo mismo deberá repetirse con Mónica Boggio Tomasaz Merino en la Jefatura de la Gubernatura, de donde brotaban a raudales chismes, ataques, traiciones, fuego amigo e información oficial para ser utilizada en contra del mismísimo Cuauhtémoc Blanco Bravo. No pocas veces se vio a José Manuel Sanz Rivera reunido con Gerardo Becerra Chávez de Ita, el ex “zar” contra la corrupción, en el Club de Golf Cuernavaca. Y a su vez, Becerra se alió a Enrique Paredes Sotelo para traicionar reiteradamente a quien le curó el hambre durante tres años, amén de que en el ayuntamiento también los benefició a él y a su hija Marisol Becerra de la Fuente, a la postre síndico municipal en el trienio de Antonio Villalobos Adán.
Samuel Sotelo Salgado tiene ante sí el reto de construir puentes entre el Ejecutivo y los poderes Legislativo y Judicial. Es un político que no permanecerá encerrado en su ínsula de poder en Palacio de Gobierno y saldrá para conseguir la solución a conflictos que están impidiendo o retrasando el desarrollo integral de la entidad. Asimismo, por tener un gran conocimiento en materia del derecho y sobre la prevención, persecución de los delitos y la administración de justicia, le será muy útil al gobernador Cuauhtémoc Blanco en la complicada tarea de evitar el descontrol de la violencia. Con el Legislativo, dedicará parte de su esfuerzo a frenar la erosión de la figura gubernamental.
Sobre el resto de cargos donde seguramente habrá más nombramientos (verbigracia en las secretarías de Gobierno y Hacienda) habremos de dedicar otras columnas. Desde mi particular punto de vista, los movimientos realizados por Cuauhtémoc Blanco le son altamente redituables. Falta ahora ver la cohesión de los demás miembros del gabinete legal alrededor de Samuel Sotelo y Mónica Boggio Tomasaz Merino. Y si alguien no quiere disciplinarse, el titular del Ejecutivo deberá removerlo o removerla. No puede permitirse el lujo de ser desestabilizado por simuladores acostumbrados a sembrar discordias mediante chismes y rumores. ¡Córralos inmediatamente!