En periodos gubernamentales específicos de Morelos los gobernadores en turno contribuyeron a gestar y consolidar el anidamiento del crimen organizado en varias de sus vertientes, entre ellas el narcotráfico.
De la misma forma en que Jorge Carrillo Olea inició el sexenio de pesadilla (1994-2000), período de la historia local donde la entidad soportó el paso de tres gobernadores y el estigma de vivir en un Estado plagado por la delincuencia organizada, Armando León Bejarano encabezó de 1976 a 1982 el sexenio que abrió las puertas a importantes narcotraficantes mexicanos.
Nadie olvida, por ejemplo, la llegada de Rafael Aguilar Guajardo en 1977, convertido en comandante y delegado de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS), quien siempre se jactó de su cercanía con Bejarano, a quien persiguió la justicia federal una vez concluida su gestión.
Con Aguilar Guajardo arribarían también otros importantes comandantes de la DFS, entre ellos Juan José Esparragoza, apodado ‘El Azul’, quien ha sido uno de los narcotraficantes más buscados, inclusive por la DEA norteamericana y sobre quien existe la versión de que pudo haber fallecido. Propios y extraños saben en Morelos que “El Azul” utilizó a Cuernavaca para sus fechorías y fue protegido por instituciones vinculadas a la seguridad pública.
Rafael Aguilar Guajardo mantuvo nexos con importantes empresarios cuernavacenses antes de fundar el centro de espectáculos ‘Premier’ en el DF. Nunca dejó de residir en la capital morelense, pero el 12 de abril de 1993 fue asesinado en Cancún. Hasta entonces dejó de ser jefe del Cártel de Juárez. Amado Carrillo Fuentes, quien también vivió en Morelos, se quedó con la plaza, hasta que el 4 de julio de 1997 presuntamente murió durante una cirugía en un hospital del DF, al cual acudió para cambiarse la fisonomía.
El lunes 16 de marzo de 1998 varios diarios de Chihuahua difundieron la “unción” de Juan José Esparragoza como nuevo jefe del Cártel de Juárez. Sobre Sergio Estrada Cajigal, quien fue gobernador de Morelos en el periodo 2000-2006, siempre pesó la versión de que tuvo relaciones sentimentales con Nadia Esparragoza Gastélum (hija de Juan José Esparragoza), quien vivió y estudió en la capital morelense durante muchos años, hasta que finalmente se trasladó a Argentina para cursar su educación superior.
El escenario de economía criminal prevaleciente durante el sexenio de Estrada Cajigal empezó a modificarse a partir de 2006, cuando los cárteles cambiaron la regionalización del mercado nacional, así como sus canales de distribución de drogas hacia los Estados Unidos.
Es importante subrayar que el citado Rafael Aguilar Guajardo fue el principal fundador de la corporación criminal más antigua y estable del país, el “Cártel de Juárez”, junto con Eduardo y Rafael Muñoz Talavera. Se paseaba por el territorio nacional a sabiendas de que era protegido por la estructura que él mismo forjó durante años. En realidad, más que fundarla, la ordenó: logró articular a los grupos dispersos que durante décadas se dedicaron al contrabando (de drogas prohibidas, alcohol, personas, autos, armas). Sistematizó la corrupción policial, reclutando a su favor a elementos de los cuerpos de seguridad de los tres órdenes de gobierno.
Con la ejecución de Aguilar Guajardo en Cancún terminó una era en la que los nacidos en Ciudad Juárez tenían el control de la organización, identificada como Cártel de Juárez, para dejar paso a los oriundos de Sinaloa. Así subió Amado Carrillo Fuentes al poder. Así llegaron los Carrillo a Chihuahua, desde Sinaloa. La estructura “tradicional” del cártel les abrió los brazos, les prestó la plaza, les dio a ganar y ganaron con ellos.
Y “El Señor de los Cielos” también vivió en Morelos cobijado por una extensa red de complicidades, institucionales algunas de ellas. Durante su cuatrienio (1994-1998) Jorge Carrillo Olea fue visto en repetidas ocasiones en la “Hacienda de La Luz”, propiedad de Carrillo Fuentes, situada en Tetecala. Varias veces acudió a recibirlo al aeropuerto “Mariano Matamoros”.
En 2001, a escasos meses de iniciado el sexenio estradista y bajo la promoción de Joaquín “El Chapo” Guzmán (tras su primera fuga en el penal de Puente Grande), nació “La Federación”, la más grande organización criminal de México hasta esos días, comparable con cualquiera de las mafias italianas, las triadas chinas y, se decía, incluso superior a la mafia rusa. Esto ocurrió en el hotel “Rosales”, situado al sur de Cuernavaca.
Entre los asistentes estuvo Arturo Beltrán Leyva quien, a mediados de 2007, negoció en Cuernavaca con Heriberto Lazcano, jefe de “Los Zetas” (brazo armado del cártel del Golfo), la repartición de diversas plazas en la República Mexicana, sin enterar de ello a los miembros de “La Federación”, lo cual significó su ruptura con “El Chapo” Guzmán”.
Beltrán Leyva se enraizó en Morelos gracias a otra red de complicidades, tal como lo estuvieron varios de los capos que otrora controlaron la plaza morelense. Vivió en esta entidad bajo el manto protector de Marco Adame Castillo (sexenio 2006-2012). Al respecto abundan los testimonios en las hemerotecas.