Los discursos de los políticos pueden confundir a los ciudadanos, desviar la atención de los temas prioritarios, usando las banderas, muy comunes ya, pero que siguen siendo efectivas al menos por cierto tiempo, de la búsqueda del bien común, los llamados a la conciliación, el diálogo y el acuerdo y ahora, los de la trasnochada ideología de la izquierda supuestamente progresista, de “primero los pobres”. Pero en realidad, no son más que cortinas de humo y estrategias para perseguir sus verdaderos y, a veces, no tan ocultos intereses y proyectos personales.
Sin embargo, las evidencias documentales, es decir, los resultados de su gestión pública, que se traducen en acciones de gobierno terminan por exhibirlos, pero no es tan sencillo el proceso como pudiera parecer. Hay que aprender a leer entre líneas y tomar en cuenta todos los aspectos del desempeño público de los actores políticos.
Aunque esto aplica a los tres órdenes de gobierno, hoy comentaré sobre las del ámbito municipal y mañana las del estatal.
Las cuentas de los presidentes municipales salientes, que debieron formar parte de la entrega-recepción a las nuevas autoridades, están siendo revisadas por los que llegaron. En pocos días más tendrá que haber resultados de esas revisiones, mismas que dependen, en buena medida, de la capacidad técnica de los equipos entrantes, de sus competencias y capacidades.
Si no tomaron en seis meses las previsiones para ello, sus primeros cuarenta y cinco días no serán suficientes para hacerlo y muchas, o peor, todas las irregularidades y atracos al erario, quedarán en la impunidad. Todavía más, cuando la entidad responsable de la auditoría y fiscalización de los recursos públicos, la ESAF, pareciera tener una consigna y solo una: no hacer nada, o hacer como que hacen, protegiendo a quienes les han instruido proteger.
Nos queda claro a los ciudadanos que buena parte de los presidentes municipales y los regidores, claro junto con sus cómplices, a los que estuvimos llamando por tres años servidores públicos, saquearon los ayuntamientos. No sólo transaron con recursos y contratos, también se llevaron mobiliario, computadoras y, de risa, sí, pero hasta el papel de baño se agenciaron.
Los electores que, cansados, hartos por completo de los gobiernos priistas, panistas y perredistas de siempre, decidieron dar oportunidad a los candidatos de Morena o de otros partidos, terminaron por darse cuenta de que salieron igual o más perversos, ventajosos, ladrones e hipócritas que sus antecesores.
En las comunidades se sabe, en las rancherías se comenta, los nuevos funcionarios lo están constatando y padeciendo. No es ningún secreto el atraco que hicieron los saltimbanquis que fungieron como presidentes municipales y sus compinches, compadres y hasta sus amantes. El problema es que los entrantes no hagan nada para investigar, denunciar y sancionar. Y así todas las raterías en los ayuntamientos sigan igual que siempre. Desfalcos hay y no lo pueden negar. Quedarán muy mal con el pueblo los presidentes municipales que no los detecten y peor los que no los denuncien.
Y para iniciados
Alberto Capella Ibarra, ex comisionado de Seguridad Pública en el gobierno de Graco Ramírez, sigue tundiendo a Cuauhtémoc Blanco, en dos sentidos: Exhibe al ex ídolo del fútbol mediáticamente y aporta información que pone todavía más en entredicho los baños de pureza que se ha querido dar el ‘Cuau’. En redes sociales y en medios de comunicación continúa adicionando elementos, datos y nombres que deben servir como indicios para que las autoridades responsables hagan su chamba e investiguen a fondo. Parece que Capella le tomó la palabra al gober y esto va a ir hasta donde tope. Y mientras, al Cuau le siguen jugando las contras desde adentro, deslizando ya nombres de sus posibles sucesores en el cargo, como para ver qué reacciones hay. Luego de la publicación en que se menciona como uno de los posibles a Víctor Mercado Salgado, actual titular de Movilidad y Transporte estatal, la grilla interna se va a poner muy buena. A ver cómo le cae esto al doblemente amparado y pendiente de audiencia de imputación de cargos, el fuereño secretario de gobierno, Pablo Ojeda Cárdenas.
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