Aprobada en lo general la Reforma Judicial con mayoría calificada -86 votos a favor, 41 en contra y cero abstenciones-, propuesta por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, por la cual los jueces, magistrados y ministros serán elegidos por el voto popular.
Como fue en sus orígenes el método con el que México abrió el camino de la justicia desde el Poder Judicial, entre otras figuras que la hicieron posible, destaca la enhiesta del prócer de la patria, Benito Juárez García.
Mismo Poder Judicial que por desgracia y para daño del pueblo, ahora ha caído en múltiples excesos que trastocan a la misma justicia, entre otros el nepotismo en grado superlativo, los excesos en las canonjías económicas insultantes y todo ello ante un pueblo aún en la medianía y en una pobreza que los lacera.
Desde luego que falta la votación en lo particular, es un trámite sustantivo que deberá cumplirse a cabalidad, sin embrago se asegura pasará el trámite sustantivo para ser aprobada por esa mayoría calificada que mandata nuestra Constitución.
Para llegar a esta histórica decisión y cambio sustancial en la vida institucional de México, se tuvo que atravesar un largo camino. Primero el arrollador triunfo en las urnas del partido de la izquierda, MORENA, y sus aliados.
Enfrentar una comentocracia aposentada en los medios, inclusive financiada desde el extranjero y otro más que sin mayores análisis se dedica a reproducir la posición de los que en algún tiempo se les llamó, “las vacas sagradas”.
Además, el cierre del Palacio Legislativo de San Lázaro, por lo que la Cámara de Diputados tuvo que sesionar en una sede alterna y lo mismo en la víspera con la toma del salón del pleno del Senado de la República y con agresiones cobardes a varios legisladores por una turba obviamente fracasada.
Y lo más desagradable, inconcebible e ignominioso, con unos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y su propia presidenta, Norma Piña, que con sus actitudes cuando menos violentaron o trastocaron la dignidad de sus altos cargos en el Tribunal Supremo.
No estamos, por fortuna, en los tiempos pasados cuando se ordenaba a las fuerzas armadas reprimir al pueblo que se manifestaba.
En fin, vamos a entrar a una nueva etapa en la Administración de Justicia que castigue a los delincuentes comunes y de cuello blanco y por consecuencia sean liberados nuestros connacionales presos por un mendrugo de pan y otros que llevan años y décadas en espera de ser sentenciados; ahora los que logran salir de las cárceles son los trasgresores de la ley en base al cohecho que en nuestro México designamos como “mordida”.
Toca ahora el recorrido por los Congresos de los Estados, con mayoría simple de los mismos, es decir, el Constituyente Permanente habrá de aprobar la histórica Reforma Constitucional del Poder Judicial, que ni el presidente de la República puede oponerse o presentar controversia. Sólo podrían cambiarla con una contrarreforma, lo cual es impensable por los mismos resultados de las recientes elecciones federal, estatales y municipales.
Periodista y escritor; presidente del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE; secretario de Desarrollo Social de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP; presidente fundador y vitalicio honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana, Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional y Académico de Número de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG. Agradeceré sus comentarios y críticas en teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.org y el portal: irradianoticias.com