Por: Pablo Rubén Villalobos.
¡Del fascismo al nazismo hay un paso..! Ni modo, así se autodenomino el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, luego de dejar entrever su admiración por Benito, pero no por el Prócer Mexicano, sino por Mussolini, el dictador de Italia que estableció esta Doctrina Política después de la Primera Guerra Mundial y con ella llegó como dominante del Gobierno de ese País hasta antes del término de la Segunda Guerra Mundial en 1945, fusilado junto con su amante por sus contrarios italianos los partisanos 2 días antes de que Hitler se suicidara… El fascismo y los fascistas se significan por ser cuna de dictadores, totalitarios, ultranacionalistas y pertenecientes a la Ultra Derecha, lo cual los identifica con los más radicales grupos y personajes de la Iglesia Católica… Fascismo y fascistas tienen sus raíces en los tiempos de los césares y cónsules del Imperio Romano, siempre protegidos por las milicias y con determinados grupos terroristas que resultan ser respaldados por los cuerpos formales de los ejércitos en todas sus denominaciones, como un movimiento social y político, sólo en beneficio del gobernantes… En el fascismo no se permiten tolerancias de ninguna naturaleza entre la población que es ultimada, bajo la invocación de un nacionalismo recalcitrante… En lo personal no sabemos si al pronunciar esta expresión Andrés Manuel López Obrador estuvo consciente de estas y muchas más negruras de la política fascista, que son rechazadas por los pueblos que viven la simulada o real Democracia, entre los habitantes de los países que las padecen… De ser verdaderamente fascista, entonces López Obrador resulta un ente peligroso para la Democracia Mexicana, lo cual es preocupante por cuanto a las posibles decisiones contra nuestras libertades y por las no sucesorias para mantenerse e imponerse en el poder bajo condiciones dictatoriales cuesten lo que le cueste, a él y a cuantos sean necesario sacrificar… Y ya que hablamos de sus pronunciamientos como este de ser Fascista, quien sabe por qué extrañas circunstancias, Andrés Manuel hizo otro que se contrapone por aquello del culto a la personalidad que es elemento esencial del fascismo, pues de repente salió en una de sus ya cansadas y multirepetidas mañaneras, con el estilito que le es característico, para declarar su rechazo contra cualesquiera intensiones de pretender, poner o imponer su nombre en ninguna obra ni espacio… Por lo anterior, se desprende que López Obrador está en contra de los próceres y personajes cuyos nombres se han puesto a quien sabe cuántos lugares como lo son, varios estados y municipios del País como Hidalgo, Morelos nuestro Estado, Guerrero, Nezahualcóyotl, Ciudad Cuauhtémoc, Cárdenas, Villa, Carranza, Obregón y otros espacios donde se multirepiten en escuelas, calles, colonias, poblados, hospitales ríos, mares y presas… Desde luego, quien sabe quien intente imponer su nombre a algún lugar… ¡Sólo debemos recordar, que ni De La Madrid, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón o Peña, tuvieron espacio alguno donde se pusiera su nombre y por lo tanto, resulta obvio que a AMLO también le pasará lo mismo… ¡Ahí la dejamos! ¡Hasta mañana que será un día más..!
