El análisis de los primeros tres años de gobierno de Andrés Manuel López Obrador no debe basase en la parcialidad, subjetividad e ideología, sino en la imparcialidad, objetividad y realidad, porque tan equivocado es pretender que los resultados son así de buenos y definitivos, sin la menor autocrítica, como descalificar de antemano, sin contar con datos y argumentos válidos.
Ya el análisis a fondo tendrá que generarse por áreas. Lo que corresponda a seguridad, economía y demás. Entonces podremos saber en qué estado se encuentra cada una, algo así como la glosa del informe, que deberían hacer los legisladores muy a fondo, y de manera escrupulosa, pero hasta la fecha no parece más que trámite y pasarela mediática.
Por lo pronto, quiero señalar los hilos conductores que distinguen la gestión de AMLO en estos tres primeros años. Ayer, Andrés Manuel trató de presentar las ocurrencias que ha tenido como si se tratara de un proyecto que ya consolidó y ahora tiene que defender. Según él, ya sentó las bases de lo que denomina la cuarta transformación de México. Y eso es falso.
La verdad es que no ha propuesto ninguna transformación al sistema político, al sistema de partidos ni al sistema económico. El país sigue teniendo un régimen presidencialista y capitalista, tal como lo vimos construirse a lo largo del siglo pasado, con la diferencia que las pretensiones de López Obrador son regresar a la manera en que el sistema hegemónico dominaba en las décadas de los sesenta y los setenta, o sea, al estilo populista de Luis Echeverría y José López Portillo, junto con un velado autoritarismo, en alianza con las fuerzas militares, para centralizar y conservar el poder, como lo hizo Porfirio Díaz.
En su discurso agregó la nueva ocurrencia: hacer de México una República Igualitaria. Destacó las obras de su gobierno, aplaudió a los legisladores de Morena y a sus aliados, así como al Ejército. Y hay que destacar que demandó a sus seguidores, es decir, tiró línea, para que los aspirantes a la presidencia se definan ideológicamente como de la izquierda que él encabeza, como igualitarios, que pongan por encima el apoyo a las mayorías empobrecidas.
Sobre las falacias de su discurso, basadas en una ideología socialista que no se atreve a reconocer, pero que presenta como si fueran ideas propias, trataré en otra oportunidad. De momento, las que más me llaman la atención son las de los resultados que presume. Obras y mega obras que no están terminadas y saldrán mucho más caras de lo que prometió, una corrupción que ahora involucra a las fuerzas armadas, de la que tampoco dijo nada, medicinas que no se han entregado, pero que promete comenzar a distribuir a partir del año que viene, una vacuna mexicana contra la COVID que sigue siendo una promesa por cumplir. Una economía descalabrada, con la inflación más alta de los últimos 20 años, o sea, peor que con el neoliberalismo, y una mayor cantidad de pobres en el país, síntomas de una crisis que, promete de nuevo, pronto saldremos. Lo que escuchamos fue un mensaje lleno de falacias.
Y eso de que los asistentes al festival del contagio del día de ayer fueron por su propio pie, no se trató de acarreados de distintas entidades federativas, no es cierto. Sobran los testimonios de empleados de gobierno y beneficiarios de programas sociales que resultaron presionados y amenazados para que no faltaran a la cita que tuvo por objeto fortalecer el culto al santo mesías de Macuspana.
Y para iniciados
Dos exdiputados miembros del PES, partido que por los pelos y en forma por demás sospechosa conservó su registro en las pasadas elecciones, ahora son miembros del gabinete de Cuauhtémoc Blanco Bravo. Ambos, Alfonso de Jesús Sotelo Martínez y José Luis Galindo Cortés, ahora cobrarán en la nómina estatal, gracias a las cualidades que los caracterizan y se adaptan perfectamente a lo que distingue a este gobierno, mismas que podemos resumir en que son incompetentes, ignorantes, convenencieros, mentirosos, aduladores, opacos y serviles al poder. Que a nadie le extrañe ¿Acaso el Cuau podría haber invitado a otro tipo de funcionarios?
¡Que tenga un excelente día!
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