• Acapulco tardará cinco años en restablecer las condiciones que se perdieron por el huracán Otis: CMIC
Recordemos que desde “La Mañanera”, la fuente informativa oficial del gobierno federal, pasados seis días de que el huracán Otis categoría 5 convirtió Acapulco en un infierno, -el 25 de octubre con vientos superiores a 270 km/h- el primer mandatario afirmó textual: “No va a llevar mucho tiempo tengo el sueño el ideal que vamos a convertir en realidad entre todos y cómo ya se está haciendo de qué en Navidad las familias van a estar muy contentas en Acapulco. Van a estar como lo merecen muy felices ese es el compromiso, no habrá amarga Navidad”
El mandatario jamás se ha reunido con la población afectada para escucharla, aunque por críticas periodísticas, por fin ha ido a Acapulco, sí; pero a espacios limpios, libres de escombros, sin basura, con agua, con luz, con internet, sin fauna nociva y sin olores fétidos, ha estado en lugares amurallados, limpios, ordenados y semejantes a bunkers por temor a que alguien, -afectados o los que llama oposición-, no respeten la investidura, que es primero al clamor que deja un desastre meteorológico con casi un millón de afectados en todo un estado; pero, retomemos lo esperanzador y romántico del discurso presidencial cuando dijo tener el sueño y el ideal afirmando que: “…las familias van a estar muy contentas en Acapulco… Van a estar como lo merecen muy felices… no habrá amarga Navidad…”
Ese fue entonces en ese momento, un mensaje para el pueblo bueno… pero, recientemente, la Cámara Mexicana de Industria de la Construcción CMIC del municipio de Acapulco, dio a conocer que los empresarios tardarán por lo menos, cinco años, en restablecer las condiciones que se perdieron por el huracán Otis y esto, debido a la falta de mano de obra, así como a los altos costos de reparación de los inmuebles, lo que en automático repercute en la pérdida de miles de fuentes de empleo dedicados al turismo y eso, solamente en Acapulco.
Por su parte, el Consejo de Cámaras Industriales y Empresariales de Guerrero Concaingro, informó que el desastre del huracán Otis impactó al 100% de la economía del municipio de Acapulco y al 60% de la actividad económica de Guerrero, además; afirman que más del 80% de la actividad turística del destino califica como pérdida total y 99% de los establecimientos comerciales fueron vandalizados.
Por su parte, el Instituto Mexicano para la Competitividad IMCO, declaró que estos daños en Acapulco a causa del huracán Otis podrían ocasionar un efecto de migración a corto plazo, pues 70% del PIB de Guerrero se concentra en los servicios turísticos.
Por tanto, a casi dos meses de la pesadilla y locura de Otis, se prevé que gran parte de la fuerza laboral formal del municipio de Acapulco se pierda, lo que ya va adelantando que sí habrá una amarga Navidad para innumerables familias, no van a estar muy contentas, ni a estar como lo merecen, muy felices.
También, de acuerdo con el Compendio Estadístico de la Secretaría de Turismo, en el 2022, Acapulco fue uno de los 70 centros turísticos más importantes del país y forma parte de los 26 Centros de Playa que hay en México. Además, durante el año pasado fue el tercer centro de playa con mayor recepción de turistas a nivel nacional.
En ese compendio se asegura que durante todo el año 2022, Acapulco recibió más de 9 millones de turistas, de los cuales 8 millones y medio eran nacionales y casi 372 mil extranjeros.
Con estos datos, los expertos en turismo, construcción y economía del país temen por el futuro turístico de la zona acapulqueña y pronostican que gran parte del flujo turístico del centro se redirigirá a otras zonas populares en el país como Puerto Vallarta, Mazatlán, Nuevo Vallarta o Cabo San Lucas; los cuales, tuvieron más de 6 millones de visitantes en el 2022.
Para finalizar, según estimaciones aportadas por Chuck Watson, modelador de desastres de Enki Research, Acapulco sufrirá un impacto económico de entre 10 mil y 15 mil millones de dólares; sin considerar las pérdidas adicionales que se presentarán durante la temporada alta de turismo en la región que usualmente ocurre entre diciembre y marzo.
Por la frialdad de los números, las estadísticas y aquello que se ve y no se puede desmentir, sin deseos de parecer fatalista, se nota muy lejano y raya casi en la severa duda -como otras tantas cosas, ejemplo: la “farmaciota”- lo que desde La Mañanera se prometió: “…en Navidad las familias van a estar muy contentas en Acapulco. Van a estar como lo merecen muy felices ese es el compromiso, no habrá amarga Navidad”.
