ALICIA VÁZQUEZ LUNA EN EL CONGRESO

Por Irradia Noticias

Está más que cantado el nombramiento de la abogada Alicia Vázquez Luna como titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Cuernavaca en la futura administración municipal de Cuernavaca a cuyo frente estará, a partir del 1 de enero de 2022, el también abogado José Luis Urióstegui Salgado. A reserva de que el propio alcalde electo confirme la designación, la mencionada dama merece mi mayor reconocimiento, pues jamás ha sido cuestionada por nada. Al contrario: sus principales atributos son la honestidad y la integridad.

Podrán decir misa sobre ella los adversarios de Urióstegui o quienes estén acostumbrados a presionar para lograr prebendas, sobre todo en un ámbito tan difícil como es el de la seguridad pública. Pero Alicia Vázquez Luna será una gran funcionaria municipal, quien requerirá, sin embargo, el mayor respaldo social. Desde ahora, quienes presiden organizaciones civiles y poseen efecto multiplicador, deberían valorar la forma en que apoyarán a Vázquez Luna. La seguridad pública debe ser secundada por la sociedad civil, a lo largo y ancho de nuestra capital y lo mismo ha de repetirse en el resto de municipios morelenses.

Hoy quiero recordar parte de lo ocurrido con Alicia Vázquez Luna, siendo titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Morelos, tras haber asistido a una comida en Jiutepec el 27 de abril de 2013. Sus anfitriones fueron los entonces diputados locales José Manuel Agüero Tovar (era del PRI) y Arturo Flores Solorio (era del PRD). Entre otros convidados estaban la alcaldesa Silvia Salazar Hernández (antes del PRD y hoy de Morena) y los nuevos ayudantes municipales de la localidad conurbada, hoy gobernada por Rafael Reyes. 

Supuestamente el convivio se estaba realizando con absoluta discreción para abordar temas delicados, inherentes a la complicada tarea de proporcionar seguridad a los ciudadanos morelenses, particularmente los de Jiutepec. Creyendo que se encontraba acompañada por gente responsable, de honor, Vázquez Luna comentó que algunos diputados locales habían abogado por delincuentes sorprendidos en posesión de armas y drogas. Asimismo, indicó que la corporación también detectó y detuvo a servidores públicos estatales consumiendo bebidas alcohólicas, acompañados de mujeres y alterando el orden público. 

Por igual, los legisladores involucrados y tales burócratas amenazaron con “cesarla”, lo cual nunca sucedió, aunque Vázquez Luna sí puso a disposición a los involucrados. “Me llaman y hasta me mientan la madre. Me dicen que hablarán con mi jefe para que me despida. Y les respondo que, mientras tanto, yo los pongo a disposición de la autoridad. Y los entrego porque no estoy inventando nada, los encontré con armas, con drogas, o porque se llevaban un caballo sin documentos”, agregó la abogada. 

El problema para ella fue que habló “en privado” y “en confianza” ante los personajes aludidos y omitió proporcionar los datos de quienes la habían presionado. Como nuestros ínclitos diputados se sentían (¿se sienten?) impolutos y tenían la conciencia tranquila, la citaron a comparecer dos semanas después. “¡Ahora va la nuestra! ¡Deberás probar o rectificar tus declaraciones en cuanto a que los diputados locales protegemos a delincuentes! ¡Ya verás! ¡No te la vamos a perdonar! ¡Te tragarás tus palabras! ¡En el Congreso hay pura gente honesta!”. Fueron algunas de las furibundas reacciones de los lastimados diputados por las alusiones de Vázquez Luna. 

El promotor del punto de acuerdo fue el entonces priísta Isaac Pimentel Rivas (conocido en Ciudad Ayala por sus frecuentes comelitones, excesos y extrañas amistades), quien dijo que “los diputados fuimos agraviados porque (Vázquez Luna) nos afecta y nos calumnia”. La propuesta fue respaldada por Matías Nazario Morales, Roberto Yáñez Moreno y José Manuel Agüero Tovar. Este último fue quien, cual vil chismoso, compartió con sus homólogos el contexto de la reunión (privada) donde surgieron los dichos de la maestra. Cualquiera supo que Agüero traicionó la confianza de la funcionaria. Y durante la comparecencia, a la cual asistí, pude constatar la misoginia del panista (hoy Fuerza por México) Javier Bolaños Aguilar, quien desde la más alta tribuna de la soberanía popular morelense insultó hasta más no poder a quien, al parecer, será la nueva titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Cuernavaca. Desde luego, Bolaños y el resto de sus también misóginos compañeros diputados hicieron el más grandes de los ridículos, pues no consiguieron la remoción de Vázquez Luna, quien salió del Congreso con la frente en alto.

¿Dónde se encuentran Bolaños, Agüero Tovar y Arturo Flores Solorio? Acertó usted: en la más completa ignominia, mientras la maestra Alicia Vázquez Luna es una de las más cercanas colaboradoras del futuro alcalde de Cuernavaca. Falta solamente la confirmación del nombramiento de la multicitada dama al frente del área donde hoy despacha Francisco Calderón, pero, reitero, se trata de una profesional del derecho cuya integridad y calidad moral están suficientemente acreditadas. Habremos de esperar para ver y después diremos.

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