El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), obra insignia de Andrés Manuel López Obrador, en su primer año de operaciones se quedó muy por debajo de cumplir las metas programadas, con todo y lo modesto de su diseño, a efecto de no fallar. Pero fallaron, de acuerdo con los propios datos de la Secretaría de la Defensa Nacional.
El Programa Maestro de Desarrollo, presentado en la inauguración del AIFA por su director general, Isidro Pastor Román, general brigadier del Ejército Mexicano y doctor en Ciencias Administrativas por el Instituto Politécnico Nacional, especializado en temas de aviación y con una larga trayectoria nacional e internacional, quien, además, ocupó el cargo de director general de Administración de la Coordinación General de Transportes Aéreos Presidenciales en el sexenio de Enrique Peña Nieto, propuso llevar a cabo “un esfuerzo de convencimiento y de ofrecer mejores condiciones en otros aeropuertos (sic) para que se vengan para acá”.
La capacidad estimada de operaciones del AIFA es muy amplia. Sin embargo, en el año que acaba de terminar solamente se ocupó un 8%, es decir, se llevaron a cabo 8,992 operaciones de las 119 mil que podrían realizarse. La proyección de pasajeros para el 2022 fue de 2.4 millones, pero únicamente fue logrado un 38% de ese objetivo. En otras palabras, no logró ni la mitad del objetivo en pasajeros transportados, ni una décima parte en las operaciones aéreas posibles.
¿Por qué son importantes estos datos? Pues, porque de ello depende que se logre el equilibrio financiero. De acuerdo con ese mismo Plan Maestro, en el 2023 tendría que transportarse a 5 millones de personas para llegar al punto de equilibrio. Es decir, no que obtenga ganancias, ya que sabemos que las empresas públicas de los gobiernos de izquierda no cuentan con esa filosofía empresarial, pero, al menos, que no sea una entidad generadora de pérdidas y, por tanto, crezcan sus pasivos y se incremente la deuda pública. En pocas palabras, que el capricho presidencial no nos cueste a los mexicanos.
A la vista de los resultados del 2022, comenzamos a entender la intención del presidente, por un lado, de permitir el cabotaje, o sea, que aerolíneas extranjeras transporten pasajeros o carga entre países de las que no son originarias, generando, con ello, perjuicio a las naciones receptoras de los vuelos en cuestión. Y, por otro lado, obligar por decreto a que se trasladen operaciones de carga del Aeropuerto Internacional de México al Felipe Ángeles. Se trata de hacer que despegue el AIFA a como dé lugar, por decretos, que tanto gustan a este gobierno.
Con todo y el espectacular currículum de Isidro Pastor Román, que incluye haber sido catedrático de posgrado en la UNAM, certificado en seguridad de la aviación por la ONU, diversos diplomados y seminarios, destacadas estancias y colaboraciones, en prestigiosas instituciones académicas, como Harvard y Cambridge, entre muchas más, no pudo hacer que el AIFA despegue. Y no es por falta de capacidad o experiencia del general brigadier, de ello no tenemos duda, la tiene y es perfectamente reconocida. Es todo un profesional especializado, de los mejores del mundo. El problema no está ahí, sino en el mismísimo proyecto, en la obstinación de AMLO, en su capricho de hacer las cosas como él cree, como él quiere y no como deberían hacerse.
Y para iniciados
Ya comenzó el proceso sancionador contra Margarita González Saravia por presuntas violaciones a las leyes electorales. Ahí van dos guías para seguir el hilo de esta trama, que a todas luces forma parte de las guerras políticas que veremos éste y el año que viene: Hay que investigar quiénes están detrás de las denuncias, sus relaciones y vínculos políticos, por una parte, y de las empresas o personas involucradas en la colocación de la propaganda, por otra. Si la autoridad electoral hace su trabajo en forma concienzuda y profesional, serán varios los que deberán presentarse a declarar, bajo protesta de decir verdad… para que la verdad salga a flote.
La información es PODER!!!
