El 23 de enero de 2013, los ministros Arturo Zaldívar y Olga Sánchez Cordero desempeñaron un papel crucial en uno de los casos judiciales más relevantes de nuestra historia judicial. Por segunda ocasión, la Suprema Corte de Justicia discutía si otorgarle un amparo a Florence Cassez, acusada junto con Israel Vallarta de secuestro; el año anterior, el proyecto presentado por el primero no obtuvo los votos suficientes; ahora, con un nuevo integrante de la sala, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, sería el de Sánchez Cordero el que se someta a votación. En un giro inesperado, tras no conseguir los votos suficientes, la ministra recupera el de Zaldívar y, pese a la oposición de José Ramón Cossío, con quien este mantiene un largo diferendo, al fin consigue que se le otorgue un amparo liso y llano a Cassez, lo cual implica su liberación inmediata. A la distancia, parece claro que Sánchez Cordero y Zaldívar hicieron lo correcto, pero, para llegar a ese momento, debieron sufrir una inaudita presión -e incluso intimidación- por parte del gobierno de Calderón, quien había decidido apoyar hasta el último segundo a su brazo derecho, Genaro García Luna.
El episodio muestra las agudas tensiones que siempre han existido en México entre el Poder Ejecutivo y el Judicial. Antes de eso, Zaldívar -quien había sido nombrado a propuesta de Calderón- ya había padecido un acoso semejante por el caso de la Guardería ABC. Y podríamos ir hacia atrás o hacia adelante en el tiempo: en un país donde la justicia a veces, suele ser un simulacro, la Suprema Corte representa la sola posibilidad de que un asunto se discuta a profundidad y revele, en el camino, la madera de sus integrantes.
De aquel enfrentamiento con Calderón deriva en buena medida la carrera sucesiva de Sánchez Cordero y Zaldívar: tras su retiro, la primera fue nombrada por López Obrador como secretaria de Gobernación; el segundo, entretanto, fue elegido presidente de la Corte y su posición se volvió cada vez más cercana a la 4T, hasta derivar en un intento por reelegirse y ahora en su renuncia para incorporarse abiertamente a ella. En una nueva vuelta de tuerca, Sánchez Cordero, ahora en el Senado, decidió oponerse al embate que ahora AMLO ha lanzado contra el Poder Judicial, lo que ya le ha valido ser acusada de traidora por los sectores más radicales de Morena. José Ramón Cossío, entretanto, se ha convertido en uno de los críticos más pertinaces del Presidente.
Imaginar que la Corte es un espacio ajeno a la política significa ignorar su naturaleza. Buena parte de su función es eminentemente política, como contrapeso de los otros poderes, y sus miembros, propuestos por el Presidente y ratificados por el Senado, representan sin remedio a distintos factores reales de poder. Su independencia no deriva, pues, de la imposible neutralidad de sus integrantes, sino de su capacidad para distanciarse de quienes los han elegido, de resistir la presión de los presidentes en turno, siempre deseosos de amagarlos o cancelar sus privilegios, y de ceñirse a su propio criterio. Tarea ardua y con frecuencia fallida: como comprobamos a diario, tanto las amenazas como las mieles del poder suelen surtir efecto.
Por desgracia, es más frecuente que alguien se someta sin fisuras a la voluntad de quien lo nombra -como Yasmín Esquivel o Loretta Ortiz-, que ganarse a pulso el respeto de la sociedad, como Margarita Ríos-Farjat y sobre todo Juan Manuel González Alcántara, acaso el modelo de lo que debe ser un ministro de la Corte, sin olvidar por supuesto a nuestra respetada y admirada ministra Norma Lucia Piña. Lo mejor que podría pasarle al país sería que el Presidente y el Senado nombraran a alguien que siguiera su ejemplo.
Sánchez Cordero y Zaldívar encarnan, en contraste, ese irresistible vaivén -y esa contradicción íntima- entre la ambición y la libertad de criterio. En su momento, Zaldívar ofreció un valeroso acto de resistencia contra Calderón, pero acabó por sucumbir a AMLO. Sánchez Cordero, por su parte, se sumó a la 4T y ahora, en un instante extremo, su mínimo acto de disidencia no parece que le será perdonado.