- Fue víctima de agresión y abuso de fuerza por parte de elementos de la Comisión Estatal de Seguridad del Estado de Morelos, CES, cuando cumplía con su función profesional al documentar la custodia a las instalaciones de la Fiscalía Especializada Anticorrupción.
- La Comisión de Derchos Humanos de Morelos inició la queja número CDHM/1S.1/145/2023-V3 contra personas servidoras públicas de la CES en las que se solicitan medidas precautorias que garanticen la seguridad e integridad de la periodista y se exige a la institución deje de intimidar a periodistas y les permita realizar su trabajo.
- La filtración de un video, que solamente pudo ser grabado por un elemento policíaco participante, en donde se comparte un breve fragmento de la discusión entre las partes con lo que se deja en claro la revictimización e intento de tergiversar los hechos para evadir responsabilidades.
La Asociación de Periodistas y Comunicadores del Estado de Morelos, APECOMOR, detalla los hechos:
La periodista Estrella Pedroza fue víctima de agresión y abuso de fuerza por parte de elementos de la Comisión Estatal de Seguridad del Estado de Morelos, CES, cuando cumplía con su función profesional al documentar la custodia a las instalaciones de la Fiscalía Especializada en Anticorrupción de la entidad tras una queja ciudadana en el sentido de que los vecinos se sentían intimidados por la presencia y actitud de elementos armados desde hace varios días.
La reportera fue primero abordada por una elemento de la Guardia Nacional que cuestionó su presencia al percatarse que desde su vehículo había tomado una fotografía de la zona y al descender de su vehículo para buscar un mejor ángulo para otras tomas; Estrella Pedroza le indicó que era periodista y que solo tomaría fotografías, ante lo cual el uniformado no se opuso.
Al finalizar y caminar hacia su automóvil, que había dejado estacionado a unos metros de distancia, elementos del Mando Único Policía Morelos le volvieron a abordar, le cortaron el paso y le exigieron identificarse; la reportera les indicó que era periodista, dijo su nombre y los medios de comunicación para los cuales envía su información. Aún así los uniformados la siguieron hacia su automóvil y una vez que ella quiso arrancar un grupo de policías se interpuso en su camino; ese fue el pretexto para señalarla de tentativa de homicidio a un elemento y que procederían a detenerla.
En medio del forcejeo para quitarle las llaves del vehículo, desabrochar el cinturón de seguridad y para tratar de sacarla del automóvil, la reportera tuvo tiempo de enviar un mensaje de voz y realizar varias llamadas.
Un compañero periodista atendió el llamado de auxilio y pudo percatarse que la reportera estaba con la espalda contra una patrulla de la CES, enfrente de ella dos elementos femeninos que le impedían movilizarse y un grupo de aproximadamente 10 uniformados varones, todos con armas largas.
Al pedir una explicación el mando explicó que la “señora” no se quiso identificar y que además le “aventó” el automóvil a un policía. El auto de la reportera se encontraba a la mitad de la calle, con la puerta abierta y la mascota que le acompañaba amarrada a un árbol detrás de la unidad policiaca.
En ese momento se señaló que la periodista cumplía con su deber y que además jamás intentó vulnerar la línea de seguridad o ingresar a las instalaciones de la FECC bajo custodia, que todo lo demás que se le exigía estaba fuera de la ley, de la libertad de tránsito y de expresión. Fue un instante en donde los elementos policíacos dejaron de aportar argumentos y se logró el retiro a salvo de la compañera.
Posteriormente se obtuvo un video que un vecino capturó precisamente en el momento que el automóvil de la reportera es rodeado, de los jaloneos y la forma violenta con exceso de fuerza con la que es sacada de su automóvil.
La oportuna ayuda, el valor de la compañera para narrar los hechos a pesar del difícil momento y la solidaridad de quien aportó los videos, permitieron la rápida reacción de compañeros, medios de comunicación, autoridades de procuración de justicia y asociaciones de defensa de periodistas y derechos humanos, nacionales e internacionales.
La Fiscalía General de Justicia del Estado atendió a la compañera para poder revisarla físicamente ante el maltrato que recibió y abrir la carpeta de investigación correspondiente.
La Fiscalía Anticorrupción de Morelos emitió un comunicado en el que indica que “de inmediato se comunicó con la periodista y se le externó “el compromiso para apoyarla y mantener comunicación”; en el mismo documento indican que “se ha solicitado a los oficiales que custodian las instalaciones, modificar el protocolo de seguridad, para evitar algún malentendido o incidente, tanto con periodistas como con ciudadanos”. Ante ello preguntamos ¿qué protocolo se aplicaba hasta hoy que permite este tipo de actos de presión, intimidación y que atentan contra la libertad de tránsito y expresión?
Por su parte la CES Morelos puntualizó que a través de la Dirección General de Asuntos Internos ha iniciado las acciones correspondientes para investigar los hechos ocurridos y resalta que, en caso de que algún policía haya incurrido en alguna falta, se procederá de manera jurídica o administrativa. Llama la atención la filtración en redes sociales de un video, que solamente pudo ser grabado por un elenmento participante, en donde se comparte una breve fragmento de la discusión entre las partes con lo que se deja en claro la revictimización e intento de tergiversar los hechos para evadir responsabilidades.
La Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos condenó la agresión e inició la queja no. CDHM/1S.1/145/2023-V3 contra personas servidoras públicas de la CES en las que se solicitan medidas precautorias que garanticen la seguridad e integridad de la periodista y se exige a la institución deje de intimidar a periodistas y les permita realizar su trabajo; en su Comunicado señala que este ataque contra la periodista integrante de “Irradia Morelos” y corresponsal de Aristegui Noticias se suma al que ya ha sido denunciado por dicho medio, así como el realizado al periodista Teodoro Rentería por personal de la misma institución.
La Asociación de Periodistas y Comunicadores del Estado de Morelos, APECOMOR, se solidariza con la compañera Estrella Pedroza y se mantiene atenta a su salud.
Exigimos a las autoridades que se haga una investigación y se deslinden las responsabilidades; nada justifica el exceso de fuerza, las amenazas y hasta burlas de las que fue objeto por parte de los uniformados de la CES Morelos.