César Raúl Ojeda Zubieta, quien ya casi llega al séptimo piso en edad, es un político profesional originario de Tabasco, quien tras su paso por los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), buscó dos veces ser gobernador de su entidad natal, sin conseguirlo.
Así las cosas, a comienzos de noviembre del presente año, el ex senador perredista se afilió al Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), teniendo en su agenda partidista y personal el impulso a la revocación de mandato propugnada por el presidente López Obrador, pero que también será, por ahora, el mismo objetivo a perseguir siendo delegado especial del CEN en funciones de presidente estatal de Morena en Morelos.
Es obvio inferir que el flamante dirigente interino de Morena trae las tareas plenipotenciarias conferidas por el principal tabasqueño de nuestro país, es decir, el presidente de la República, desde luego secundado a plenitud por el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López. Ojeda Zubieta forma parte del Grupo Tabasco incrustado en el Poder Ejecutivo Federal e identifica como presidenciable al titular de la Segob federal.
Y esto lo saben quienes durante varias décadas han trabajado de manera institucional a favor de Morena y las causas obradoristas en nuestra entidad. Pero también lo conoce Mario Delgado, máximo dirigente de Morena, quien acata a cabalidad los designios emanados de Palacio Nacional.
Nadie puede negar que, hasta donde han podido demostrarlo, son disciplinados y no fácilmente incurren en rebeldía, como han buscado hacerlo quienes, por ejemplo, siempre se colocaron como acérrimos enemigos de Gerardo Albarrán los años en que se esforzó por evitar la ingobernabilidad de Morena-Morelos y consiguió éxitos electorales, donde se pudo y como pudo, en 2018 y 2021. Por eso continúa en sus funciones de Secretario General del Comité Ejecutivo Estatal. Asimismo, la mayoría de cuadros distinguidos morenistas forman parte de la corriente “Rabinista”. Siempre han sido leales al actual Subsecretario de Gobernación, también llamado el “candidato natural” de Morena a la gubernatura en 2024.
Nuestra colega del periódico La Unión de Morelos, Tlaulli Preciado, difundió este martes una interesante entrevista con César Raúl Ojeda Zubieta, quien demostró que no viene a la entidad emulando a los más importantes exponentes del boxeo nacional o a quienes siempre se les identifica cual viles pendencieros y rebeldes en sus funciones legislativas.
No. Casi llegando al séptimo piso en edad, Ojeda demuestra pericia político y colmillo para detectar a quién es quién en los grupos morenistas, algunos de ellos provenientes desde las luchas cardenistas de 1988, que dieron origen al PRD y posteriormente a Morena, con López Obrador en el máximo liderazgo. A estas alturas ya se reunión con los morenistas distinguidos, cuya rentabilidad electoral, efecto multiplicador y capacidad de movilización están probadas. Y también identificó a los belicosos, esos que a todo dicen NO y se oponen a todo. Son los infaltables lastres.
Pero, además, el dirigente estatal interino de Morena-Morelos también conoce a los belicosos del Congreso morelense, donde su grupo parlamentario no lleva todas las de ganar en las votaciones. Por eso conversó también con el gobernador Cuauhtémoc Blanco, quien emergió de una alianza electoral del PES y Morena y al cual llamó “compañero”. Junto con la entrevista de Tlaulli Preciado, en otros medios, leímos la posición pendenciera, impugnativa y boxística de Agustín Alonso, presidente de la Comisión de Hacienda del Congreso, quien, tal vez apoyado por sus similares, insiste en sacar agua de las piedras del Presupuesto 2021, lo cual no ocurrirá, pero sí retrasará el proceso legislativo respectivo.
Ojeda Zubieta agregó a Tlaulli Preciado:
“Escuchará todas las voces de la militancia, pero el instituto político no deberá centrarse en luchas intestinas. La prioridad es apoyar el proceso de consulta por la figura de revocación del mandato (de AMLO). Encontré al partido muy activo con gente muy entusiasta, participativa y con buena dinámica (…) Gerardo Albarrán Cruz ha hecho un buen trabajo, esa es la percepción que tengo y dicho también por sus compañeros”.
Conclusión: solo la unidad entre los más relevantes exponentes del morenismo morelense, desde ahora, sin perder tiempo, los conducirá con mayor rentabilidad electoral hacia 2024. Ojeda Zubieta arguyó que al interior del partido se trabajará por fortalecerlo y en su momento elegirá a quienes serán sus candidatos en el 2024, de entre sus propios liderazgos. No estoy de acuerdo con él en el sentido de que “falta mucho tiempo”. No. Aunque él venga dispuesto a quedar bien con el Grupo Tabasco en torno a la revocación de mandato, a nivel local Morena requiere cohesionarse lo más pronto posible para dar resultados al electorado. Por eso la gente votó a favor de sus candidatos, tanto en 2018, como en 2016, cuando perdieron posiciones.