• …tal vez un caporal que se encargue del rancho
Por: Alejandro Cárdenas
¡Nada de un Chief Executive Officer! o CEO, porque ya hay brújula.
En este momento, no se necesita que se implemente, ni que se tomen decisiones para conseguir beneficios, ni que se gestione para crear lazos estrechos, ni que se desarrolle más, ni que se tenga amplia visión, ni que se cuente con sólido historial académico, ni dilatada experiencia en un cargo, ni capacidad analítica, ni habilidad negociadora, es más: ni liderazgo.
El guion de la película ya fue expuesto en palestra. Estuvo servido en fragmentos como un juego de adivinanzas. Para quien quiere ganar el Huevo de Pascua, fueron pistas subliminales y mensajes capciosos semejantes a los que persigues en un rally.
Aquí también hay niveles y grados de dificultad añadidos y otros agregados premeditadamente; y claro que los hay, sino, pues el que puso las reglas no se divierte con las marcadas paradojas. De manera muy astuta elaboró el reto en medio de un juego de espejos y manipulaciones semánticas; es seguro que los participantes en sus actuaciones le retribuyen momentos jocosos.
En primer lugar, en las visitas a los estados del país, que son como casillas de un tablero, no se permiten las promesas ni ofrecimientos, deben ser recorridos austeros porque en realidad la carrera no es una carrera para seducir, sino que crudamente es para los ojos del réferi, un tanteo, una cata.
En cada parada, el lucimiento no es el lucimiento ostentoso, no es el volumen en el acarreo. La práctica y la definición de acarreados ya de hecho está oficializada, no hay novedad ni sorpresa. Se trata solo de dar “continuidad” a un motivo. Ahí lo semántico.
Uno de los primeros grados de dificultad para el grupo de participantes oficiales es la oclusión para describir de manera franca el referente que persiguen, la obturación a una narrativa directa que les permita expresar sin declararlo abiertamente, que quieren ganar el Huevo de Pascua e imploran el soporte social para obtenerlo.
Esa regla, impuesta por autoridades electorales, los pone en riesgo de caer en un reciclaje de fantasías e interacciones masivas llenas de ingenuidades y laxitud, puede que -su encomienda, que es la estratagema de un carácter informativo-, por la falta de astucia comunicativa, termine semejando a un Uróboro, la serpiente que se autodevora y comienza por su trasero, esa que llega a interpretarse semióticamente como una absurda e incongruente redundancia que no pasa de ser un patético círculo vicioso.
En este rally, -hasta antes del 30 de junio- a lo mucho estos heraldos de la Transformación debían resaltar la conquista ocurrida hace cinco años, contar los logros en ese andar de mil 825 días, rezumar el éxito de cada batalla, narrar las victorias, describir cada uno de los triunfos, referir las bondades tangibles, relatar cómo y cuándo comenzó la utopía de este actual camino de materializada esperanza e involucrar con una notoria y profunda convicción del proyecto, no tan solo a los receptores, sino primordialmente al árbitro sobre porqué debe haber “continuidad”. Se antoja la trama a las escenas de Donald Trump cuando tuvo el show The Apprentice donde su frase insignia fue: ¡You´re fired! pero aquí no sucederán tales despidos, porque no se busca un CEO, aquí sí se habla de premios de consolación para quienes no lo logren.
Y es tal el espectáculo en ganar el Huevo de Pascua con presuntos y escasos recursos por la austeridad republicana, que al igual que la película Ready Player One, el diseñador del mundo virtual OASIS, -un programa digital donde millones de personas hacían Fuga Mundi buscando dosificar y evadir la verdad de sus caóticas y empobrecidas vidas-, instruyó retos casi imposibles para que el concursante consiguiera las llaves que daban accesos y al conseguirlos, permitían al más ilustrado en la esencia y el alma del juego, heredar OASIS, además de obtener en automático, privilegios de primer orden y dinero.
Según el guion de esa película, el secreto era que los personajes debían conocer a detalle los gustos, aficiones, caprichos, pensamientos, ocurrencias, obsesiones y decepciones del diseñador del Softwear y así presuponer y localizar el lugar oculto de las llaves en el programa y obvio, ganar.
Pero en este maratón, donde los participantes son corcholatas y no avatares digitales, recientemente, el 1 de julio, ante un auditorio que atiborró la Plaza Principal del país, les fueron proporcionadas las claves del juego y las pautas oficiales para que ahora sí, tengan liberadas sus narrativas con encuadres léxicos oficiales y desde luego, descifren y ejecuten las pistas ocultas.
Al tener parámetros claros de lo que hay que destacar y los datos duros a presumir acreditados desde la lectura de un informe de labores ¡comienza el juego! Ready Player -versión- 4.
“¡Amigos, amigas, compañeros, hermanas, hermanos!” fue el encabezado de las pistas a lo largo de una hora donde abundaron datos exprofeso y en adelante, como apóstoles, los repliquen en todo lugar que visiten del territorio nacional.
Para conseguir las pistas principales, hay que comenzar según la película en comento, de atrás para adelante y con el pedal a fondo:
“¡Pueblo-Pueblo-Pueblo! Benito Juárez, Ricardo Flores Magón ¡Con el Pueblo todo, sin el Pueblo nada! ¡Solo el Pueblo puede salvar al Pueblo! Madero no miró esos principios, era buena persona, los dejó de lado y lo traicionaron. Tener alianzas con los de abajo, la felicidad es bondad y fraternidad y hay que mantenerlo y reafirmarlo… ¡Así, nadie nos vencerá! Humanismo mexicano. ¡México no es vasallo de nadie! ¡Reaccionarios, den disculpas, cambien! ¡No humillen, no roben! Oligarcas. Antonio López de Santa Anna, supremo poder… México justo, libre, independiente. José Revueltas, libro: Proletariado sin cabeza… ¡Ya hay!”.
Va más claro el encuadre discursivo en el Quinto Aniversario del Triunfo Democrático del Pueblo de México: ¡continuidad!
Traducción: sin pobres no hay tablero, sin programas sociales no hay juego. Los empresarios ya traen asegurado lo suyo, ellos al parecer se cuecen aparte. Además, se afirmó hasta más allá del Atlántico, que ya no hay narco estado, el Ejercito cuida y se porta bien con el Pueblo, la inseguridad ya casi se extingue y la Salud, un tema de percepción.
Lo que sí hay ya, es cabeza del proletariado, rumbo, brújula, por eso no se busca un CEO. El próximo debe ser un verdadero, convencido, fervoroso -y literal- Coordinador Nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, no es un prospecto a líder, se trata exclusivamente de dar ¡continuidad! y lo mismo deben de hacer los replicantes o apóstoles estatales ¡coordinar! pues en el organigrama nacional ellos están en posición vertical descendente y deben actuar igual que un fractal, el hilo fino del proyecto de transformación con su efecto de continuidad, queda en los campos de batalla de los poderes Legislativo y Judicial.
No se busca un CEO, quizá un director, un encargado de despacho, un representante, de menos un jefe de cuadrilla ¡vamos! un caporal que se encargue del rancho para convertir los objetivos pendientes en realidades. Está fácil ¡no hay oponentes! el suplente no debe ser un CEO, sino un timbre de orgullo para dar continuidad al pacto entre Gobierno y el Pueblo Bueno. El Huevo de Pascua es muy claro y sencillo: el que obedece no se equivoca ¡Me Canso Ganso!