La inteligencia artificial es un tema de actualidad del que mucho se habla, pues lo que era considerado como artefacto del futuro, en diversas áreas y materias hoy se encuentra presente en nuestras vidas. La inteligencia artificial entendida como el uso de máquinas que pueden replicar por completo las capacidades intelectuales humanas, así como sus movimientos, hoy es parte de la realidad cotidiana. Lo que se refleja con el uso de un asistente de voz, hasta la conducción autónoma de vehículos, entre otros.
En ese sentido, es importante tener en consideración que ante la evolución y el avance tecnológico, el derecho al ser progresivo, debe adaptarse a las nuevas necesidades y exigencias de la sociedad. Y si bien, aún no existen en México normas jurídicas que se encarguen de regular plenamente este tipo de tecnologías, cierto es que países como China, Japón, Canadá, Estados Unidos y del continente europeo, ya se encuentran trabajando en la elaboración de leyes que permitan tener un mejor manejo y control de la referida inteligencia artificial.
A manera de ilustración, el uso de drones ha concedido diversas ventajas sociales en cuestiones de cartografía, topografía, acciones de búsqueda y rescate, inspecciones en escenarios de riesgo, en la lucha contra incendios y en apoyo a las fuerzas de seguridad. No obstante a ello, el uso particular de los drones ha afectado a terceros, ya que por su fácil traslado puede ingresar sin consentimiento a domicilios particulares y afectar la intimidad de las personas. Por tanto, a pesar de que, desde el año 2017 el uso de estos artefactos son regulados por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes; también lo es que, esta regulación contempla el control y registro de los aparatos, empero no tutela la comisión de ilícitos que se puedan cometer por esta vía, como es el tráfico de drogas, o la toma de fotografías y videos de forma ilícita.
Pese a que el uso de la inteligencia artificial ha ido incrementando, México carece de un cuerpo de leyes encargado de regular el desarrollo y uso de la misma, razón por lo que es fundamental que los legisladores incorporen un sistema de normas, que de forma específica estipulen límites para el uso de estas herramientas tecnológicas, así como quien sería responsable con el mal uso de las mismas o cuando de forma intempestiva se afectara a terceros y por supuesto, cuáles serían las penas por su comisión.
Es por ello, que el pasado treinta de marzo del 2023, se propuso una iniciativa para la Regulación de Ética de la Inteligencia Artificial empero, aun y cuando se estipule que toda tecnología debe ayudar a la sociedad y proteger la privacidad, ello no resuelve el problema de fondo, ya que siguen vigentes diversas interrogantes, como es el caso de que: “Si un vehículo conducido de forma autónoma, lesiona a una persona, ¿Quién sería el responsable?; Si una persona tripula en estado de ebriedad un vehículo autónomo; ¿Este puede ser detenido por la autoridad vial?; si el GPS del vehículo circula de forma autónoma por una vía contraria y se produce un accidente, ¿Quién es el responsable? Son muchas las interrogantes y pocas las respuestas sobre el tema, de ahí que sea tan importante el estudio y adecuación de las normas que mucho protegerán a nuestra sociedad con el uso de estas nuevas tecnologías.