• “¡Bienvenido a Mata-ulipas!, ¡Saludos desde Morgue-los!”
Por: Alejandro Cárdenas.
El avión aterrizó a las nueve de la mañana en el Aeropuerto Internacional de Tampico, asistí como autor invitado a la Feria Universitaria del Libro organizada por la Universidad Autónoma de Tamaulipas UAT y la presentación era en Ciudad Victoria a las cinco de la tarde y llegar hasta allá implicaría tres horas por carretera.
A la salida estaba Ramón, un trabajador enviado de la UAT levantando una pancarta a lado de una camioneta Van con el logo de aquella Alma Mater. Nos identificamos, saludamos y sus atenciones fueron siempre de lujo. -En ocho horas es su presentación, me dijo y añadió, ¿Ya había venido, conoce Playa Miramar? podemos desayunar por allá si gusta, está a 20 minutos. Le respondí y aclaré que era la primera ocasión en Tamaulipas y que aceptaba el plan de conocer, ya que estaba en el itinerario logístico de la universidad.
Me sorprendió el lugar. En espectaculares, en fachadas de locales de comida y grafitis callejeros, era recurrente un rostro verde con ojos saltones, cónicos y oscuros representando a un estereotipado extraterrestre a lado de un plato volador.
¿Porqué? pregunté y Ramón respondió que era el mito urbano de que cerca de la escollera que divide Tamaulipas y Veracruz, afirmaba la población de ahí, que había una base extraterrestre llamada Amupac y por eso era que no había huracanes o fenómenos meteorológicos graves que afectaran esta región del Golfo de México.
Desayunamos mirando el mar y sus inmensas playas en un restaurant localizado en el llamado Malecón Intergaláctico y por ese reiterado contexto espacial y fauna cósmica, busqué en la carta algo exótico que dijera “Sopa de marciano”, “Café lunar” o “Bufete Alienígena”. Algo así… digo, para sintonizar, probar y tener algo que contar.
Pero ocurrió que no solo contar sino también charlar y es que, en el restaurant, Ramón se rencontró con un amigo de años atrás dedicado ahora al periodismo, es corresponsal y nos presentó. -También él es periodista y escritor y nos visita de Morelos. ¡Bienvenido a Tamaulipas! dijo el colega. Gracias, respondí y añadí: ¡Un saludo cordial de Morelos!
Nos sentamos los tres en una mesa y comenzamos ambos comunicadores a comparar estados e intercambiar impresiones de todo tipo. Ramón escuchaba y rara vez intervenía. Fue inseguridad, empleo informal, opacidad, marcianos, turismo, gobierno, etc.
Así me enteré que vacacionaba. Su medio de comunicación le había otorgado tres días de asueto por el resultado exitoso de una investigación y publicación nacional sobre los fraudes de una empresa de papel que desde hacía años, se prestaba para triangularlos, había una presunta propietaria que decía ser apoderada y representante legal de otras empresas, su nombre estaba claramente señalado en varios contratos.
Entre los últimos atracos de cuello blanco, estaban FONATUR, SEGALMEX Y DIF, participó en esta estafa que supera a la del anterior sexenio.
El comunicador había obtenido documentos donde destacaban montos por más de 300 mil pesos sangrados a cada una de esas dependencias y eran facturas tan absurdas y escandalosas como los precios. No había ninguna constancia física de nada de lo comprado, ni una simple nota de remisión, pero ya habían sido pagadas.
A SEGALMEX, le facturó un presunto servicio de comedor a trabajadores en una bodega que prácticamente estaba en ruinas y no había tales comensales. En el DIF fue el descaro pues era una asignación directa sin especificar sobre qué servicio. A FONATUR, le facturó toda clase de artículos de limpieza como papel sanitario, jabón, escobas, gel y de más ocurrencias en cantidades y costos astronómicos muy a tono con la mítica ciudad submarina de Amupac en aquella playa de Miramar.
Y no era todo; el colega, en su investigación, descubrió el modus operandi de esa persona que contaba con antecedentes de fraude cuando años atrás intentó ser vicepresidenta en COPARMEX, con documentos alterados. La vetaron al saber que detrás de toda la fachada de honestidad había un conflicto de interés y la exhibieron públicamente en medios de comunicación, aparecía su nombre y toda esa información apenas era la punta del Iceberg, pues ahora; al amparo de otro servidor público y otro conflicto de interés, ocupaba ilegalmente un cargo donde firmaba documentos oficiales ostentando tener licenciatura y que al consultar el registro de cédulas profesionales, no aparecía por ningún lado y al revisar su declaración patrimonial, mencionaba que contaba con un ridículo certificado de Santo Domingo, lugar de piraterías que mencionó un día el Presidente y denunció en una de sus mañaneras.
Me quedé mudo e igual de sorprendido como con el dato de los marcianos de Miramar y se lo dije con un abierto tono de broma.
-Oye, colega, ya que estamos en zona galáctica, te quiero comentar que esto es el universo paralelo. ¿No será una realidad espejo, un fractal? Escuché de un caso similar solapado también por un cretino conflicto de interés.
-¡Ja,ja,ja! se atascó de risa y respondió –¡Es corrupción! No le busques telepatía cósmica. Son servidores públicos oportunistas, ineptos, enanos mentales carentes de ética y de moral asistidos por tlaconetes pervertidos, perversos y enfermos, para ser corrupto el género no importa, pero muy hipócritas se dan golpes de pecho hablando de pulcritud y honradez y es el pago de compromisos, de favores, de compadrazgo, son cómplices en las raterías, ya lo había dicho el buen “Copetes”, que esto parece ser genético… ¡Ja,ja,ja! Es solo cosa de levantar la alfombra para saber dónde deposita la basura la señora de la limpieza ¿O me equivoco, colega? Remató más allá de lo irónico. Estoy descansando porque le voy a seguir, hay mucho material y mucho de lo mismo. Luego investigo lo que escuchaste ¡La nota es la nota! -Enfatizó.
-Este tema de los fraudes y las canonjías es igual a una cebolla, capa tras capa, en niveles, los mismos actores en diferentes escenarios…-dije.
Terminamos un desayuno americano y todos debíamos de seguir rumbos distintos, nosotros a Ciudad Victoria a la presentación de uno de mis libros y el colega a la playa extraterrestre, a seguir con su asueto, donde con suerte podría atestiguar la presencia de una nave espacial para tener otra historia que contar en esta maravillosa profesión que nunca para de descubrir.
Nos despedimos con apretón de mano y un abrazo de colegas y me dijo eufórico y sarcástico por la confianza: ¡Bienvenido a Mata-ulipas…! y le tuve que responder a tono con el universo paralelo por las realidades homogéneas del país: …gracias, colega, un placer ¡Recibe un cordial saludo desde Morgue-los!
El público en el auditorio de la UAT en Ciudad Victoria estuvo muy animado y participativo, la Máxima Casa de Estudios logró su ambicioso objetivo a los largo de una semana de Feria y fue contar con apoyo de patrocinadores y gobierno estatal para tener a mano camiones para traer y llevar alumnos de todos los niveles educativos con todo y padres de familia y profesores de las comunidades más alejadas de manera gratuita a la Feria para que tuvieran esta experiencia y se quedara grabada en su memoria y en un futuro, elegir algo que no fuera la delincuencia organizada como opción de vida.
Los resultados finales de la UAT en esa semana en Ciudad Victoria fueron: 36 mil asistentes, 75 actividades, 20 stands con 21 editoriales, 122 talleres, 33 presentaciones artísticas, 4 exposiciones permanentes, 48 ponencias, 16 stands de venta, 72 emprendedores universitarios y 23 emprendedores locales.
Esto no concluía ahí, faltaban por realizarse aún en tres sedes más de la UAT la misma Feria Universitaria del Libro donde el lema es: “Aquí comienza el Amor por los Libros” y de acuerdo a lo que vi, esa Máxima Casa de Estudios, prendió un faro.