Dos noticias dos pueden tener el mismo peso: la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó inconstitucional el que la Guardia Nacional dependa de la Secretaría de la Defensa Nacional; el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que presentará una nueva iniciativa para que la corporación vuelva al control de la milicia.
El poder público siempre tiene consigo, porque la tentación le es propia al ser humano que lo ejerce, de caer en excesos; ante ello los controles que se tienen en la división de los poderes, los niveles de gobierno y más recientemente, a través de los organismos constitucionalmente autónomos, son la garantía más grande para evitarlos.
Antaño, el poder presidencial en México, aunque ya se tenían los controles mencionados, era prácticamente absoluto; no se movía la hoja de un árbol, nos decían los abuelos, si el Presidente no lo ordena. “¿Qué hora es? La que usted diga señor Presidente”.
Muchos años así vivimos, para una gran mayoría inclusive era cómodo el esquema de la “institucionalidad” que se traducía en un sometimiento que garantizaba subir en el escalafón público si se sabía entender y se sumaba a la complicidad.
Los grupos opositores a lo largo de la historia han logrado muy importantes conquistas que hoy precisamente se identifican como los controles efectivos al poder público en todas sus modalidades; lo interesante está en que cuando esos luchadores alcanzan el control gubernamental encuentran que las directrices que ellos mismos impulsaron, ahora les significa un estorbo.
Es de entenderse que independientemente de quien sea el próximo mandatario de la nación no será heredero del arrojo y forma de plantear las cosas como la hace el presidente Andrés Manuel López Obrador; podrá -como seguramente se comprometerá en campaña- el próximo dirigente el país ir por la “consolidación” del movimiento llamado la 4T, pero la forma cambiará.
Lo que debe de enorgullecernos -sin dejar a un lado el saber que hay intereses políticos en muchos casos- es que nuestro tribunal constitucional ha demostrado ser ajeno al discurso, presiones y señalamientos.
En breve se resolverán temas de la mayor importancia: el sustento constitucional del Plan B electoral, la legalidad de la ampliación de mandato de Morena y en su momento del PRI.
Atentos todos.