Este Artículo fue publicado en esta Columna el pasado viernes 31 de marzo… En mesa de amigos y conocidos uno de ellos, tuvo la acuciosidad de llevar la edición de Diario de Morelos para leerlo entre los 9 asistentes, quienes al final de cuentas me solicitaron se volviera a publicar, lo cual comprometí y hoy cumplo… Helo aquí…(republicación por petición)…
El presidente de la República “ve moros con tranchete” y arremete contra todos los que se le atraviesan, imagina o se le ocurren prácticamente a diario… En sus andares como Presidente de la República, olvida frecuentemente que él es el Primer Mandatario del País, pues se ha convertido en un simple ‘broncudo de barrio‘ que apoda, ofende, descalifica, arremete, provoca y reta a todos aquellos que se le ocurren… Son tantos los que han sido destinatarios de sus provocaciones, apodos, amenazas y retos en su lista, que ésta resulta interminable… Ahí están por sólo citar a algunos, sus fantasmas que al parecer, lo mantienen despierto en Palacio Nacional, entre aquellos que cientos de veces han sido llamados y hasta ofendidos como neoliberales, conservadores, aspiracionistas, neoporfiristas, anarquistas, fascistas, corruptos, fifís y muchos más adjetivos que le sobran a la verborrea de Andrés Manuel como si a diario tuviera una cátedra lingüística de adjetivaciones para enviárselas a quienes les toque, según haya amanecido para su atril mañanero… Entre estos destinatarios han estado Gobernadores, Senadores, Diputados, Congresistas locales, Gobiernos y Gobernantes de Estados y de otros países; Secretarios de su Gabinete, Dirigentes de Partidos Políticos ajenos a Morena y algunos de éste su Partido, junto con representantes de otras organizaciones políticas, civiles, militares, sociales, empresariales e instituciones de Educación, Ciencia, Cultura y Tecnología… Prácticamente ningún segmento político o social con sus personajes principales y hasta gente del pueblo aspiracionista, hemos recibido los punzantes dardos de López Obrador… A manera de referencia, sin orden por los provocados y adjetivados a quienes a lacerado AMLO, como el rector EnriqueGraue e integrantes representativos de la Universidad Nacional Autónoma de México… Los consejeros del Instituto Nacional Electoral a los que ha maltratado hasta el cansancio, pero que le salieron al paso para responderle, tratar de atorarlo y frenarlo… A los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quienes en múltiples ocasiones han sido provocados y adjetivados en forma grosera… A los dirigentes de la Organización Mundial de la Salud, y miembros de la Organización de las Naciones Unidas… Al mismísimo Joe Biden, a diversos funcionarios de los Estados Unidos, a quien sabe cuántos más como ya lo expresé, sus insultos forman una larga lista incuantificable… Que conste, después de lanzar sus puyas y dardos ofensores, en un sin número de ciertas acciones, socarronamente el Presidente ha levantado su manita con los dedos índice y medio abiertos con su trillada frasecita de “amor y paz”… Por fortuna, la gran mayoría de todos los destinatarios que hemos citado, como el rector Graue, los Ministros de la Corte, el propio Biden, ciertos gobernadores y muchos representantes de organizaciones y de otros espacios, ante las aguerridas posturas, arremetidas y pronunciamientos de AMLO, simplemente lo han dejado hablando solo, es decir no le hicieron caso… Más no así ha sido por otros senderos como el de los funcionarios del Gobierno de España, de representantes de algunos Partidos Políticos, PAN, PRI, PRD, Movimiento Ciudadano, periodistas, comunicadores y otros más, que si le contestaron y hasta lo han retado para que demuestre sus dichos, acusaciones, ofensas y que presente pruebas… Conforme pasa el tiempo, el riesgo es mayor para el Presidente de la República frente a gente que a él y a los suyos también los señalan, acusan y le responden en los mismos o peores términos que el lanza en sus balanadronadas y provocaciones… A estas alturas del sexenio es recomendable la prudencia en las expresiones y el comportamiento con pulcritud, que debe entender, cumplir y atender el Señor Presidente de la República, quien debe dejar de ser un pendenciero de barriada, si quiere… ¡Ahí la dejamos! ¡Hasta mañana que será un día más!