¡México es una República! no obedece a voluntades presidenciales, desde la época de la independencia, mediante un Pacto Federal nos constituimos como una República en forma de Estado, la Constitución de 1917 define su organización como “una Republica representativa, democrática, laica, federal, compuesta de 32 estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental”.
La Carta Magna nos da la identidad de ciudadanos mexicanos con todos los derechos y todas las obligaciones que se plasmaron en la Constitución de 1917 firmada por el Constituyente ejemplar, en Querétaro, en el hoy llamado Teatro de la República.
Ahí se inició el 27 de noviembre de 1916, el Congreso Constituyente con la finalidad de formular, discutir y aprobar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, misma que fue promulgada el 5 de febrero de 1917, para entrar en vigor a partir de esa fecha hasta la actualidad.
La división tradicional se ha basado en la existencia de tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, que se justifican por necesidades funcionales y de mutuo control; procedimiento de ordenación del poder de autoridad que busca el equilibrio y armonía de fuerzas mediante una serie de pesos y contrapesos.
Desde hace cinco años este procedimiento ha estado en entredicho, derivado de las actitudes y acciones tomadas sobre el poder legislativo y su tendencia al poder judicial, pretendiendo ignorar lo estipulado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
El artículo 59, define: “El poder público de los estados se divide, para su ejercicio, en Ejecutivo, Legislativo y Judicial, no pudiendo reunirse dos o más de estos poderes en una sola persona o corporación, ni depositarse el Legislativo en un solo individuo”.
Este domingo 5 de febrero al conmemorarse 106 años de la promulgación de la Constitución que nos rige, se pudo apreciar que la presidencia del Poder Judicial no estará subyugada al primer mandatario, Andrés Manuel López Obrador, como la ha padeció durante ese tiempo y que en el Senado no contará con la mayoría calificada para las próximas aprobaciones,
Desde hace cuatro años, al proclamar MORENA que habían ganado “el carro completo” presumiendo que tendrían “control total” en los tres poderes de la Unión, se vivió la zozobra de no tener equilibrio en ellos, cumpliendo los caprichos y arranques viscerales del presidente López Obrador.
La ministra presidenta Norma Piña ya definió que con el Ejecutivo la relación será institucional, y buscará defender la independencia del máximo tribunal frente a las presiones y críticas del presidente.
Norma Piña es la primera mujer al frente del Poder Judicial en México. Jurista progresista, feminista y distante de la Cuarta Transformación, incómoda para el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, figuró como la ministra que más veces había votado en contra de proyectos que favorecían al Ejecutivo, en los últimos cuatro años solo votó a favor de tres de 18 asuntos que eran importantes para el presidente.
López Obrador ha cuestionado el trabajo de Piña. En una conferencia de prensa afirmó que desde que llegó a la Presidencia Norma Piña «hay más actos ilegales en ese poder».
“Ahora que ganó la señora Piña y que supuestamente nosotros perdimos, como si nos importara estar sometiendo poderes, como era antes, como ellos estaban acostumbrados, pues ahora estamos notando que hay más actos que consideramos ilegales y de injusticias en contra del interés público” expresó el presidente.
Como siempre los que no están de acuerdo con sus caprichosas disposiciones, están en su contra y son sus adversarios, defensores del conservadurismo.
Veremos lo que viene después de que en el Legislativo se vote el plan B referente al Instituto Nacional Electoral y la intimidación ya no prevalezca en el Judicial.
¡Mientras tanto, les dejo un saludo con mucho afecto!