Dice un refrán “vuelve la burra al trigo”, el presidente Andrés Manuel López Obrador con su adictiva forma de ingerir en los actos de otros países, reclamó “el modito” de su homólogo Joe Biden, quien identificó a Estados Unidos como toda América en la bienvenida que le dio al mandatario ucraniano Volodymyr Zelensky.
“Y yo no digo que no se le dé la bienvenida a un presidente, lo que no me gusta es el modito. ¿Cómo ‘bienvenido a América’? Vamos a empezar a cambiar eso, es ‘bienvenido a Estados Unidos, bienvenido a México, bienvenido a Perú’”, dijo López Obrador en su conferencia de prensa desde Chetumal, Quintana Roo.
El jefe del Ejecutivo federal sacó el tema cuando estaba hablando sobre la detención del expresidente peruano Pedro Castillo y sobre el apoyo que él dice tener en México, más, semánticamente, no el apoyo de todos los mexicanos
Estoy de acuerdo que, por qué los estadounidenses se apropian de un calificativo cuando es genérico a un continente al decir por el nombre “United States of America”, los gringos, dados siempre a simplificar las cosas, toman solamente “America” y se autodenominan “americans” pero incluso en el caso de ellos mismos, hay veces que en inglés la palabra “american” se usa para referirse a todo el continente.
Es cuestión de semántica, una forma errónea de establecer entre una palabra que tiene un significado más general (hiperónimo) “Americans” y una palabra con un significado más específico “America”.
Se me hace un argumento banal para hacer un reclamo específico al presidente Biden de que “no le gusta el modito”, de un acto privado del mandatario estadounidense hacia su homólogo de Ucrania y al que, a AMLO, por naturaleza diplomática, le está vedado.
Otra vez metiche, ajonjolí de todos los moles. Queriendo exhibirse como seguidor de la política rusa en actos intervencionistas y de invasión ilegitima, Andrés Manuel se ostenta como un izquierdista que se atreve a violentar directamente los derechos humanos de los ucranianos al repudiar la bienvenida de “los americanos” al presidente Zelensky.
Otro distractor más, el Macuspano pretende persuadir a la opinión pública mexicana para dejar pasar trivialmente las notas sobre la quebrantada economía nacional y su poca o nula recuperación, o que no se aprecie la expectativa de una nueva fuente de energía limpia basada en la fusión atómica y que supera en calidad y en valor a la generada por los hidrocarburos.
Hasta cuándo presidente seguirá siendo candil de la calle, hasta cuándo presidente se ocupará de su puesto como primer mandatario del pueblo mexicano, al que en lo general debe dirigirse con semántica apropiada, pero más con hechos que demuestren que son amores y no buenas razones.
El pretender cobijar a un presunto inocente, según la semántica jurídica, como lo es el ex presidente Pedro Castillo, colocaría al jurisconsulto tabasqueño como un presunto cómplice de lo que posiblemente se le comprobará a aquel, comprometiendo de paso, no semánticamente, al México de los mexicanos.
¡Amigos la semana tiene siete días y gracias a Dios es viernes!