Con respecto a la alta incidencia delictiva en Cuernavaca, derivada de la escasa y/o nula vigilancia policíaca, así como de la existencia de grupos criminales que saben dar certeros golpes para allegarse dinero, armas y vehículos, es importante señalar que los delitos patrimoniales son los más productivos. Aquí se inserta el robo con violencia a mano armada. Es decir, los asaltos.
Estos delitos, acaecidos a cualquier hora del día, generan la actual percepción de inseguridad pública y de indefensión, la cual se acentúa una vez que oscurece, porque, han de saber ustedes que una gran cantidad de calles de la ciudad carece de alumbrado público. Importantes avenidas son cuevas de lobos.
En cada actualización hecha mes a mes por la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana a nivel federal respecto a la incidencia delictiva de nuestro país y por cada entidad federativa, se reitera que los delitos patrimoniales siguen encabezando las tendencias criminales.
El robo en sus distintas modalidades es, además, el que mayor coraje propicia entre los ciudadanos, pues a nadie le agrada que lo despojen de sus pertenencias, adquiridas mediante grandes esfuerzos por las víctimas.
A principios del año en curso advertí que lo peor para el presente año aparecería entre agosto y septiembre. Y no me equivoqué. Pero todavía falta la crisis del año nuevo, cuando aparece la llamada “cuesta de enero”, periodo en el que se reduce el flujo de circulante. No habrá dinero que alcance. Visto ya el escenario delictivo y sus causas, el pronóstico para los delitos patrimoniales durante el resto de 2022 no es halagüeño, como tampoco lo es para el año 2023.
Para reafirmar lo antes dicho es necesario retomar una investigación relacionada con el robo en la zona metropolitana de la Ciudad de México, elaborada por el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), y otros territorios estatales de la zona centro del país, donde se encuentra enclavado Morelos.
Según se deduce del citado trabajo, dentro del contexto económico nacional no se avizora un escenario favorable debido a dos factores: el primero es macroeconómico y el segundo inercial. La razón macroeconómica es que los delitos están fuerte y linealmente correlacionados con la inflación, la cual se incrementa día a día y amenaza con empeorar dramáticamente en la segunda mitad del año en curso. La inflación puede percibirse en el alza cada día más frecuente en los precios, no solo de la canasta básica, sino en general.
“La correlación no es simultánea, sino que está sujeta a una temporalidad o un efecto retrasado. Los aumentos en los delitos patrimoniales se asocian con incrementos en los precios de los bienes y servicios, tanto en los tres, seis, nueve y doce meses previos”, agrega el CIDE.
“Dicho de otra manera, si la inflación aumenta este mes, se verá un incremento también en el número de robos a transeúnte y casa habitación (en términos de carpetas de investigación) al menos en los tres meses siguientes, y posiblemente en adelante para el resto del año”.
“Pero viene luego la segunda razón: la inercia de la actividad delictiva. Los incrementos en la actividad delictiva agregada son normalmente rápidos y los decrementos lentos”.
Aquí yo quisiera agregar que existen otros factores que contribuyen al incremento del robo y son la falta de prevención por parte de los ciudadanos, pero sobre todo el clima de impunidad derivado de las lentas o inexistentes indagatorias a cargo de las autoridades correspondientes, y a la escasa o nula vigilancia policíaca. No hay patrullajes. Y eso de que la Guardia Nacional coadyuva al respecto, es una enorme vacilada. Regularmente, los elementos de esa corporación llegan a las escenas del crimen cuando los delitos se cometieron, y solo sirven para dirigir el tránsito o, en el mejor de los casos, para evitar mayor contaminación de los posibles indicios.
También aparece lo peor: la red de complicidades entre elementos policíacos corruptos (que pululan en el caso de Cuernavaca) y las células dedicadas al robo. Casi siempre los ladrones son los mismos, conocidos por patrulleros y demás, quienes obtienen su libertad debido a las deficientes investigaciones del Ministerio Público.
Por ahora es recomendable fomentar la cultura de la autoprotección. Un breve consejo: nunca deje cosas de valor en sus vehículos a la vista de los ladrones, ni siquiera en conocidas plazas comerciales, porque seguramente le darán el típico cristalazo. Muchos “viene, viene” son “halcones” al servicio de grupos criminales. Desde luego, tenga mucho cuidado cuando requiera hacer movimientos bancarios. Los atracadores andan por todos lados. SIEMPRE DEBEMOS ANDAR A LAS VIVAS.