Raras veces escribo sobre el estilo de ciertos comunicadores nacionales para entrevistar a servidores públicos de provincia, pero esta vez lo haré con referencia a Luis Cárdenas, conductor del noticiero matutino de MVS. A veces lo he escuchado y en otras no, porque los temas no son interesantes o abarcan demasiado tiempo de la emisión, tornándose aburridos.
En algunas ocasiones prefiero cambiar de emisora, debido al pretendido estilo “madreador” del comunicador, tal como lo percibí ayer cuando entrevistó al titular de la Fiscalía General de Justicia de Morelos, Uriel Carmona Gándara, quien demostró poseer mucha, muchísima tolerancia ante las evidentes majaderías de Luis Cárdenas, amén de educación, pues el conductor de marras merecía que el funcionario lo mandara mucho a… freír espárragos, invitándolo a trasladarse de la Ciudad de México a las oficinas de la Fiscalía en Cuernavaca, si es que en realidad está interesado en el caso de la joven Ariadna Fernanda López Díaz, de suyo politizado hasta más no poder.
Sin embargo, lo ocurrido, creo yo, le debe servir a Uriel Carmona para no caer de nuevo en el juego de algunos conductores radiofónicos y/o televisivos, interesados más bien en provocar a los entrevistados orillándolos a caer en errores, que en llegar a la verdad. Este fue el claro objetivo de Luis Cárdenas, para proyectar ante la opinión pública de los lugares donde es sintonizado, la imagen de que es súper chingón, capaz de arrinconar y hasta arrodillar a quien fuere.
Uriel Carmona, profundo conocedor del sistema de justicia adversarial, sabe muy bien cómo se manejan los abogados defensores de imputados. De alguna forma u otra, así quiso hacérselo saber al entrevistador, pero éste no escuchó los razonamientos del fiscal morelense. Cárdenas demostró, eso sí, hacia qué lado masca la iguana en su caso con relación a la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de CDMX y probable presidenta de México a partir de octubre de 2024. En concreto: el comunicador de marras demostró ser un camorrista.
Respecto al lamentable caso de la joven Ariadna Fernanda López Díaz ya se decantaron las circunstancias en dos vertientes: la jurídica y la política.
Me parece que el fiscal Carmona Gándara debe retirarse del plano político, pues, según acaba de demostrarlo, su capacidad de respuesta chocó dramáticamente en su contra, debido al embate del presidente de la República y la jefa de Gobierno. No les ganará mediáticamente, pues ambos poseen el control de los grandes medios informativos. Y en la desigual trifulca, el titular del Ministerio Público de nuestra entidad ha dado bandazos proporcionándoles “parque” a los de enfrente. No me refiero a políticos, politicastros y politiqueros, sino a los abogados defensores de Rautel “N” y Vanessa “N”, quienes han de estar preparando su estrategia legal rumbo a las audiencias de vinculación a proceso. Ambos acusados ya tienen encima la prisión preventiva derivada de las audiencias de imputación, faltando ahora el siguiente procedimiento.
De esto se trata el escenario jurídico, donde Uriel Carmona Gándara, así como Ernestina Godoy, Fiscal de la Ciudad de México, deberán coordinarse y consolidar las acusaciones. No soy abogado, pero en el caso son palpables los graves desatinos en torno a la coordinación entre fiscalías, estando de por medio dos necropsias aparentemente contradictorias. Vaya usted a saber lo que ya declararon los acusados ante las instancias ministeriales y judiciales correspondientes, pero es obvio que buscarán siempre evadir la acción de la justicia. Esta mañana, por cierto, la Fiscalía de Morelos convocó a conferencia de prensa presencial para difundir datos sobre la necropsia practicada a Ariadna Fernanda.
Es aquí donde me brincan algunas inquietudes:
¿Qué sucedió en el departamento de Rautel? ¿Realmente él y su pareja golpearon a Ariadna hasta matarla? ¿En verdad se asfixió con su propio vómito debido a la alta concentración de alcohol? ¿Se aceleraron Rautel y Vanessa frente al cuerpo inerte de Ariadna, hasta decidir su traslado hacia cualquier sitio desértico para deshacerse de él, en lugar de dar parte a las autoridades? ¿Qué grado de responsabilidad tiene la pareja, suponiendo que no golpearon ni mataron a Ariadna, al haber manipulado el cuerpo como lo hicieron y lo tiraron en un paraje de la autopista La Pera-Cuautla, tal como lo hacen los feminicidas? ¿Esto puede configurar el delito de feminicidio? ¿No dieron parte a la policía, sabedores de que pudiesen ser investigados por causas ajenas al estado de Ariadna? ¿Tuvieron miedo de ser investigados por otros posibles delitos?
Los abogados defensores de Rautel y Vanessa han escuchado un sinfín de especulaciones, sobre el plano mediático/político, en voz del presidente López Obrador, de la jefa de Gobierno y del fiscal morelense Uriel Carmona Gándara, pero deben saber muy bien que en el juicio la reina siempre es la prueba, de cargo y descargo, no la vana palabrería. Estoy seguro de que la existencia de dos necropsias será capitalizada por ellos, a partir de lo siguiente: ¿De cuál sacarán el mayor provecho a favor de sus clientes? ¿Ambas necropsias se practicaron antes o después de embalsamar el cuerpo, maniobra previa que siempre llevan a cabo los trabajadores de funerarias para después entregar los cuerpos a sus familiares? En caso de que los empleados funerarios hayan efectuado esa labor, ¿alteraron valiosos elementos para los peritajes?
Sobre el contexto político tenemos las posturas asumidas por el titular del Ejecutivo, Cuauhtémoc Blanco, y el Congreso local. Ayer trascendió que el fiscal Carmona Gándara será citado a comparecer ante ese cuerpo legislativo para explicar, no solo el caso de Ariadna Fernanda, sino otros más. Este miércoles un grupo de diputados anunciaron la integración de una comisión especial y temporal, cuyo objetivo, entre otros, será conocer detalles sobre lo ocurrido en el tema de Ariadna Fernanda. Lo anterior se inserta en el ámbito político, no judicial.
Me parece que la citación a Carmona para comparecer ante el Congreso y cualquier otra cosa relacionada con el mismo, deberán programarse luego de que se conozca la situación jurídica de quienes están presos en Ciudad de México, acusados del presunto feminicidio de la jovencita. Insisto: Carmona Gándara y Ernestina Godoy deberán hacer a un lado la palabrería y politiquería de los pasados tres días, para integrar adecuadamente la carpeta de investigación sobre la cual vendrán las resoluciones de los jueces. La politización en el Congreso y otros sitios solo quitan el tiempo.
Asimismo, los legisladores deben hacer a un lado sus ansias de reflectores y de querer aparecer en los medios, a fin de sacar raja electoral. Deben serenarse. Y en el mismo plano deberá actuarse en el Ejecutivo. El peor escenario que puedo anticipar es el ridículo de ambas fiscalías. Obvio: ya no debe hacer tampoco caso al oportunismo feminista de Sheinbaum y mucho menos escuchar la retahíla que emana del Palacio Nacional.