La sabiduría popular raras veces se equivoca. Y es así como hoy quiero retomar el siguiente adagio mexicano para iniciar la columna de hoy: “Tanto peca el que mata la vaca, como el que le agarra la pata”.
El dicho se adapta al vídeo difundido en 2020 por el portal de noticias Latinus, en el que se observa a David León, entonces director general de Protección Civil federal, y a Pío López Obrador, hermano del presidente de la República; el primero entregando y el segundo recibiendo un sobre que contenía una cantidad indeterminada de dinero. La grabación se realizó en algún momento de 2015, según reconoció el presidente Andrés Manuel López Obrador tras difundirse las imágenes.
Los recursos, según declaró en julio del presente año el hermano del primer magistrado de la nación, fueron destinados al Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) para financiar “gastos menores”.
Así las cosas, intervino la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales de la Fiscalía General de la República (FGR), iniciándose la carpeta de investigación contra David León y Pío López Obrador. Es importante subrayar que cuando se grabó el vídeo, David León era alto funcionario del gobierno de Chiapas, con el actual senador Manuel Velasco Coello al frente del Poder Ejecutivo.
Cuando el vídeo salió a la luz pública a través de Latinus, Andrés Manuel López Obrador advirtió que no metería las manos en el asunto a favor de su hermano Pío. Y la semana pasada la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales de la FGR dio carpetazo al tema, indicando que no había ningún delito electoral qué perseguir. Ello ocurrió tras haberse conseguido que el caso se diluyera entre muchos otros enfrentados por el gobierno de la República, desde luego a favor del hermano del presidente y también de David León quien, indudablemente, debió entregar en su momentos sobres iguales a otros destacados cuadros de Morena a nivel nacional. El pueblo bueno y sabio no se equivoca cuando identifica a personajes públicos corruptos. Muchos de los actos discrecionales pueden ser leídos en el libro El Rey del Cash de la periodista Elena Chávez.
El dicho “tanto peca el que mata a la vaca, como el que le agarra la pata” se refiere, casi de manera literal, al hecho donde dos personas intervienen en un crimen; y son asesinos, por un lado, quien mata directamente, así como la persona que, formando equipo con el victimario, evita que el individuo escape. En este caso estamos hablando de una vaca, pero el dicho aplica a otros aspectos de la vida. En concreto: ambas personas son responsables del acto incorrecto, ilegítimo, ilegal, etcétera.
El videoescándalo no pasó de “darnos nota” a los periodistas, aunque existían por lo menos siete delitos electorales cometidos por Pío López Obrador y David León en 2015. Si la legislación electoral mexicana hubiera sido aplicada con rigor, el hermano del presidente de la República y David León debieron ser sancionados, pero conociendo cómo se mueven las cosas desde los intrincados vericuetos del Poder Ejecutivo federal, era de esperarse que no sucediera nada.
Aquí yo aplicaría otro dicho mexicano, adaptado a la denominada Cuarta Transformación: “Son la misma gata, pero revolcada”, aunque Andrés Manuel López Obrador insista y vuelva a insistir en que “no somos iguales”, ello frente a los neoliberales y conservadores a quienes critica un día sí y otro también en las conferencias de prensa mañaneras.
La doble moral es injusta porque viola el principio jurídico de imparcialidad, la cual debería aplicarse a todas las personas, sin favoritismo. Va ligada a la hipocresía y, tocante a la política, con la mentira. Es equiparable al doble discurso. Desde luego que la vida pública dispone de honrosas excepciones, pero se cuentan con los dedos de la mano.