Probablemente el principio ético de mayor aceptación universal la moraleja que dice “no hagas a otros lo que no quieres que te hagan” reflexiona que uno debe tratar a otros como quisiera que le traten a uno mismo, o no afectar a otra persona con cosas o comportamientos que uno no quiere que le hagan.
Carolina Pedraza y su esposo, colombianos, fueron invitados a venir a nuestro país para celebrar el “Baby Shower” de un familiar de ellos residente en la Ciudad de México.
Arribaron confiados al aeropuerto azteca porque llevaban consigo toda la documentación que requiere la página del Instituto Nacional de Migración, entre ellos la carta de invitación de sus familiares en la que certifican que ellos venían a esa celebración.
Mostraron el vuelo de ingreso y de salida del país, pero al momento que les pidieron que la carta fuera presentada no virtualmente sino en documento, ahí comenzó el suplicio. Según Carolina, el agente de Migración le dijo que la carta exhibida en el celular, no era válida, que le diera el número de teléfono de sus familiares para llamarles y confirmar que lo exhibido fuera cierto.
El agente se fue supuestamente a hablar por teléfono, regresó y les dijo que su familiar no había respondido correctamente a su cuestionamiento para ratificar la autenticidad del documento, lo que después confirmaron que no fue cierto ya que llamó solo para burlarse de ellos.
Fue así como los apartaron y los metieron en salas distintas, tenebrosas habitaciones completamente cerradas, sin ventanas y con una luz encendida las 24 horas, similares a las mazmorras judiciales mexicanas, sucias, olientes a orines, con colchonetas también orinadas.
Fueron tres días de tribulación, en los que recibieron solo un refrigerio y agua por parte de los agentes de Migración. Estuvo en lo que para ella fue una celda de prisión. El baño de ese lugar, recuerda, no tenía puerta y se veía todo desde cualquier punto, hedía como en la vida real y como suele presentarse en las películas. La diferencia es que no era una prisión sino un lugar que servía de dormitorio para viajeros detenidos arbitrariamente por agentes de Migración.
Varios niños estaban en el recinto con el aire acondicionado a baja temperatura, uno de ellos enfermo ya tenía alta fiebre, cuándo solicitaron servicio médico para que lo atendieran, groseramente les respondieron “cuando se muera llamaremos al médico”.
Una pareja traía 4800 USD, al hacerlo del conocimiento de los testaferros de INM, estos contestaron que era muy poca plata para una estancia de 5 días.
Ahora la pareja colombiana, tras su injusta deportación, hizo su queja ante el ministerio colombiano de las humillaciones, maltratos, discriminación, violación de derechos humanos y hasta extorsión que hicieron los funcionarios mexicanos de migración del aeropuerto Benito Juárez en Ciudad de México.
Ante las constantes quejas de los maltratos sufridos por colombianos en México, la canciller de Colombia Claudia Blum le envió una carta personal a su homólogo mexicano, en la cual le expresa la gravedad de la situación que viven sus connacionales al ingresar a nuestro país. Lo cierto es que esta es una problemática que lleva años sin resolverse.
Andrés Manuel López Obrador al inicio de su administración hizo un reclamo al gobierno estadounidense respecto al mal trato que recibían los migrantes mexicanos, así como los demás de diferentes orígenes, Trump con su afectiva diplomacia le hizo caracolitos y construyó una barrera en gran tramo de la frontera con el país del norte que supuestamente impediría el cruce de gente ilegal.
Lo sucedido al matrimonio colombiano, así como a muchos migrantes vejados por los sátrapas agentes de migración mexicana debe ser corregido, no es posible que gente honesta que pretende venir a pasear, a tratarse medicamente o hasta hacer negocio sufra esas corruptas acciones por hampones disfrazados de autoridades.
Con lo que está sucediendo, ¿con que cara moral se atreve AMLO a reclamar mejores tratos para los connacionales que buscan mejorar su vida en otros lares, si aquí a personas que vienen de visita a México los tratan indignamente como delincuentes?
Por lo mientras amigos como siempre les dejo un saludo con mucho afecto.