Sobre un escenario de inestabilidad política y divisionismo, el Congreso local inició este jueves el primer periodo ordinario de sesiones correspondiente al segundo año de ejercicio legal de la LV Legislatura. Hay inestabilidad porque el tiempo de la Diputación Permanente concluyó este miércoles sin que el Congreso, en sesión extraordinaria, consiguiera elegir a la nueva Mesa Directiva y a quien debería ser el o la responsable de la Junta Política a partir del primero de septiembre.
El panista Francisco Erick Sánchez Zavala continúa como presidente de la Mesa Directiva, la cual mantiene su anterior composición. Fue el anfitrión, ayer jueves, de los invitados a la apertura del nuevo periodo ordinario de sesiones. Por primera vez, luego de casi tres años de pandemia, el Salón de Plenos lució lleno. Ahí se dieron cita quienes solo buscan tomarse la foto del recuerdo y codearse con “la crema y nata” de la política morelense, aunque se trate solo de politiqueros. Muchos son “suspirantes” a los cargos de elección popular que se disputarán en 2024. La pura farsa, pues.
Pero la Junta Política (JUCOPO) no fue objeto de ninguna renovación. Su presidenta anterior, la morenista Paola Cruz Torres, emitió anteayer un comunicado indicando que su labor al frente de la JUCOPO terminó el pasado 31 de agosto. Asimismo, su relevo en la coordinación del grupo parlamentario de Morena en el Congreso es Arturo Pérez Flores, electo por cuatro de cinco legisladores morenistas. Sin embargo, a Morena no le corresponde presidir la JUCOPO a partir del 1 de septiembre, sino al Partido Acción Nacional. En este sentido se sabe que el sucesor de la legisladora cuautlense sería Oscar Cano Mondragón.
Los “reventadores” del periodo extraordinario de sesiones el pasado miércoles, a juzgar por lo ocurrido en el periodo extraordinario, no desean que un morenista llegue a la presidencia de la Mesa Directiva. Teóricamente, el relevo de Sánchez Zavala debiera ser Arturo Pérez Flores, pero este jueves inició el nuevo periodo ordinario de sesiones con el ex alcalde de Yecapixtla al frente del Congreso.
En concreto: un gran desmadre, donde es palpable el evidente rechazo de los mismos “reventadores” a Arturo Pérez Flores. O tal vez pretenden que Morena no se haga de la presidencia de la Mesa Directiva. Yo no descartaría este escenario, sobre el cual brincan legisladores belicosos como Agustín Alonso Gutiérrez y Eliasib Polanco Saldívar. No habría nada mejor para ellos que tener al frente de la Mesa Directiva a un aliado. Por eso tampoco descarto que Paco Sánchez Zavala se mantenga al frente del multicitado órgano de control. A pesar de los momentos conflictivos del año anterior, este diputado ha sacado adelante el (magro) trabajo legislativo. Sin embargo, la gran incógnita es: ¿Quién se queda al frente de la JUCOPO?
Como era de esperarse, durante la sesión solemne de este jueves abundaron los discursos, todos coincidiendo en la necesidad de que el Congreso mantenga su independencia frente a los poderes Ejecutivo y Judicial, y logre la cohesión interna para superar la parálisis legislativa ya percibida por infinidad de sectores sociales de Morelos. El trabajo de los diputados durante el año que termina está dejando un pésimo sabor de boca. Apenas ha transcurrido un año, pero la LV Legislatura comienza a ser denominada “la peor en la historia de Morelos”. El desgaste ha sido grave y, según vemos, el escenario no tiende a mejorar.
¿Para qué diablos sirven los diputados locales? En las actuales circunstancias, para nada. Teóricamente, las siguientes son funciones básicas de quienes integran la LV Legislatura. Vea usted y saque sus propias conclusiones:
1) Realizar el trabajo legislativo en las materias que no sean de la competencia exclusiva de la federación.
2) Aprobar las contribuciones (o sea, impuestos y derechos) necesarios para cubrir los gastos del estado y sus municipios.
3) Aprobar el presupuesto de egresos local.
4) Fiscalizar el gasto público estatal y de los municipios.
5) Ejercer ante el Congreso de la Unión el derecho de iniciativa de leyes.
6) Aprobar las reformas a la Constitución Federal aprobadas previamente por el Congreso de la Unión.
7) Aprobar la designación de funcionarios locales, tales como los fiscales generales de justicia, presidentes de comisiones de derechos humanos locales, o auditores superiores de fiscalización.
La LV Legislatura, por lo tanto, no pasa la prueba del ácido. Ayer hubo nueve discursos, pero todos constituyen vana palabrería. No resuelven la conflictividad imperante, ni consiguen la conjunción de esfuerzos, de tal manera que algunos legisladores, de manera independiente y para salvar las apariencias, llevan a cabo actividades intrascendentes, mientras la entidad sigue sin superar los agravios sociales, ni tampoco su subdesarrollo frente a otras regiones de la República Mexicana.
