El Partido Encuentro Social (PES) apenas alcanzó a salvar su registro en Morelos y obtuvo una diputación local plurinominal, en las pasadas elecciones. Una especie de efecto mariposa, al llevarse a cabo un recuento de votos en algunas casillas impugnadas por sus adversarios, dieron por resultado que no desapareciera en la entidad, con la posibilidad de volver a competir en el 2024 y seguir contando con recursos públicos, al menos hasta que ocurran esos comicios.
Al interior del PES hay una disputa por la dirigencia del partido, entre los pocos que lo conforman, misma que en el fondo no es más que la búsqueda del control de los recursos que tiene asignados, así como de las decisiones sobre candidaturas y alianzas.
El PES, a lo largo de su historia se ha llenado de contradicciones. Fue fundado en el 2014 por Hugo Éric Flores Cervantes, con el apoyo de comunidades evangélicas, de las que él mismo forma parte, asentadas en diferentes partes del país. De ideología demócrata cristiana, abiertos opositores al aborto y a la homosexualidad, así como al progresismo de cualquier tipo, se perfiló desde un inicio, en 2014, como un partido de extrema derecha, sin posibilidades de convertirse en uno de los principales, pero sí con la intención de participar en el reparto del pastel electoral.
En las elecciones del 2015, el PES mantuvo su registro como partido político nacional y obtuvo algunas posiciones, llegando su líder nacional, Flores Cervantes, a ocupar una curul federal en San Lázaro. En el 2018, en una pragmática e ideológicamente contradictoria alianza con Morena, su triunfo más relevante fue lograr la gubernatura para Cuauhtémoc Blanco, además de otras posiciones menores, pero que mantuvieron su vela encendida. Sin embargo, perdió su registro como partido político nacional, al no alcanzar el 3% de la votación requerida legalmente.
A Hugo Éric Flores no le quedó otra opción que atrincherarse en Morelos para construir un nuevo partido político al que llamó Partido Encuentro Solidario, también PES, al mismo tiempo de desempeñarse como delegado de los programas de Bienestar, nombrado por Andrés Manuel López Obrador. Pero ese nuevo partido perdió su registro en la primera elección en la que participó, la del 2021.
Una vez sin partido nacional y tras la derrota electoral en las elecciones locales de Morelos, Flores Cervantes trató de reasumir el control del sobreviviente Encuentro Social, volviendo a ocupar la presidencia del instituto político, pero fue impugnado ante los tribunales y el proceso de renovación de la dirigencia se tuvo que reponer, quedando al frente Omar Taboada Nasser, en sustitución de Jorge Argüelles Victorero.
Hoy tiene convocada una rueda de prensa Hugo Éric Flores. Ya veremos qué argumentos expone. Pero lo cierto es que la migración de Cuauhtémoc Blanco, su hermano Ulises Bravo y su equipo a Morena, está dejando al PES en la orfandad política. Sea quien sea el que se quede al frente del partido, fungirá más como enterrador que como reconstructor.
Y para iniciados
Vaya golpe para quienes se apresuraron a ver en Omar García Harfuch, secretario de seguridad Ciudadana en el gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, como un posible aspirante a la gubernatura de Morelos. Apenas unas horas después de la detención del exprocurador, Jesús Murillo Karam, comenzaron a trascender las versiones de que Omar García podría haber recibido cantidades millonarias por parte del crimen organizado y estar implicado en el caso Ayotzinapa. Ya sea que lo imputen o no, ya pueden descartarlo como posible sucesor en Casa Morelos.
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