Cuando yo era un joven recién entrado en los veinte años y comencé a conocer a distinguidas personalidades de la vida pública y electoral de los noventa, en lo privado, en muchas ocasiones y a varios de ellos escuché decir que “político que no rompe acuerdos no es político”. Sin embargo, los más experimentados afirmaban que “son diferentes los acuerdos de los compromisos. Los acuerdos se hicieron para romperse, los compromisos, para cumplirse”.
Son dos estilos diferentes de hacer política, en franco contraste: los que no tienen el menor interés de cumplir con su palabra, sin escrúpulos y sin moral, y los otros que diferencian entre lo que de antemano saben que podrían traicionar y aquello en lo que se comprometen y habrán de sostener. Y eso no ha cambiado en la era de la supuesta 4T.
El próximo domingo habrá de llevarse a cabo la elección de consejeros del partido político Movimiento de Regeneración Nacional, Morena. En torno a éste, giran tanto acuerdos como compromisos hechos entre las cúpulas, desconocidos por los militantes actuales y todavía más por quienes se afiliarán a ese partido en las próximas horas.
Una clara muestra de lo anterior fueron las elecciones del 2018 y las del 2021. En las primeras, el hoy presidente López Obrador comprometió la candidatura a gobernador para Cuauhtémoc Blanco, en la alianza con el PES de Hugo Eric Flores y cumplió. En la del 21, el propio Jorge Argüelles Victorero, cuando la posibilidad de la alianza era rechazada por los morenistas locales declaró a los medios de comunicación que ya había un compromiso con el presidente de la República. Y así fue, Argüelles no mintió, ya estaba pactado que él sería el candidato. Y así, otras tantas candidaturas que se arreglan de antemano y se imponen a la militancia morenista.
Lo interesante, de cara a la renovación del Consejo Nacional de Morena y de sus dirigencias partidarias estatales el 6 de agosto, sería saber si el presidente ya comprometió la entrega del partido al grupo de Ulises Bravo Molina o si solamente acordaron dejarlos participar y a ver qué sale.
Lo dicho, si se trata de un acuerdo podría romperse, la elección podría ser o bien perdida o bien anulada mediante impugnaciones y/o movilizaciones, pero si es un compromiso presidencial los morenistas históricos, los fundadores y los que se incorporaron para dar la batalla en los últimos años pueden ir despidiéndose, incluso de las candidaturas a las que aspiraban.
Nihil novum sub sole, es decir, no hay nada nuevo bajo el sol, los políticos siguen siendo, lo mismo de siempre.
Y para iniciados
El trabajo de investigación de Tania Rosas y Cecilia Reynoso, publicado por Latinus, sobre la investigación que involucra a Cuauhtémoc Blanco en presuntas irregularidades y amenazas en el proceso de donación de 5,770 bienes del gobierno a la asociación la Luz de Jesús, presidida por el sacerdote que casó a Cuauhtémoc Blanco, por cierto, entonces párroco de la iglesia donde el a la postre mandatario estatal fue fotografiado junto con tres personas señaladas por ser miembros del crimen organizado, está en curso. Hasta el momento no hay respuesta oficial al respecto y, como dijo don Teofilito…
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